74. Rock your body

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Simone L' Belfort

¿Por qué había permitido que Kyle la vistiera? Simone se miró delante del espejo de su cuarto al menos cinco veces antes de salir, y cada una de ellas terminó siendo un análisis exhaustivo. Su mejor amigo la miraba sentado en la cama de su cuarto, procurando tranquilizarla y asegurándole que se veía bien. Si lo pensaba de manera fría, no tenía puesto nada demasiado exuberante. Sólo una camiseta negra pegada al cuerpo y unos jeans que apretaban sus piernas y evidenciaban la curva de su trasero. Eso, tan sencillo, parecía ser un asunto para ella, que acostumbraba vestir prendas sueltas. Esos eran, de hecho, los únicos jeans que tenía en su ropero.

Antes de que comenzara el examen visual número seis, Simone tomó su cartera y se la colgó en un hombro. — Mejor vayamos antes de que todo esto parezca un mal plan. Por cierto, necesito que me cuentes las anécdotas que de seguro inventaste para hoy. Tengo que ponerme en papel. — Aquello no era sólo cuestión de vestimenta, sino también de actuación. Si Caroline aparecía, ellos debían verse como un par de novios como cualquiera, y la morena era dedicada con todo lo que hacía. Y más si involucraba el bienestar de su mejor amigo.

El bar estaba a oscuras cuando llegaron, sólo había pequeñas velas en cada una de las mesas y, por supuesto, una buena iluminación en el escenario al fondo. Caminó aferrada al brazo de Kyle, en parte para adquirir mayor seguridad. Percibió algunas miradas al entrar al local y, como era de esperarse, no le agradaba sentirse observada. Del brazo del castaño, esa sensación amainaba. — ¿Nos sentamos allí? — preguntó, señalando una mesa vacía cerca del escenario. Inspeccionó a su alrededor en busca de Kent, pero seguramente estarían en algún camarín improvisado o, tal vez, tras bambalinas.

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Kyle Eternalfire

Kyle soltó el aire de sus pulmones de manera dramática antes de tirarse hacía atrás y dejar que su cuerpo cayera sobre la cama de Simone cuando su mejor amiga se paró frente al espejo una vez más. A él le parecía que ya se había mirado en el espejo al menos una docena de veces para analizar exhaustivamente su atuendo, y cada vez el científico se había encargado de decirle lo bien que se veía. - Es un excelente plan. Además soy un puto genio y debería dejar la ciencia para volverme estilista.. - le dijo una vez que ya se había incorporado para tomar su campera de cuerpo. Bueno, realmente era la campera de cuero que Kent quería usar esa noche y él había robado de su apartamento al pensar en que se le vería mejor.

Ninguno de los dos tenía vehículo propio así que una vez que el taxi llegó, ambos se sentaron en la parte de atrás para repasar la actuación de esa noche. - Bien, eres mi novia y estás loca por mí. Eres biologa marina y tu especialidad son los pingüinos gentú.. - se inventó con una sonrisa divertida, eso no tenía nada que ver con su relación ficticia pero para él todo estaba en los detalles. - Llevamos dos años juntos y estamos pensando en comprar una cabaña en las afueras de la ciudad y tener cuatro hijos. Tú quieres nombrar a una Deirdre pero yo creo que es dramático y además va a ser que nuestra pequeña nos odie, así que no lo haremos.. - agregó una vez que estuvieron en la esquina del bar Amapola.

- No te preocupes, me miran a mi.. - bromeó al verla tan incómoda ante un par de ojos curiosos que los siguieron hasta la mesa que Simone le señaló. - De verdad te ves bien, Sim - Kyle le sonrió a su mejor amiga para tranquilizarla antes de echarle una mirada al bar. Más de la mitad de las mesas estaban ocupadas, lo cual era algo muy bueno para su hermano. A Kyle le pareció distinguir entre la gente a Odette con sus amigas pasteleras, pero era difícil estar seguro con la poca iluminación del lugar. - ¿Qué vas a tomar? - preguntó una vez que la camarera les dejó las cartas.

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Simone L' Belfort

La inventiva de Kyle era infinita, en especial cuando se trataba de bromas. ¿Cómo iba a dejar la ciencia para convertirse en elitista? ¿En qué mundo eso era posible? Si le preguntaban, le costaba imaginarse a su mejor amigo lejos de ese ámbito que tanto le apasionaba. Lo mismo le sucedía a ella con la medicina, a pesar de no sentirse lo suficientemente lista como para dedicarse a ello en profundidad. ¿En qué universos Simone se dedicaba en profundidad a algo que no fueran sus familiares y sus amistades? Una vez en el coche, Simone se hizo pequeña en el asiento trasero, apretando ambas manos con sus rodillas. Quería que el respaldo se la tragara pero procuró parecer serena y escuchar con atención las mentiras que debía creerse en lo que proseguiría de la noche. Siendo sincera, aquel juego de fingir le divertía.

— Pero... yo no sé nada de biología marina Kyle. ¿Y qué es un pingüino gentú? Bah, olvídalo. — Apretó una sonrisa y cerró los párpados por más segundos de lo normal, disfrutando del juego. — Oye, por cierto. Deirdre no es un nombre dramático... es bonito. — concluyó mientras entraban al bar, se había quedado con esa opinión ajena. Simone era amable y dulce, pero no era tonta, y sabía que no todas esas miradas estaban dirigidas a Kyle, pero agradeció en silencio su intento de tranquilizarla. Incluso le dedicó una sonrisa enternecida cuando le repitió que se veía bien. Confiaba en las palabras de su mejor amigo. Cuando se sentaron y las cartas con el menú llegaron a ellos, meditó si era buena idea beber cerveza. — Temo emborracharme y olvidarme de la historia que pactamos. — susurró, inclinándose sobre la mesa para que nadie más los oyera. Muchas veces la castaña actuaba como una niña demasiado correcta. — Bueno, pero un porrón... Sólo un porrón, eso será. De... ¿cerveza roja? — Hablaba más bien consigo misma, pero lo miraba a Kyle. — No te rías, tontito. No lo quiero arruinar. — se anticipó a la carcajada ajena, señalándolo con un dedo. Un ruido se oyó en la dirección del escenario y cuando dirigió su mirada hacia allí observó que los músicos comenzaban a acomodar sus instrumentos. Alzó la mano en alto para saludar a Kent, aunque no estaba segura de que la estuviera viendo a causa de la iluminación tenue del lugar.

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Kyle Eternalfire

- Entonces improvisa - le dijo, encogiendose de hombros mientras pensaba qué ordenar de la cara. - Sino ¿para qué me arrastraste a esa clase de improvisación hippie? - agregó con una pequeña sonrisa burlona que no pudo disimular al recordar a Simone corriendo a toda velocidad por la calle luego de que se fueran sin pagar de ese fiasco. - ¿Dos cervezas rojas, bastoncitos de muzarella y unas papas fritas para empezar? - le preguntó, entrecerrando un poco los ojos para poder verla mejor con la iluminación tenue del lugar. Iba a decirle en tono dramático que él nunca se burlaba de ella y cómo osaba acusarlo de tal acción, pero entonces un ruido desde el escenario los distrajo a los dos. Kyle había ido a un montón de conciertos de su hermano y ya sabía cómo era toda la rutina: Su gemelo siempre probaba sonido con la ayuda de sus amigos músicos para no agotar su energía al hacerlo con sus clones pero luego, perfeccionista como era sólo en lo referido a su vocación, terminaba repasando de a un instrumento por vez que todo estuviera como él quería.

