5. I can show you incredible things

Se había cansado de dejarle mensajes de voz a Ramona, de seguro la muy estúpida se había olvidado de que se suponía que iban a reunirse antes de salir. En el casino de la isla había un pequeño bar, su amiga y ella lo habían descubierto hace tiempo y ya era costumbre para ellas pasarse por ahí antes de una noche de deambular por diferentes clubes.
Aurore estaba completamente vestida para salir, maquillada, peinada y con un vestido negro ceñido al cuerpo que resaltaba las pocas curvas que tenía, y sus mejores atributos: sus hermosas piernas largas. Ya se había sentado en una mesa y pedido una copa de rosé, cuando vio pasar a alguien conocido.

Hacía ya varios menos que venía trabajando con aquella muchacha, estaba haciendo un documental sobre el instituto y Aurore se había voluntariado para ayudarla en la que fuese posible: no había nada que pasara en ese lugar que ella no supiese. Sloane era bella. La morena lo había notado desde la primera vez que la vio, pero jamás había tenido oportunidad alguna de verla fuera del trabajo. Tal vez esa era su noche de suerte y no tenía pensando dejar que el destino se le escape de las manos. Tomó su copa y se puso de pie, chequeó que su atuendo estuviese en perfectas condiciones, y emprendió camino hacia la barra, en donde se encontraba la chica.
Desempolvó una de sus mejores sonrisas, antes de sentarse a su lado - Me pareció ver una cara conocida - dijo, detrás de ella, para hacer notar su presencia

Después de pasarse toda la semana encerrada en su apartamento, necesitaba una noche afuera. Sloane estaba por ir al bar de la esquina cuando recordó que el mes anterior había entrevistado para su documental a un hombre de unos cuarenta años que le había contado que tenía un bar en el casino de la Isla. Ya conocía a toda la clientela de McMillen, así que un cambio podría darle la posibilidad de conseguirse alguna conquista. Con esa idea en mente, la rubia se maquilló un poco los ojos antes de cambiar sus zapatillas por botas altas y su remera por un top oscuro de tiras finas, manteniendo en su conjunto su vaquero oscuro y ajustado y su infalible campera de cuero.

La noche no estaba siendo lo que esperaba, la mayoría de las personas estaban ya acompañadas, sea por su pareja o reunidos en grupos de amigos. Sloane se pidió su segunda cerveza, por lo menos si terminaba lo suficientemente borracha, olvidaría el fiasco de esa salida. Una morena alta de piernas kilometricas se sentó a su lado en la barra, haciéndola voltear la cabeza y sonreirle al reconocerla.
- Hola, hermosa - la saludó Sloane para luego acomodarse un mechón de su rebelde cabello rubio, Aurore era una muchacha fresca y hermosa que estudiaba en el Instituto y se había ofrecido para ayudarla en su documental. - ¿Qué estás tomando? Yo invito la siguiente ronda.. - le ofreció sin perder el tiempo, llamando al barman con una seña de la mano para que se acercara. No le quedaba mucho a su cerveza y Sloane no tenía problema en cambiar a lo que sea que la barbie mutante estuviese tomando con tal de disfrutar su compañía un rato más, y es que Aurore se veía demasiado sensual con ese vestido corto y ajustado.

Su noche acababa de dar un bello giro inesperado. Le tomó dos segundos olvidarse de sus planes anteriores, esta era la primera vez que se la encontraba fuera del trabajo, sola. El universo a veces la recompensaba con esas maravillas de la vida. Se ofreció a comprarle una bebida y eso la sorprendió un poco, estaba acostumbrada a tomar las riendas en el asunto; si había algo que le sobraba era confianza en ella misma. Se mordió el labio inferior, observando como el barman volvía a llenar su copa con el mismo vino bajo el mandato de la rubia.

- La isla no es lo suficientemente grande como para perderse en un bar pero...Es la primera vez que vienes, ¿Me equivoco? - era obvio, ella y sus amigas tenían prácticamente comprada su mesa de lo mucho que la frecuentaban. Como siempre, era consciente de los varios ojos que se posaban sobre ellas, pero nunca le habían importado tan poco. Se preguntaba qué tantas copas harían falta para lograr llevársela al baño, lejos de ojos curiosos - Y además sola - agregó, no era una pregunta.

La manera en la que Aurore se mordía el labio inferior conducía toda la atención de Sloane a su boca. Mentiría si dijera que no se había sentido atraída hacía ella la primera vez que se habían visto, la morena era difícil de no notar pero su primera impresión había sido que era una muchacha consentida y heterosexual. Nada más lejos de lo que Sloane buscaba en una mujer. Pero quizás se había equivocado y la joven mutante no estaba tan interesada en los hombres como ella había pensado.

