17. Déjame salir, imbécil

Déjame salir, imbécil

Skyy A. Townsend

Hacía tres meses que participaba activamente con algunos miembros más de Deportes para ayudar a la resistencia. Según Skyy algunas cosas estaban en la sangre, su hermana mayor Naomi se había marchado de Axies tres años atrás y Skyy no había podido seguirla entonces, demasiado llena de miedo e inseguridad. Pero ahora algo en ella se había despertado, ya no veía las cosas de la misma forma y estaba más decidida que nunca de abandonar Axies y quebrar el sistema desde afuera junto con su hermana. Por eso, la noche anterior había estado realizando pintadas en diferentes pintadas de su facción con un par más de compañeros. 

- ¿Qué sigue ahora, perro faldero?- masculló Skyy con molestia desde su celda, varias miembro de seguridad se habían divertido unas horas atrás con ella, golpeándola hasta que ya no pudo ponerse de pie. Claro que ninguna de ellas había salido limpia pues Skyy se había defendido con uñas y dientes. Skyy se acomodó contra una pared, sosteniéndose las costillas de lado derecho con su mano- Porque tus compañeritas se han hecho una fiesta conmigo..- agregó con una mueca, aún le dolía el cuerpo, pero no iba a darles la satisfacción de rogar o pedir piedad. 

Ninguno de esos perros del sistema merecían nada de ella. Skyy observó por la pequeña ventana, ya había amanecido, pero a ella no le habían dado ni un vaso de agua desde que la detuvieran la noche anterior cerca de las diez de las noches, bastante después del estúpido toque de queda de su facción. La mirada de Skyy encontró a un hombre rubio y fornido frente a su pequeña celda, él la observaba en toda su altura como si ella no fuera más que un pedazo de basura, en respuesta ella alzó el mentón todo lo que podía sin marearse luego de la paliza. 

Con Donovan Hessler · 07 Hrs. · Seguridad

Déjame salir, imbécil

Donovan Hessler

Axies estaba fuera de control o eso pensó Donovan al observar la lista de nuevos detenidos por vandalismo antes de ingresar a su guardia. Él había conocido a muchos idiotas que, orgullosamente, se referían a sí mismos como rebeldes con los años pero eso era completamente diferente, esa semana habían llegado a detener a más de media docena de personas de diferentes facciones. Don casi se muere cuando sus compañeros le habían hablado unas noches atrás de haber encerrado a una rubia de piernas largas de entretenimiento, sabía que sobraban mujeres allí con esas características pero su mente había ido directo a su hermana menor, Sadie. Por suerte no había sido el caso. El rubión negó con la cabeza mientras terminaba su emparedado antes de volver a cuidar las celdas después de su pequeño receso, seguía dándole vueltas al tema pero es que en su cabeza y por su formación de soldado no había lugar para esos delitos menores a forma de rebelión.

Volvió a su lugar, parado entre dos celdas hasta que una muchacha que seguía gritándoles cosas llamó su atención. Se veía bastante maltratada y le faltaba algo de color en la cara, igualmente ella lo observaba de manera fija y como si estuviese en perfecto estado y midiera dos metros y medio. - Hey, tú, la que no deja de cacarear - la llamó, sus miradas encontrándose ahora - ¿Estás bien? Puedo traerte agua y algo de comer si haces mi trabajo más fácil y cierras la boca por el resto de la mañana.. - masculló Donovan, su voz era grave y masculina y su rostro seguía completamente serio, sin inmutarse.

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Skyy A. Townsend

Ese pobre tipo era un ingenuo si pensaba por un minuto que Skyy iba a hacer nada por hacerle la vida más fácil. Antes prefería morirse de hambre o desangrada en esa misma celda de mierda. El tipo rubio que la observaba parecía estar evaluándola, Skyy no creía estar tan mal, sí le habían dado una buena paliza en la madrugada luego de que insultara a aquellas perras de las guardias de seguridad, pero no iba a morirse. Antes de eso tenía que planear cómo dejar Axies para ir a buscar a su hermana Naomi. Su hermana mayor, Naomi, se había ido de Axies hacía tiempo con su novio Maxwell. No se la había llevado con ella porque Skyy aún era pequeña pero le había prometido que volvería por ella pronto y eso no había sucedido, era por eso que Skyy tenía que ir por ella.