Un rato después, Kyle y Simone ya tenían las bebidas y los snacks en su mesa. - ¿Crees que podamos tomarnos unas pequeñas vacaciones para celebrar Oktoberfest en Alemania? - le preguntó luego de llevarse una papa frita con queso a la boca. Claro que era sólo una idea porque no ganaba lo suficiente como para costear unas vacaciones improvisadas. - Sería muy divertido pasar el fin de semana completamente ebrios en algún lugar de mala muerte donde no entendemos el idioma.. - Su mano rodeó el vaso de cerveza pero no se la llevó a los labios, la mano de Kent en su hombro lo detuvo. - Hola Sim, te ves bien. Hey imbécil, comportate hoy, mi familia política vendrá.. - le pidió su gemelo antes de robar una silla de la mesa contigua y acercarla a su mesa para sentarse. Tenía un rato más antes del show, Odette y las refugiadas hablaban muy animadas y le parecía una gran idea robarle comida a su hermano antes de subirse al escenario. - Pero no tus no cuñados, Padme me dijo que Skylar tomó un turno extra en la Patrulla con tal de no escucharte aullar - dijo Kyle solo para molestarlo un poco, porque las palabras de su colega no habían sido esas.

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Simone L' Belfort

Ante el recuerdo de esa clase maligna, Simone rodó los ojos en señal de desesperación. No quería, si quiera, traer esa memoria a su mente. Terminó por enseñarle la lengua a Kyle, a sabiendas de que buscaba fastidiarla. No lo conseguiría. No tan temprano. Asintió con emoción ante la propuesta, estirando los diez dedos de su mano sobre la mesa de madera. — Papas y bastoncitos, qué delicia. La comida me ayudará a sobrellevar los efectos perjudiciales de la malta fermentada. — A veces, sin proponérselo, Simone dejaba en evidencia lo nerda que era para algunas cosas. Hablar como una persona normal no iba bien con ella.

Cuando el joven músico se sentó con ellos, Simone le dedicó una sonrisa y se estiró apenas sobre la mesa para alcanzar su brazo y apretarle la muñeca en señal de ansiedad. — Esto... — dijo señalando su atuendo con algo de dramatismo. — Fue idea de tu hermano. — Buscaba, de alguna manera, apoyo en el recién llegado, pero sabía que no lo conseguiría. Ninguno de los Eternalfire veía en la ropa elegida lo que ella notaba. Kent era idéntico a Kyle, a diferencia del largo de sus cabellos. Sin embargo, Simone podía distinguir fácilmente quién era cada uno con sólo escucharlos decir una palabra. Incluso a veces ni siquiera era necesario eso. Su mejor amigo tenía una forma de mirarla, esbozaba un cariño en sus ojos verdes, que por más que la morena tuviese una excelente relación con su gemelo, este último jamás iba a poder imitarla.

— Tú tranquilo, daremos una buena impresión. Yo te lo prometo. ¿Oíste Kyle? Una buena impresión. — abrió los ojos mirando a su mejor amigo, marcando con énfasis esas últimas tres preguntas. Simone no evitó percibir que su acompañante nombraba a Padme una vez más. La noche recién comenzaba y su nombre había resonado varias veces. Sin darse cuenta se había ido de la conversación hundida en sus cavilaciones así que, al regresar, sonrió como si nada hubiera pasado y permaneció oyendo la charla de hermanos. — Te sacaré algunas fotos para Kira, me pidió que lo hiciera. Así que ponte bonito. Y si estás nervioso, ¡no lo estés! Lo harás de maravilla como siempre, y tu familia política quedará asombrada con tu talento. — Mientras hablaba, se encogió brevemente en su asiento. Alzó los hombros y juntó las manos entre sus piernas. Simone siempre soltaba comentarios como esos, repletos de buenos deseos. En especial con aquellos que quería más.

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Amaba que Simone siempre tuviera un comentario intelectual e ingenioso casi tanto como amaba fastidiarla. Kyle se rió ante ello y le sacó la lengua también antes de que Kent se les uniera, quitándole el plato para servirse algunas papas fritas y bastones de muzarella. Claro que ninguno de los Eternalfire dijo nada al respecto, el vestuario de Simone no difería demasiado del resto de las presentes. - Una excelente impresión - dijo mirando a su mejor amiga e imitando la forma exagerada en la que ella abría los ojos. Claro que su idea de dar una buena impresión era contarle a los suegros de su gemelo que su gemelo sólo había aprendido a usar la máquina lavarropas hacía dos meses y que no podía hacer una comida sin cortarse a sí mismo o quemar algo.

- O lo harás terrible y todos los Kents se quedarán paralizados. - dijo, llevándole la contra a Simone antes de quitarle una papa frita de su plato. - ¿Paralizado como tú con Simone? - le devolvió Kent, recibiendo como respuesta una patada de su gemelo por debajo de la mesa y un insulto. Él sonrió como el bastardo que era, por lo menos sería suficiente para callarlo. -   Asegurate de tomar mi mejor ángulo, quiero subirlas a mi página. ¿Por qué Kira no vino? - quiso saber antes de darle un trago a uno de los vasos de cerveza de la mesa y disfrutar de como el líquido casi helado bajaba por su garganta. Kyle ahora no miraba a ninguno de los dos y agradecía la tenue iluminación del Bar que disimulaba su sonrojo.

Un poco más de charla despues, Kent se levantó al reconocer a Jax y Aryan Ackerman-Deveaux dirigirse a la mesa de su novia. -   Bien, iré a saludar y luego es mi turno de subir al escenario. Pórtense bien, niños - les dijo antes de ir al bar, llevarles dos porrones de cervezas a sus suegros parecía una buena idea. Kyle carraspeó cuando quedaron solos, en los últimos minutos había estado en silencio como sucedía cada vez que quedaba en evidencia, donde se tomaba un momento para calmarse y volver a su eje. - ¿Quieres algo más para comer? - le preguntó al ver el plato casi vacío que Kent les había dejado.

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Simone L' Belfort

En un lapso de tiempo muy breve, las personas que se sentaban a la mesa habían individualizado su comportamiento de una manera atroz, al punto de ignorar lo que le sucedía a los otros. Aunque las palabras surgían y formaban una conversación pausada y distraída, cada uno parecía abstraído en el interior de su mente. A Simone se le había metido la idea de que, sólo tal vez, Kyle comenzaba a pasar mejores ratos en su trabajo, puesto que encontraba en Padme una gran compañía. Odiaba tener esa clase de pensamientos que rozaban los celos, y jamás iba a permitir que su lenguaje corporal la delatara, pero no podía negar que estaban allí. Quizás los años estaban volviéndola aburrida y Kyle necesitaba transformar sus vínculos. No sería justo culparle por ello, y de serlo, tampoco podía juzgar a su mejor amigo.

Este último, por otro lado, se había dejado llevar por un comentario de su hermano que la morena apenas si había escuchado y procesado por tener la cabeza en otros asuntos. Había pasado de hacerle una mueca burlona imitando los famosos "ojos grandes" de Simone a quedarse casi en silencio. Tal vez sólo intentaba controlar sus impulsos ridículos para que los nuevos parientes de su gemelo no se llevaran una idea equivocada. Aunque... ¿desde cuándo Kyle se limitaba? Por último estaba Kent, que a pesar de los probables nervios que sentía por la visita de su familia política, había dado un toque fluido a la charla antes de retirarse.