- Es muy observadora, señorita V'Havre - bromeó, inclinándose un poco más hacía ella para que pudiera escucharla por sobre el sonido de la música. - Es mi primera vez aquí, así que quizás luego puedes mostrarme si hay algún lugar más tranquilo para conversar- le respondió, rozando su mano con la de ella por encima de la mesa. Sloane era muy directa cuando quería algo y en ese momento no podía ocultar su interés por Aurore.

Seguía media anonadada. No se esperaba de ella que fuese tan directa. Anonadada, pero encantada. Su noche había cambiado en cuestión de segundos, hasta probablemente se encontraba demasiado sobria para estar pasando por eso. Bebió unos tragos largo de su copa, la insinuación de parte de Sloane le había disparado un millón de imágenes mentales. ¿Dónde había quedado la imagen cordial de las entrevistas para el documental y todo eso?

-Bueno, se me ocurren un par de lugares la verdad...¿Deberíamos huir antes de que venga alguna cita a reclamarte o algo así? - bromeó. La vibra entre ellas siempre había estado, pero esa noche no estaban disimuladas, ni mediadas por indirectas. Tal vez simplemente lo que se metía en medio de una noche así era siempre el contexto formal, o el hecho de que a veces parecía que Aurore se movía en manada cuando estaba con sus amigas. O tal vez la cara de Ramona la había espantado un poco; esa era su teoría más probable.

Por la manera en la que Aurore le sonreía y la miraba, Sloane comenzaba a pensar que no estaba tan acostumbrada como una pensaría a que le coquetearan tan descaradamente. O por lo menos a que una mujer lo hiciera, porque seguramente no le faltarían hombres que se le acercaran con toda clase de propuestas indecentes. Sólo había que darle una mirada al bar para comprobar eso, la morena atraía miradas constantemente con su belleza y ese vestido que resaltaba las curvas de su cuerpo.

La rubia era muy profesional cuando estaba trabajando, pero ya había entrevistado a Aurore y daba por terminada su relación laboral. Incluso aunque seguramente iba a terminar necesitando la ayuda de aquella mujer con un par de detalles sobre la historia de la Isla y el Instituto. Negó con la cabeza lentamente ante su pregunta, dejando su copa casi vacía en la barra - Hoy soy toda tuya.. - le dijo, sus ojos verdes buscando su mirada. - ¿Qué hay de tí? ¿Qué haces aquí sola? - quiso saber, recordaba que ella le había contado que tenía un buen grupo de amigas en el Instituto, Sloane las había visto un par de veces juntas por la Isla.

Definitivamente sí, entonces, el universo estaba de su lado esa noche. - Se me vienen a la mente algunos planes para nosotras, entonces - volvió a morderse el labio sin querer. Sabía de una fiesta, no muy lejos de en donde se encontraban, conocía tan sólo a dos o tres personas, pero no era para ella extraño colarse en fiestas en donde no la habían invitado. Además, se había dado la mañana siguiente libre de entrenamientos, se merecía relajarse un poco. Bebió un par de tragos más, antes de contestarle.

- Se suponía que me iba a encontrar con una amiga pero bueno, evidentemente me dejaron plantada - rodó los ojos, no era algo a lo que estaba desacostumbrada. - Podríamos tomar una copa más e irnos a una fiesta - aventuró, invitándola a sus planes. Al menos allí seguro encontraban un rincón en donde tomar alguna cerveza barata y conversar.

Era injusto saberse rodeadas de personas y tener que controlar sus ansías de ella cuando Aurore le decía que se le ocurrían algunos planes para las dos con ese tono tan sensual que tenía su voz. - Lo que sea contigo - le divertía coquetear con la morena e imaginarse qué tan lejos le permitiría llegar esa noche. La idea de la fiesta le parecía muy interesante y ella solo quería buscar algún rincón para acorralarla contra la pared y sacarse las ganas que tenía de besarla.

- No puedo creer que alguien se atrevió a plantarte y más cuando traes ese pequeño vestido negro - le dijo, Sloane puso su mano libre encima de la pierna de Aurore, rozando con sus dedos su suave piel mientras la acariciaba sólo para provocarla un poco. La rubia pidió que llenaran una vez más sus copas y ambas tomaron mientras conversaban un poco más. Aprovechó la atención del barman para pagar por sus tragos antes de levantarse primero y tomar su mano para que ella hiciera lo mismo y pudieran salir de allí. - ¿Cómo viniste? Yo tengo mi auto aparcado a una cuadra de aquí - le preguntó, acercándose a su oído para que pudiera escucharla y además por la necesidad que tenía de estar cerca de ella. Aurore era magnética.