- Pues prefiero morirme de ham..- la voz de Skyy fue apagándose, todo su cuerpo se tambaleó y ella se tuvo que tomar de los barrotes hasta poder arrodillarse y tumbarse contra las rejas, había aguantado las consecuencias de la  paliza lo más que había soportado, eso y el hambre habían acabado por vencerla.

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Donovan rodó los ojos cuando ella empezó su pequeño discurso de mocosa rebelde, era algo de todos los días para él que se le intentaran enfrentar con esa actitud. Pero no iba a durar mucho, en unas horas a los detenidos se los llevarían para borrarles el recuerdo de su crimen y eso sería todo. El rubio dio un par de pasos hasta estar de pie frente a su reja, intentó llamarla pero ella no reaccionó. Diablos, aquello definitivamente complicaba más su labor pero el lado positivo era que por lo menos ahora estaba en silencio.

Tomó el manojo de llaves y abrió la cerradura de la celda con cuidado para que ella no cayera al suelo, Don rápidamente la tomó en sus brazos y la llevó hasta la pequeña cocina que tenían en ese edificio, recostándola encima de una de las mesas que allí tenían. La muchacha apenas sí respondía, estaba ida debido a la golpiza que había recibido más el hambre. Donovan tomó un vaso de la alacena que llenó con agua fría y sacó de la pequeña heladera otro emparedado que había guardado para la tarde, se acercó a ella y le tiró el agua al rostro para despertarla, ya había sido suficientemente delicado con ella y es que no tenía que olvidarse que seguía tratándose de una criminal. - Aquí tienes, come - le ordenó con su tono frío, el rubio le tendió el sandwich y se sentó en una de las sillas frente a ella, atento a sus movimientos.

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No había querido flaquear delante de ese tipo pero no había podido hacer otra osa, Skyy estaba al borde de perder la consciencia, le había costado reaccionar a los brazos que la sujetaban y la recostaban en una mesa. El agua fría en su rostro la hizo gemir y removerse. Skyy había ignorado el emparedado que el sujeto aquel le ofrecía, en lugar de comer se había removido con torpeza hasta poder bajar de la mesa y comenzar a andar con lentitud hacia la salida. No iba a llegar lejos en ese estado y eso era un hecho, pero aún así ella tenía que intentarlo. Naomi siempre le decía que las Townsend tenían fuego en el alma, y eso mismo se había tatuado Skyy en el antebrazo derecho luego de que su hermana se marchara.

El hombre de seguridad volvió a tomarla en brazos, sentándola en la mesa delante de él. Skyy parpadeó, como si no pudiera terminar de comprender nada de lo que sucedía a su alrededor. Su mirada encontró nuevamente el emparedado y ella por fin parecía entender que era para ella. Sin observar al sujeto que la acompañaba, Skyy comenzó a comerlo, masticando con lentitud hasta acabar con él. Era bueno tener algo en el estómago, pero eso no era suficiente para el hambre que atacaba a Skyy. Esa pequeña celda era una mierda fría y húmeda y eso había repercutido en el cuerpo golpeado de Skyy, que aún le costaba hacer algo más que respirar y tumbar su cabeza sobre la mesa, descansando allí un poco. No había dormido en toda la noche, pues no podía descuidarse con esas abusivas guardas de seguridad.