— ¡Brillarás, Kent! ¡Mucha suerte! —Alzó los puños a la altura de su cuello y los apretó en un gesto repleto de emoción y buenos deseos. Lo siguió con la mirada hasta que se perdió entre las mesas y sólo entonces volvió a su mejor amigo. Ante su pregunta, Simone observó los restos de la comida y terminó riéndose con ganas. — Se suponía que la comida iba a minimizar el efecto del alcohol, ¿qué haré ahora? — se preguntó apoyando ambas manos en la mesita generando un sonido sordo. Negó varias veces y levantó una mano para llamar a la mesera. Pidió dos cervezas más para ellos, ambas rojas, y sólo cuando la joven partió se dio cuenta de lo que acababa de hacer. — Pero, pfff. ¡No le pedí comida! Mi distracción se supera cada día.

Tal vez con la cerveza causando estragos en su comportamiento se convertiría en una amiga más divertida y así Kyle sí disfrutaría el tiempo que pasaban juntos.

Mientras reía con ganas por su propia torpeza, Simone recorrió el sitio con la mirada. Reconoció a Caroline de pie con sus amigas junto a una pared del bar. Estaba contemplándola fijamente, con la mirada endurecida. Sin decir ni una palabra y sin dejar de reírse, Simone tomó la mano de Kyle por encima de la mesa, apretando sus dedos levemente. Esperaba que entendiera aquel gesto como lo que era: una señal.

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Kyle Eternalfire

A pesar de que había pasado un tiempo desde que había comenzado a darse cuenta de la atracción que sentía por su mejor amiga, una parte de él seguía convenciendose que no se trataba de nada más que eso. Por eso cada vez que Kent o Kero hacían algún comentario o que él mismo se encontraba a punto de cruzar la línea de la amistad, se tomaba un momento para repetirse que ella era solamente su mejor amiga y nunca había dado indicio de buscar nada más. Kyle estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no notó lo distante que se hallaba Simone, quien lidiaba con sus propias preocupaciones e inseguridades. Lo cierto era que el científico había desarrollado un gran cariño por Padme en esos meses que ellos llevaban trabajando juntos y admitía que se trataba de una mujer sumamente atractiva, pero nunca había despertado su interés.

- ¿Más alcohol? -  Respondió a su pregunta, soltando una carcajada momentos después cuando Simone ordenó las dos cervezas y olvidó la comida. Una pizza sonaba bien, pero embriagarse esa noche sonaba aún mejor. - Ya puedo verte encima de los parlantes bailando.. - Kyle comenzó con su tono burlón que rápidamente se apagó al sentir la mano de Simone apretar la suya por encima de la mesa, iba a terminar su frase agregando la música de porquería de Kent pero se detuvo, su mirada puesta en la de su mejor amiga.

¿Qué estaba pasando? ¿Simone había escuchado a Kent? ¿Estaba haciendo algo al respecto? Su silencio y las dudas en sus ojos alertaron a su amiga de que él no sabía qué diablos estaba pasando, porque Simone le señaló con la mirada y un muy disimulado movimiento de cabeza a Caroline, la rubia que lls observaba del otro lado del Bar. - Oh, eso.. - susurró, volviendo a conducir su atención a la mujer frente a él. - Bien, recuerda eres mi novia y amas a los pingüinos casi tanto como a mi.. - Kyle le sonrió antes de inclinarse hacía la mesa para acercar más su rostro al de Simone, con una pequeña sonrisa en los labios.

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Simone L' Belfort

La misión era clara: fingir que eran pareja. Pero, ¿cuáles eran los límites de aquella farsa? Cuando Kyle se acercó un poco más a ella, sonriendo con el encanto que lo caracterizaba, Simone se puso nerviosa. Su vientre bajo se sentía más pesado y una parte de ella quería salir corriendo de allí. No se movió, pero su postura tampoco parecía demasiado natural. ¿Pingüinos? ¿Otra vez con eso? Con los labios apretados y las mejillas tensas y rosadas, supo por el rabillo del ojo que Caroline se acercaba lentamente a ellos. — Que no, es imposible que los ame más de lo que te amo a ti. — Tal vez el tono de voz había sido algo exagerado en volumen, pero necesitaba que sus labios pronunciaran aquellas palabras con claridad para que la mirada escrutadora de la joven pudiera entenderla de todos modos.

Ni siquiera esa frase la amedrentó. Pocos instantes después estaba de pie junto a ellos en la pequeña mesa iluminada sólo con velas, pero Simone había decidido - y de alguna manera Kyle igual - no prestarle atención instantáneamente. De hecho, su mejor amigo tenía su mirada puesta en ella y parecía dispuesto a no quitársela de encima. Con todo el pudor que esa determinación le generaba, lo imitó hasta que la presencia de la tercera fue imposible de ignorar. Optó por un silencio vergonzoso, después de todo no se trataba de su ex novia así que no tenía absolutamente nada para decirle a menos que la conversación lo exigiera. Sólo la saludó con una sonrisa cordial, honesta a pesar de que esa chica no era de su agrado. Probablemente buscara generar entre ellos algún tipo de recelo, la forma de mirar al castaño lo demostraba. Simone sabía cómo había sido su historia, así que su intención no llevaría a ninguna parte. Ni siquiera aunque efectivamente fuesen una pareja. No supo bien de dónde salió eso, pero en algún momento de la breve charla la morena alzó una mano y la depositó en el hombro del castaño, para finalmente rodearle la nuca con la misma en una especie de caricia.

Caroline no permaneció mucho junto a ellos, tenía en su rostro la expresión de la derrota negada. Agradeció el regreso de la camarera y, tal vez a modo de fuga, Simone se apartó de Kyle y rodeó su porrón con ambas manos antes de llevárselo a los labios y dar un largo trago. — ¿Cómo estuvo eso? — preguntó en un susurro después de refrescarse, mentir siempre la ponía en un estado de malestar pero aquella ficción de pocos minutos había dado vuelta su sistema neuronal. La piel de los brazos se le había erizado.

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Kyle Eternalfire

Toda esa farsa de ser novios había comenzado por Caroline así que ¿por qué se sentía tan nervioso? No tenía sentido, ellos siempre se divertían jugando así, inventando nuevos personajes así como historias para ellos. Quizás esa vez se sentía diferente por la forma en la que Simone le decía que lo amaba de esa forma tan íntima, como si no se tratara de un sentimiento que ambos le expresaban al otro desde que eran infantes. Kyle estaba hipnotizado, nuevamente la presencia de su ex conquista pasó desapercibida por él que sólo reaccionó cuando su mejor amiga rodeó su nuca con su mano para acariciarlo, acentuando su sonrisa como el idiota enamorado que Kent decía que era. Y diablos, en ese momento no le parecía que estuviera tan equivocado.