No podría llamarlo filosofía de vida, pero a Aurore por lo general, no le costaba dejarse llevar por el momento. Y las coincidencias esa noche, parecían que lo el universo le trataba de decir era que se relaje un poco, trabajaba y entrenaba duro todos los días, como para no darse un gusto.
Pareciera que la tensión sexual entre ellas había crecido de cero a mil en una sola conversación; solo les hacía falta encontrarse a solas, evidentemente. A Aurore le encantaba hablar, tanto como le gustaba escuchar a la rubia. Tal vez el alcohol estaba ayudando un poco con eso.

Sintió un pequeño escalofrío recorrerla cuando su mano la rozó tentativamente, ese vestido era uno de los que mejor le sentaba, a dios gracias que se había decidido por ese al final.
No dudó en tomar su mano para salir ambas de allí, la siguió hasta su auto - ¿Segura que no te molesta ir a una fiesta, no? - preguntó, una vez dentro. Llegarían en cuestión de minutos, el lugar no se encontraba para nada lejos.

Ignoraba que tan dentro o fuera del clóset estuviera Aurore, o si tan sólo se tratara de coqueteo indefenso, pero Sloan no iba a perderse la oportunidad de averiguarlo. Ambas salieron de allí de la mano, por lo que le había dicho la morena había llegado en Uber así que irían en su automóvil hasta la fiesta. - Estoy segura que será divertido.. - le respondió, acomodando el espejo y poniéndose el cinturón de seguridad antes de encender el motor. - Además no tengo muchos amigos en la Isla y nadie invita a la rara con la cámara a fiestas - bromeó, había conocido a muchas personas amigables en el Instituto pero no se había logrado acercar a nadie.

Aún no se aprendía los nombres de las calles, así que Aurore le dio indicaciones sobre cómo llegar en lo que duró el corto trayecto. Les costó encontrar un lugar para estacionar así que dieron un par de vueltas hasta que Sloan aparcó y se apresuró para bajar primero y abrirle la puerta después. - ¿De quién es la fiesta? - le preguntó, la casa quedaba a tan sólo una manzana y desde allí ya se escuchaba la música alta y el murmullo de la gente.

Aurore rió un poco con su comentario, encogiéndose de hombros - Estoy segura de que esa no era la razón - ella ya se había encargado de hacerle saber al mundo que tenía a la rubia en vista, sutilmente, y no había muchas personas que quisieran lidiar con ella en el momento en que se le ponía algo en la cabeza - Ásgard, Samuel y algunos otros del instituto...de seguro que a alguno debes conocer aunque sea de vista - ese grupo, definitivamente no pasaba desapercibido, y no tenían la mejor de todas las famas en cuánto a responsabilidades. Se bajó del auto y casi de inmediato, como quien no quiere la cosa, volvió a tomar su mano.

- Podemos entrar, tomar unos tragos...y después vemos qué nos depara la noche - arriesgó, sonriéndole mientras se acercaban a la fiesta. No iba a mentir, le gustaba hacer buenas entradas y aquello, no iba a dejar de llamar la atención - ¿Cómo va tu trabajo? Sigo pensando en formas de alargarlo para que no te vayas, ¿sabes? - tonteó, sonriéndole. Aurore se preguntó si encontraría a sus amigas allí, por lo menos sabía que estaban bien entrenadas y no se atreverían a joderla esa noche con semejante compañía a su lado.

En su tiempo en la Isla, Sloane había aprendido varias cosas. Una era sobre los grupos que se formaban entre los residentes de la misma desde que los mutantes estaban en Omega y que solían mantenerse una vez que los alumnos egresaban. Aurore era parte de un grupo de muchachas muy atractivas, igualmente confiadas y seguramente algo engreídas. Aún así, ella le agradaba. - Sí, los conozco lo suficiente como para saber que será una fiesta divertida.. - respondió, los había entrevistado y ellos se la habían pasado haciendo bromas y fumando, lo cual había sido muy conveniente para la rubia que no tenía aún un dealer decente en la Isla.

- Estoy segura que algo se te ocurrirá - le sonrió antes de entrar de su mano a la fiesta y sentir varias miradas sobre ellas. A pesar de ser una muchacha extrovertida Sloane no estaba acostumbrada a ser el centro de atención, su lugar era observando todo detrás de las cámaras. - ¿Una cerveza está bien? - le preguntó, esperando a recibir su respuesta antes de tomar dos vasos rojos vacíos que estaban en una de las mesas. El lugar estaba abarrotado de gente pero aún así la rubia se abrió camino, dandole un momento a su acompañante para socializar con sus compañeros mientras ella iba por las cervezas.