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Donovan no pudo evitar gruñir cuando ella se tiró al suelo para intentar alcanzar -en vano- la salida, ¿es que era idiota? Nadie escapaba de seguridad y menos en ese estado, a ellos los habían entrenado para ser muy eficientes en su trabajo. Él no tardó en tomarla nuevamente en sus brazos y sentarla en la mesa que la había recostado antes con algo de brusquedad. - Quedate quieta - le ordenó sin saber muy bien si ella lo comprendía, se veía bastante aturdida. Al cabo de unos momentos parecía que la muchacha lo había entendido, porque de repente se encontró más despierta y comenzó a devorar el sandwich que él le había dado. El rubio se recargó contra una pared en frente a ella, con su mirada yendo y volviendo entre la puerta y ella. Tenía que estar muy alerta por si se aparecía alguno de sus compañeros, no se suponía que él debería estar haciendo eso pero ella era pequeña y le daba algo de pena.

- ¿Quieres hielo o agua? - le preguntó en un último intento de ser amable antes de devolverla a su celda, sus compañeras habían sido algo rudas con ella, se notaba que le habían dado una paliza. - Puedo llevarte a la enfermería también pero no lo recomiendo, la enfermera de guardia odia a los criminales y no creo que sea tan amable contigo - le soltó con su tono tan grave y masculino, procurando recordarse también que la muchacha no era más que una criminal y que por más frágil que la viera, no tenía que olvidarlo.

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Skyy A. Townsend

Luego de una noche tan intensa Skyy estaba agotada, había aguantado de forma orgullosa la golpiza que le habían dado en Seguridad, y ahora, con algo más que dolor en su estómago, lo único que quería hacer era dormir por varios días. Ella se relamió los labios, sedienta, le costaba un poco poder hablar con el hombre rubio que la custodiaba, no porque no quisiera continuar insultándolo, sino porque su cuerpo no cooperaba con ella. Skyy se incorporó como pudo en si silla, apoyando su espalda en el respaldo para soltar todo el aire de sus pulmones con pesadez. Malditos fueran todos esos perros de su jodido sistema opresor.

- Estoy cansada..- dijo Skyy casi con un gemido, volviendo a cerrar sus ojos con pesadez, necesitaba descansar, todo su cuerpo latía y había un pitido en sus oídos que la estaba volviendo loca. Skyy apretó los dientes, masajeándose el punte de la nariz- Creo que deberías devolverme a mi celda..- quería echarse en ese sitio horrible hasta que se la llevaran a borrar sus memorias de las últimas semanas. Información que Skyy no debería tener pero que Naomi le había dado antes de marcharse. Ella debía cuidarse de los de Seguridad había dicho su hermana mayor.

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Donovan no toleraba a los criminales pero tampoco estaba a favor de la violencia que habían ejercido sus compañeras solamente porque podían, sentía algo de lástima por aquella muchacha. El rubio dio un paso al frente para poder estar más cerca de ella, a pesar de haber comido todavía parecía que ella se iba a desvanecer en cualquier momento y él quería estar más cerca para poder evitarlo.

Asintió con la cabeza cuando ella le dijo que la devolviera a su celda, le parecía la mejor idea para ambos. Algunos de sus compañeros no tardarían en volver y además Donovan creía que ella querría descansar un poco antes de que volvieran a buscarla, iban a borrarle parte de sus recuerdos y era un procedimiento que hacía que todos se pusieran algo nerviosos la primera vez. Él ya había pasado por eso muchas veces y volvería a hacerlo esa semana por tener contacto con una criminal, el rubio ya se había acostumbrado a la confusión que aparecía luego.

Donovan la tomó nuevamente en sus brazos y la depositó con cuidado de vuelta en su celda, cerrando la puerta tras él y dejándola sola una vez que la muchacha cayó rendida al suelo y se durmió para ir a limpiar un poco la pequeña cocina de los de Seguridad. Se quedó media hora más en silencio hasta que llegaron sus compañeros, Donovan la había estado observando dormir y no podía evitar pensar en como sería cuando cayera la noche y fueran por ella. La muchacha era pequeña pero tenía fuerza y sobre todo actitud. Aquello sería todo una guerra.

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