Esa nueva idea, enterrada en el fondo de su mente, lo asustó un poco. ¿Estaba enamorado de Simone o sólo estaba confundido por la forma en la que sus ojos brillaban a la luz de las velas? De repente la castaña lo soltó y el mundo volvió a girar con normalidad, Kyle conectando nuevamente con la realidad para agradecerle a la camarera que dejó las bebidas en la mesa y se retiró. El científico carraspeó al escucharla, buscando palabras que no lo hicieran sonar tan torpe como se sentía. - Eso.. eso estuvo muy bien.. - dijo, sin éxito. Con una de sus manos tomó su cerveza y se la llevó a los labios, dando un trago largo antes de volver a apoyar el porrón con algo de brusquedad en la mesa. No sabía si era la cerveza o el momento, pero Kyle sintió que era hora de terminar con la farsa. Y no la de novios, si no la de amigos. - Creo que aún nos está mirando.. - susurró, valiéndose de esa excusa para volver a acercarse a Simone, sus labios tan cerca de los suyos cuando él cerró los ojos para ir por ese beso que fue interrumpido por el ensordecedor sonido del primer acorde de una de las canciones de su hermano gemelo. Definitivamente iba a matar a Kent.

Las luces se encendieron y la adrenalina se apoderó de Kent cuando salió al escenario con su guitarra eléctrica y comenzó a tocar. Después de él, tres de sus clones tomaron cada uno su lugar: uno en el bajo, otro en el teclado y el último en la batería. Todos luciendo la misma ropa que él y una amplia sonrisa en sus rostros. Adoraba ese sentimiento que lo invadía cada vez que tenía una presentación, incluso cuando su audencia no era tan extensa como esa noche y sólo se trataba de sus padres, un par de ebrios y Bellamy.

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Odette C. Ackerman Deveaux

El bar Amapola no tenía nada que ver con los lugares de mala muerte donde solía tocar Kent, y estaba feliz de que así fuera. Esa noche él tocaría en la parte del bar, donde la concurrencia era más joven. Odette estaba en la primera mesa observándolo tocar, compartiendo mesa con sus padres, Padme, Willa, Kero, Sonnet, Lana, Erdene y Bellamy. No había visto a Kyle y a Simone, algunas mesas por detrás de ellos. Odette sonrió al ver a una muchacha de cabello largo y oscuro sacar fotografías, lo que le permitía dedicarse exclusivamente a disfrutar del talento de su Kent.- ¿No les encanta?- dijo Odette casi en un grito para hacerse oír. Estaba feliz de que las nauseas hubieran desaparecido esa mañana. Hacía días que su estómago estaba batallando con algo que comió y le cayó mal. Incluso temió no poder ir a ver a Kent en su primer show pago. Y allí estaba, como su fanática número uno.

Padme y sus amigas estaban disfrutando de una noche afuera. Hacía tiempo que por el trabajo y su último proyecto no podía tomarse un rato como ese y estaba muy contenta de haber podido asistir al concierto de Kent. El cabeza dura de Skylar iría más tarde por una cerveza y a recogerla. Se suponía que más tarde se quedarían juntos, hacía una semana que no pasaban la noche juntos, y después de años de hacerlo entre tres y cuatro veces por semana, se sentía muy extraña. Solo ten cuidado, el show de Kent ya comenzó. Te veré más tarde decía el mensaje que le envió a Skylar. No le gustaba que él le prestara más atención al móvil que a la calle cuando patrullaba. Por lo que Padme solía no escribirle mientras estaba afuera.

El grupo de Kent no dejaba de animarlo, cantar sus canciones y vitorear. El único que no quería estar allí era Aryan que solo estaba sentado junto a Jax, que parecía un joven más. Y su cabello un poco más largo que lo habitual ayudaba al look, había que decirlo.

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Simone L' Belfort

Era tal su necesidad de distancia, que Simone ni siquiera pensó que Caroline tal vez seguiría viéndolos y que la farsa debía continuar. Pero, ¿cómo volver a esa proximidad que acababa de abandonar sin sentirse una tonta? Si era torpe de por sí, vergonzosa y tímida en ocasiones que incluían a terceros, ¿con qué valentía volver a tocar a Kyle o mirarlo con esa intensidad que, siendo sincera, no sabía de donde había salido? Y lo peor era que había sido correspondida. Claro, su mejor amigo era muchísimo más descarado que ella y eso de ser medio actor lo traía en la sangre. Simone no. Simone no podía explicar la forma en que lo había mirado, el por qué de aquel apretón en la piel de su cuello, o el calor que le subía por el cuerpo y que se había depositado con insistencia en sus mejillas.

Así que no, no fue ella la que regresó al contacto. Fue Kyle. Cuando el castaño se acercó a su rostro argumentando lo mismo que ella había pensado, no hizo más que quedarse quieta y clavar los ojos en los labios ajenos. ¿Ya no había límites? ¿En qué momento los besos habían pasado a formar parte del plan? Sintió que se desinflaba, que se quedaba sin aliento, y finalmente sus hombros se relajaron. No le importaba que Caroline estuviera mirando, de hecho no estaba segura de que así fuera. Sólo quería...

Las luces se encendieron justo después del primer acorde. Simone se dio vuelta procurando fingir que le importaba el iniciado concierto y no que huía de lo que acababa de suceder. Quiso buscar a la ex conquista de Kyle con la mirada pero ya no la veía. ¿Dónde estaba? ¿No era por ella que su mejor amigo había intentado... Joder, no podía ni siquiera ponerlo en palabras. Sin poder evitarlo volvió a girar la cabeza hacia el castaño pero no le dijo nada. Sólo apretó los labios disimulando una sonrisa y se obligó a que fuese el escenario su único punto de concentración de allí en más. Simone, escúchame. Te tienes que concentrar. No puedes sonreír, ¿entiendes? No es divertido. ¡Deja de sonreír!

Un trago a su cerveza fue suficiente para que la mueca de su rostro se suavizara, pero la energía que corría por su cuerpo la llevó a gritar el nombre del músico en varias ocasiones, tal vez con demasiado entusiasmo.

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Kyle y Kent Eternalfire

Aunque ese era su primer concierto pago, él ya estaba acostumbrado a estar encima del escenario y por eso sabía cómo manejar los tiempos, tomándose un momento para saludar a su público e interactuar con ellos entre canciones, preguntándoles cómo la estaban pasando y cómo se escuchaba desde abajo. Los primeros cuarenta y cinco minutos ya habían pasado y sólo le quedaba una media hora, el público estaba cautivado y era un momento ideal para presentar su nueva canción en vivo. - Me gustaría dedicarle esta canción a mi chica - dijo, su mirada dirigida a la mesa donde estaban la mayoría de sus allegados. - Solo espero que mis suegros no me odien por esto.. - bromeó con esa fresca sonrisa antes de girar el rostro hacía sus clones y hacerles una señal antes de comenzar a tocar. No le preocupaba la reacción de Odette al escuchar esa canción que había escrito sobre ella hace unos meses porque él ya le había dado un show privado unas semanas atrás, pero sí como se tomarían sus suegros que él cantara sobre el cuerpo de su hija.

Debajo del escenario, Kyle quería morir. Ya se había terminado su cerveza y habían pedido otra ronda más, como si al estar lo suficientemente ebrio podría olvidarse de que había intentado besar a Simone. Su jodida mejor amiga. La presentación se le hizo eterna, sus ojos todo el tiempo puestos en la castaña frente a él y en cómo ella cantaba y gritaba el nombre de su gemelo como si nada hubiese pasado entre ellos.

El repertorio de canciones de Kent variaban entre covers de canciones de décadas pasadas y sus propios temas en menor medida. A pesar de que las melodías surgían con facilidad, el jóven músico no era el mejor letrista y no tenía dinero suficiente como para contratar a uno, así que llenaba los espacios con esos éxitos que a todos les gustaban oír. - Gracias a todos por venir a escucharnos hoy - dijo aprovechando el sólo eterno de la última canción, una versión más rockera de Light my fire de The Doors. Luego pasó a presentarse a sí mismo en los distintos instrumentos, un chiste que siempre era bien recibido en su audencia.

Cuando Kent bajó del escenario fue directo a los labios de Odette para luego preguntarle a sus suegros cómo la habían pasado, recibiendo una dura mirada de parte de Aryan, quién seguía con los brazos cruzados a la altura de su pecho. - Hey, ustedes, vengan aquí- dijo, buscando a su hermano gemelo y a su amiga para integrarlos a la larga mesa donde estaba el resto. - Kyle, Simone, ya conocen a Oddie, Willa, Padme y las refugiadas.. ellos son Jax y Aryan. Suegros, él es mi gemelo y ella es Simone- los presentó, pensando que quizás luego podría acercarse a contarles que su situación era algo así como la de Skylar y Padme para generar un poco de charla y simpatía, aunque fuera a cuestas de su hermano.

Kyle sonrió al ver a Padme, tomando de la mano a Simone para ocupar el lugar al lado de la rubia y luego soltarla al darse cuenta de lo que hacía. Carajo, tenía que dejar de pensar en aquello que no había pasado. - No sabía que vendrías esta noche.. ¿Cómo está todo?- preguntó, agradeciendo esa distracción que era hablar con su compañera. Además de agradecer que Padme estuviera allí esa noche para que él no tuviera que seguir actuando tan raro con Simone, se alegraba de que ella hubiera salido del laboratorio. Más después de que le contara sobre esa discusión con Skylar que parecía tenerla algo angustiada.

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Odette C. Ackerman Deveaux

Kent en verdad asesinó el escenario esa noche, Odette no cabía en su cuerpo del orgullo que sentía por su castaño. En cuanto él estuvo a su alcance lo besó como si acabara de regresar de la guerra, olvidando que sus padres y amigos los observaban.- Mi padre va a matarte por esa canción pero estuviste increíble guapo..- le dijo, uno de los brazos de Kent alrededor de su cintura para disgusto de Aryan. 

Kyle y Simone se sumaron a la mesa mientras Jax felicitaba a Kent en nombre suyo y de Aryan aunque su marido seguía con el semblante serio. Ellos se quedarían por un poco de pizza y cerveza y luego se marcharian para dejar a los niños divertirse.- ¡Kyle! ¿Lo viste? Increíble..- Padme no dudó en abrazar a su compañero de trabajo por el cuello, reparando en que Simone lo acompañaba.- Simone, qué bueno que estés aquí, te ves preciosa..- ella le sonrió a la enfermera de Omega y se enfrascó en una conversación con Kyle, contándole sobre la última semana con Skylar. Las cosas estaban un poco tensas entre ellos aunque ambos se esforzaban por fingir que todo iba bien. 

- Tranquilo, comeré solo de queso y no estoy tomando cerveza, mi estómago sobrevivirá..- Odette le sonrió a Kent, sentándose muy pegada a él, su cabeza recostada en el hombro masculino mientras los dos participaban de las diferentes conversaciones de la mesa. Le alegraba que Sonnet y Lana hubieran aceptado su invitación al show de Kent, ambas necesitaban un rato de diversión después de semanas de tanto estrés. Sin mencionar que Padme comenzaba a ruborizarse luego de su segundo vaso de cerveza. 

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Simone L' Belfort

Kent era un artista excelente. Contemplarlo manipular esos instrumentos tan variados unos de otros y presenciar cómo su carisma y su seguridad dominaban el escenario era un placer. Sus espectáculos siempre eran increíbles, incluso cuando apenas comenzaba. El público de Amapola lo disfrutaba, se notaba en los festejos al final de cada canción y también en el ambiente enérgico en general. Alguna vez, Simone se había animado a pedirle consejos musicales a su amigo, y en efecto habían sido útiles, aunque por su miedo a convertirse en un estorbo, ya no había repetido la solicitud. Lo cierto era que la castaña no ocupaba mucho tiempo de sus días haciendo música, se sentía bastante torpe con los dedos y, por lo mismo, se frustraba con rapidez. Prefería observar a los expertos, exactamente como en ese momento.

Además, luego de... lo que fuera que había ocurrido con Kyle, pensar en el talento que su hermano gemelo tenía resultaba mucho más oportuno. De hecho, más allá de alguna que otra mirada, Simone sobrevivió el concierto sin pensar demasiado en lo que había ocurrido justo antes de que la música comenzara. Había optado por convencerse de que, tal como lo habían charlado, aquella cercanía había sido parte de la farsa y nada más. Era un juego, nada distinto a lo que acostumbraban. Entonces, si así era, ¿por qué se sentía tan rara ahora que, finalizado el show, Kyle charlaba fluidamente con Padme, en un tono de voz entusiasta y cómplice?

Sonriendo dulcemente pero en absoluto silencio - estado que definía a Simone cuando estaba con desconocidos -, se sentó a la mesa con el resto del grupo y atendió a la conversación general que se daba. Había agradecido a Padme por el halago dedicado pero hasta allí llegaban sus palabras. Deseaba fervientemente no sentirse tan incómoda, especialmente porque ese malestar que recorría su cuerpo le generaba culpa. Una parte suya quería sumarse a esa charla entre los dos, pero bien sabía que no le correspondía. ¡Ella no era así, no metía las narices en asuntos ajenos! Finalmente se distrajo con la escenita romántica que se desarrollaba frente a sus ojos. Sonrió al ver a Kent y Odette en aquel estado meloso y, cuando el castaño de cabello largo notó que los observaba, Simone sólo pudo dedicarle una sonrisa pequeña y desviar la mirada. Se sentía descubierta, y con el descaro de Kent era posible cualquier comentario de su parte.

Sí, todo se reducía a que era aburrida. Aquel pensamiento volvió a su cabeza y, para ahogarlo, apuró lo que quedaba de su porrón de cerveza.  Simone se excusó del grupo diciendo que debía ir al baño - lógico después de todo lo que había bebido - y se alejó dando pasos cortos y controlados. Ponerse de pie la había mareado un poco, pero nadie parecía haberlo notado. Una vez dentro del cubículo suspiró pesasadamente: allí no tenía que fingir mesura.

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Kyle y Kent Eternalfire

-¿Estás segura? Porque puedo ver de conseguirte algo más sano y ligero para comer - Su chica no se había estado sintiendo muy bien últimamente y eso le preocupaba, Kent incluso le había dicho que podía no saltearse el show o que podían irse al terminar pero Oddie se había negado a ambas ideas. Su mano acariciaba su cintura con lentitud mientras hablaban con Sonnet y Lana, encontrando unos minutos después la mirada de Simone puesta en ellos. La escena tardó un poco en esclarecerse a sus ojos, pero cuando Kent entendió el triángulo amoroso que se había armado del otro lado de la mesa sonrió. Aquello era ridículo y sólo porque la mayoría de los presentes habían reprimido demasiado sus sentimientos, o eran un jodido cagón como su hermano gemelo. - Hey Bells, ven a tomarte una cerveza.. - dijo luego al desentenderse del tema, alzando su voz para llamar a su mejor amigo y haciéndole un gesto con la mano para que se acercara. Quizás podía hacer de Cupido y presentárselo a Lana o Erdene, siendo que Sonnet tenía ya un hombre misterioso y Simone y Willa estaban fuera de los límites. No quería que su hermano o su suegro fueran a matarlo esa noche.

Kyle se sentía un idiota en ese momento, cuando la incomodidad de Simone cada vez se volvía más notable a sus ojos y en su lenguaje corporal. Su amiga era introvertida y todo, pero allí había algo más y él no podía evitar culparse por aquello. Y entonces ella se levantó, excusándose con que tenía que ir al baño y se alejó de ellos mientras el castaño la seguía con la mirada, preguntándose si debería ir detrás de ella. ¿Y decirle qué, imbécil? La jodiste. Pensó, girando su rostro para volver a quedar de frente a Padme y poder reanudar su conversación con la rubia sobre unos detalles del proyecto en el que estaban trabajando.

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Odette C. Ackerman Deveaux

Luego del show de Kent el bar recuperó su ritmo habitual con su propia banda sonora. Las conversaciones, las risas, el ruido de vidrio al chocar los vasos. La mesa de Kent y sus amigos y familia era la más grande, tenía que admitir que tenía un gran circulo de apoyo. Odette no podía estar más feliz por su pareja en ese sentido. Las artes y el esfuerzo que suponían estaban constantemente infravalorados, sobre todo en sus inicios.- Disfruta tu noche Eternalfire, yo estaré bien..- le dijo Odette a su pareja, llevándose un segundo trozo de pizza a la boca. Sus padres acababan de marcharse cuando la cabeza castaña de Flame apareció a la vista. Sonnet, Lana y Flame se abrazaron y la recién llegada se sentó luego de pedir una cerveza para ella. Su turno en la cocina del restaurant Amapola acababa de terminar y ella decidió hacer caso a la invitación de Sonnet y darse una vuelta por la zona del bar.

- No lo sé, dice que todo está bien pero siento que no es lo mismo, no pasamos tanto tiempo juntos como una semana atrás y no me gusta, no quiero estar así con él..- dijo Padme, mordiéndose el labio inferior, sus mejillas sonrojadas por la cerveza. Desde que trabajaban juntos, Padme encontró un buen amigo en Kyle, y se sentía en la confianza suficiente como para comentarle como se sentía con respecto a la distancia que Skylar puso entre ellos. Claro que con la familia de Skylar cerca no lo llamaba por su nombre, no quería que ellos se preocuparan.- No quiero que él este enojado conmigo, no quiero que.. ¿Simone no lleva mucho tiempo en el baño?- dijo de pronto Padme al notar la falta de la enfermera de Omega.

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Simone L' Belfort

Alejarse del grupo había sido un alivio, sí, pero la excusa no había sido una mentira completa. En efecto, sí quería ir al baño. Simone notó que su percepción del ambiente estaba distorsionada. Los cuerpos que pasaban junto a ella parecían hacerlo a una velocidad diferente a la normal y las luces azules y rojas le escocían los ojos. ¿Cuántas cervezas había tomado? No podía recordar la cantidad. Una vez dentro ocupó el primer cubículo vacío, el deseo de orinar se había apoderado de ella apenas cruzó la puerta. El alcohol hacía que los segundos corrieran a un ritmo distinto porque podía jurar que el tiempo pasado allí dentro le pareció una eternidad. En la oscuridad que un parpadeo la sumió, Simone no podía dejar de pensar en su mejor amigo hablando con Padme, riéndose con una naturalidad que no tenía con ella. No, estaba segura. Kyle no sería así con ella.

Simone, ¿verdad? Eres bonita, no sabía eso. Aunque honestamente me parece extraño. A Kyle siempre le gustaron rubias, él mismo me lo dijo.

Acababa de abrir el grifo para lavarse las manos cuando alguien más rompió su burbuja personal, hablándole tan de cerca que podía sentir el olor de su lipstick. Tardó en reaccionar, una vez más el alcohol en sus venas. — Disculpa... ¿qué dices? — A pesar de conocer algunas historias de Caroline y opinar que no era la mejor persona del mundo, Simone no vivía su día a día con prejuicios, por eso fue que sólo cuando la chica volvió a soltar veneno en su hablar que comprendió cuáles eran sus intenciones.

No es muy difícil, cielo. Que se aburrirá de ti así como se aburrió de mi. De hecho, me extraña que no haya sucedido ya.

Una mirada de cuerpo completo le alcanzó a Simone para entender que no tenía absolutamente nada que hacer allí. — ¿Acaso conociste a Kyle siquiera un poco? — le preguntó mientras cerraba el grifo y se secaba las manos con una toalla de papel. — Adiós, Caroline. — Al salir del baño Simone se preguntó si, tal vez, no acababa de ser muy ruda o descortés. Regresó a la mesa con pasos lentos. Ir al baño parecía haber suavizado un poco el efecto del alcohol, aunque a pesar de eso sentarse nuevamente en la silla la mareó levemente. ¿Estaban todos ubicados en el mismo lugar que antes? Sin motivo aparente, la morena acercó su silla a la de Kyle y apoyó el mentón en el hombro derecho del castaño. ¿Se le cerraban los párpados por la ebriedad o por el sueño?

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Kyle y Kent Eternalfire

Apenas tuvieron la oportunidad de hacerlo, sus suegros se marcharon. Kent se ofreció para acompañarlos al automóvil, pero sólo recibió una mirada fulminante de parte de Aryan antes de que él lo apartara para saludar a su pequeña con un abrazo. - Creo que salió bien - le dijo a su mejor amigo cuando ambos fueron a buscar más cervezas para todos. Se suponía que sus bebidas eran cortesía de la casa, pero él se había ofrecido para pagar también las consumiciones de su chica, sus suegros y su cuñada. Y como no tenía los medios, Bellamy fue a socorrerlo con el dinero y él lo agregó a su cuenta de te lo devolveré cuando sea famoso. Al volver a la mesa y sentarse junto a Oddie notó que la mesa se había extendido, lo que era normal en Maud donde todos se conocían con todos. Aún así no pudo evitar notar que la silla de Simone seguía desocupada y que su hermano seguía metido en una conversación con Padme. - ¿Creen que si Skylar estuviera aquí yo tendría que reemplazar lo que fuera a quedar de Kyle con mis clones? - le preguntó a Oddie y a las refugiadas, su brazo nuevamente alrededor de su chica mientras ellos hablaban animadamente y se reían.

- Estoy seguro que lo resolverán, P. Además parece más un problema que tuvo con su hermano que contigo - le respondió Kyle, que constantemente desviaba la mirada de la rubia para buscar a Simone por el bar. Aún así, se sentía muy mal por su amiga porque sabía lo unida que era a Skylar y lo mal que toda esa situación la tenía. Además luego estaba el extra donde no podía evitar pensar si él estaría sonando igual de afligido en una semana cuando Simone dejara de hablarle. Parecía no ser el único que notó la ausencia y cuando Padme lo señaló, toda su atención volvió a ella y él se perdió a Simone caminando hacía ellos. - ¿Crees que debería ir a buscarla? Aunque no sé si querrá verme, quizás puedes ir t..- no llegó a terminar la frase que el agudo sonido de una silla arrastrándose llegó hacía ellos, para luego sentir el peso del mentón de Simone sobre su hombro y que todo su cuerpo se tensara por un momento. Entonces el mundo volvió a girar con normalidad y su sonrisa fue amplia cuando todas sus preocupaciones se disiparon. Seguramente había hecho todo un drama de ebrio por algo insignificante que sólo había ocurrido en su cabeza. Todo estaba bien entre ellos y por eso Kyle buscó la mejilla de su mejor amiga para acariciarla, un gesto que él no solía tener. - ¿Estás bien, Debbie Harry?- le preguntó, permitiéndose volver a su eje al hacerle esa pequeña referencia por su vestuario.

Los párpados pesados de Sim amenazaban con cerrarse en cualquier momento, así que luego de un poco más de charla decidió que lo mejor era acercarse a la barra para comprarle un agua a su mejor amiga, pagar y llevarla de vuelta a su apartamento. Kyle le explicó que se ausentaría solo un momento y se quitó la chaqueta que le había robado a Kent para hacerla un bollo y dejársela en el regazo, así Simone tendría una almohada si quisiera descansar un poco en el mientras tanto. - No acostumbra a tomar así.. Y creo que tu tampoco - le dijo a Padme entre risas cuando los dos estuvieron solos en la barra y reparó en que ella también estaba bastante ebria. Ambos ignorando completamente la mirada furiosa de Skylar Ackerman-Deveaux sobre ellos cuando él entró al bar. El miembro de la Patrulla Omega reconoció a la rubia de espaldas y se acercó para luego detenerse a una corta distancia al verla hablando tan animada con el imbécil de Kyle. ¿O sería Kent? No importaba, eran la misma porquería.

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Odette C. Ackerman Deveaux

Skylar iba a hacer pedacitos a Kyle, no tenía dudas de eso. Lo que era una lástima porque a Odette le agradaba mucho. Además, no les faltaba mucho para convencerlo de ver alguno de los realities que veían con Kent y su familia.- Supongo que lo averiguaremos muy pronto, guapo..- le dijo Odette tomando el mentón de Kent para que observara como Skylar entraba por la puerta e iba directo a la barra donde Padme y Kyle buscaban algo más para tomar. Dios, eso escalaría muy rápido. Nadie en la familia Ackerman Deveaux entendía como es que Skylar no se sinceraba consigo mismo sobre sus sentimientos hacia Padme.- De verdad me agradaba tu hermano..- dijo Odette, la luz del lugar le daba justo en el lateral del rostro a Sky y ella podía ver su gesto tenso y malhumorado. Era un milagro que no sujetara a Kyle del cuello para alejarlo de Padme. Sonnet y Lana se rieron con ella, observando también la situación. Oddie le hizo un gesto con la cabeza a Willa para llamar la atención de su hermana, aunque ninguna lo dijera y más allá de cualquier broma, ambas estaban listas para salir corriendo y detener a Skylar si era necesario.  No podía negar que la reciente irascibilidad de su hermano la preocupaba.

Una cerveza más sonaba bien para ella. Padme se puso de pie y siguió a Kyle, dejándole su bolso y su móvil al cuidado de Simone. Los dos caminaron entre el gentío hasta alcanzar la barra del lugar. Durante el show de Kent el lugar se había llenado de gente y recién se daban cuenta de eso. El comentario de Kyle sobre la bebida la hizo reír y arrugar apenas la nariz.- Eso no es cierto, solo estoy un poco.. un poco..- dijo Padme como si fuera la frase más coherente del mundo y no pudo evitar volver a reírse al ver el gesto en el rostro de Kyle. Ella volteó con su vaso de cerveza en la mano lista para regresar a la mesa con el resto del fans club de Kent, distraída como estaba le costó un segundo de más reparar en la persona que tenía delante de ella.- ¡Skylar!- dijo y todo su rostro se iluminó. Llevaba tantos días echándolo de menos que hasta olvidó el vaso de cerveza en su mano. Fue bueno que Kyle fuera bueno de reflejos y lo tomara de sus manos antes de que ella se abrazara al cuello de su mejor amigo.

- Pensé que ya no ibas a venir, qué bueno que estés aquí..- Padme sonrió al sentir los brazos de Skylar a su alrededor y como la pegaba un poco más a él. Ella le dejó un beso en la mejilla, sus labios aterrizaron junto a la boca masculina. Detalle que la borrachera no le permitió notar cuando ella lo tomó de la mano y lo jaló para que pudiera ir y sentarse con el resto de ellos. Padme recostó la cabeza contra el brazo de Skylar, sentada entre él y Kyle que seguía al pendiente de una adormilada Simone. Odette saludó a su hermano, arrojándole un beso a la distancia. No interrumpiría su momento con Padme después de los días tensos que pasaron luego de la cena familiar.

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Simone L' Belfort

El hombro de Kyle se sentía tan bien bajo su mentón que el reciente encuentro con Caroline había quedado en el pasado rápidamente. No merecía su tiempo ni su energía. Prefería disfrutar del calor que emanaba naturalmente el cuerpo de su mejor amigo a través de la ropa. — Debbie Harry por culpa enteramente tuya. Yo ya quiero sacarme todo esto. — masculló sin abrir demasiado la boca. Levantó la mano derecha y sujetó entre dos dedos el tirante de su camiseta, aunque el elástico de la misma la devolvió a su sitio. — Estoy bien, es sólo que... ya sabes. La cerveza me da un poco de sueño.

Asintió ante las palabras ajenas cuando éste dijo que iría a la barra a por algo para beber. En el momento no se le ocurrió discutirle y decir que no era necesario, sólo recogió las cosas de Padme para cuidárselas y estiró la campera que Kyle le había dado para ponérsela sobre los hombros. Ella tenía su propio abrigo, claro que sí, pero ese tenía el aroma de su perfume. Tal vez, en vez de agua, Simone debía seguir tomando. No quería que tuvieran que irse de allí sólo porque, como una niña pequeña, estaba quedándose dormida en una silla. Si Kyle le traía una botella de agua, ¿no iba a quedar como una señora aburrida? Apuró lo que quedaba de una botella de cerveza en la mesa al interior de su vaso, y de allí, a la boca. Pretendía que eso sucediera antes de que el castaño regresara de la barra pero, como varias veces esa noche, sus expectativas fallaron. — Qué rápido, ¿o es que el tiempo pasa diferente para mi? — preguntó alzando el mentón por la diferencia de altura. Simone le sonrió a la silueta de su mejor amigo que la observaba de pie frente a ella con la botella en la mano, había ignorado absolutamente todo lo sucedido con el recién llegado y Padme. Ya ni siquiera sentía celos de su amiga, el sueño era mayor. Abrió la boca para decir algo más pero instantáneamente la cerró. Se puso de pie de una manera algo atolondrada, mareándose por el movimiento. Entre los brazos de Kyle que, temeroso, la había atajado de un posible tropezón, la morena comenzó a reírse en voz baja. — ¿Vamos a casa ya? — preguntó, reconociendo su propio estado.

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Kyle y Kent Eternalfire

Kent sabía que Skylar tenía un verdadero problema de ira y que era muy probable que su hermano terminara en emergencias, y aún así él era tan desgraciado que soltó una carcajada al verlo acercarse a la barra. No podía evitar encontrar aquella situación de lo más cómica, era ridículo que su cuñado pensara que Kyle sentía algo por Padme cuando era evidente que llevaba años enamorado de Simone, o por lo menos evidente para todos menos para los involucrados. Pero bien, con algo de suerte se lo sacaría a golpes y su gemelo terminaría admitiendo cuáles eran sus verdaderos sentimientos. Él acarició el hombro de su chica y se llevó a los labios el vaso de cerveza, expectante ante lo que ocurriría.

Con los puños apretados al costado del cuerpo Skylar se acercó un poco más a ellos, cegado de la ira al verlos reírse y conversar de esa manera tan íntima. Dio dos o tres pasos más y Padme volteó a verlo, su gesto suavizandose un poco cuando ella lo saludó con emoción. La rubia se abrazó a su cuello y Sky puso una de sus manos en su espalda baja. La pegó a él de manera celosa mientras su mirada encontraba a Eternalfire, quién le sonrió y lo saludó con un gesto de la mano. Maldito imbécil que era. - ¿Eternalfire te estaba molestando? - le preguntó pero no recibió respuesta, Padme volvió a hablarle y hasta besó la comisura de sus labios sin una gota de pudor, haciéndole olvidar de todo lo demás por un momento... Hasta que la molestia volvió cuando estuvieron con el resto del grupo.

A Kyle no se le pasó por alto la amenaza silenciosa que se escondia detrás de la mirada que Skylar le había arrojado, pero no había mucho que pudiera hacer al respecto. Pelear no estaba entre sus fuertes, quizás usar su campo de fuerza si la situación lo ameritaba pero ¿por qué querría pelear por algo que sólo ocurría en la cabeza de Skylar? Kyle le tenía un gran afecto a Padme y tenía que admitir que era atractiva, pero ella era sólo su amiga y uno no pensaba en sus amigas de forma romántica o sexual. No, eso estaba mal. Su hilo de pensamientos lo trasladó rápidamente a Sim, volviendo a unos momentos atrás cuando ella le había dicho que quería sacarse la ropa y la extraña sensación que esa simple frase había provocado en él. No, no era correcto pensar a Simone así. Intentó mentalizarse para regresar al foco a esa noche y quitársela de la cabeza, a la vez que sus pasos lo conducían nuevamente a la mesa donde su mejor amiga lo observaba con una sonrisa y ojos pequeños. Su idea era que ella se hidratara un poco antes de que ellos se fueran pero Simone se puso de pie de manera rápida y se mareó, tropezandose hacía adelante. Kyle no tardó en tomarla en sus brazos, dejando la botella encima de la mesa una vez que cesó la risa que soltó su amiga y luego él por contagio. - Vamos a casa.. - le respondió, repitiendo sus palabras aún sin soltarla.

Skylar observó de reojo la situación por un momento, notaba a L'Belfort en confianza y tampoco era que estaba excesivamente ebria pero aún así indagó un poco con Padme para asegurarse que Eternalfire no fuera a intentar nada con ella en ese estado. Era demasiado policía a veces, no confiaba en nadie. - Padme, ya es hora de irnos.. - le dijo a la rubia acercando un poco su silla a la de su mejor amiga. Saludó con un gesto de la cabeza a Oddie cuando ella y Kent se fueron, seguidas por las refugiadas que quedaron y su hermana Willa. Su plan no había sido nunca sentarse y socializar y seguía sin serlo.

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Simone L' Belfort

El refugio que representaban los abrazos de Kyle era, probablemente, el único lugar donde podía dejarse cuidar. Simone tenía un instinto tan maternal que pocas veces dejaba que se ocuparan de ella y todo eso, cuando bebía un poco, giraba 360° rápidamente. Sabía que podía desplomarse allí mismo, perder la conciencia, y que nada malo le pasaría. No si su mejor amigo estaba a su lado. Un saludo cordial al entorno de personas que los rodeaban, un pestañeo, y ya estaban en un coche. La morena sonrió observando sendero de luces altas que los faroles callejeros formaban con sus destellos, y si no se quedó dormida fue porque los mimos cuidadosos del castaño la mantuvieron despierta.

El apartamento de Kyle apareció frente a ellos y, con una energía repentina, se despidió del conductor de Uber y bajó del coche. Caminó hacia atrás para no perder de vista a su acompañante, acto bastante peligroso considerando su estado. — Luego me dices cuánto salió el viaje. — decretó, era increíble que tuviera en cuenta algo como aquello en ese preciso instante. Simone no tardó en hacer suya la cama ajena, el cuerpo le pesaba al igual que los párpados, y tenía tanto sueño que ni siquiera se desvistió. — Mmmh, Kent estuvo genial, ¿verdad? — masculló apoyando el costado de su rostro sobre la funda de la almohada.  — Seguro que voy a babear esta noche. — rió, prácticamente entusiasmada con su propio comentario. — Kyleee, ¿dónde estás? Ven a dormir. — reclamó como una niña pequeña, la poca luz del cuarto le dificultaba encontrarlo con la mirada. Tal vez el alcohol en sus venas era otro obstaculizador.

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Padme G. V' Havre

¿Hora de irse? ¿Cómo era posible? Al escucharlo decir aquello la mirada de Padme fue de inmediato de Kent y Odette que se marchaban a Skylar. Ella no quería irse, llevaba semanas trabajando sin parar como para desaprovechar una salida ¡era su noche libre!. Padme negó con la cabeza antes de ponerse de pie y jalar a Skylar a la pista de baile. Si él no quería hablar con las chicas, podían ir directo a la pista y bailar un poco.- Una canción ¿por favor?- era obvio que Padme no quería quedarse solo por una canción, pero ella estaba demasiado borracha para darse cuenta que de disimulada no tenía nada.- Creí que no ibas a venir, ¡estoy muy contenta!- Padme comenzó a bailar con Skylar como si él ya hubiera aceptado quedarse por un rato más. No solía ser tan efusiva cuando estaba borracha, pero quizá tanto trabajar sin descanso le estaba pidiendo que se relajara y disfrutara el momento. Y claro que iba a hacerlo. Era la primera vez en toda la semana que veía a Skylar y estaba feliz.

La pista estaba demasiado llena de gente como para que ninguno de los dos estuviera cómodo, pero Padme no se rindió. Ella se apoyó contra Skylar y dejó su cabeza descansar en el pecho masculino, meciéndose en su sitio. La canción no era lenta, pero no le importaba, solo quería un poco más de ese momento con su mejor amigo. Quería que ellos volvieran a estar como antes de la cena familiar en casa de los Ackerman Deveaux. Quizá la música y el territorio neutral los ayudaran a terminar las paces. Padme no había hecho nada malo, y era extraño que Skylar se enojara así con ella. O peor aún, que se desquitara con ella. Jamás lo hizo antes. Durante esa semana Padme escribió a los tres hermanos de Skylar. Odette y Willa no sabían que hablaron sus hermanos, y Avan, por supuesto, le dijo que debía hablarlo con Skylar. Menuda ayuda.

- ¿Ya no estás enojado conmigo?- quiso saber, parada en puntas de pie para hablar directo en la oreja de Skylar. El cabello oscuro de él haciéndole cosquillas en la nariz. Padme se quedó muy quieta en su sitio al sentir que las manos masculinas la apretaban un poco más, suponiendo que Skylar intentaba asegurarla por si ella tambaleaba por culpa de las personas a su alrededor. Al ser un miembro de la Patrulla Omega, su mejor amigo vivía pendiente de lo que lo rodeaba, un sentido del que Padme carecía.

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