89. Hay alguien a quien deberías conocer

Hay alguien a quien deberías conocer

Elec M. Harrington

Lo captaba, fue una mala decisión. Elec se pasó una mano por el rostro con hastío, porque si escuchaba un silbido más de Zaden de verdad iba a hacerle daño a su hermano pequeño. No sabía qué demonios lo llevó a cortarse el cabello de esa manera y afeitarse su barba, pero lo hecho, hecho estaba. Maldita sea. Y es que suficiente en su plato ya tenía. Luego de volver de Isla Maud con Alabaster, él seguía luchando por asumir lo que le pasaba con su.. compañero. Lo que de nuevo abrió una distancia con él, y como si eso no fuera suficiente, la última hembra a la que sirvió, casi un año atrás murió en el parto de su hijo. 

Era padre. 

Elec ni siquiera sabía que esa hembra estaba embarazada y ahora resultaba que tenía a su cargo a un niño de dos meses. Y él era tan poco material para padre que ni siquiera le había elegido un nombre. Claro, pasó las últimas semanas intentando elegir uno pero nada le parecía lo suficientemente bueno para el niño. Y no iba a llamarlo Zaden Dante Harrington, carajo.- Bien, colega, aún eres un sin nombre, quizá podría dejarte así hasta que crezcas y puedas elegir uno que te guste, aunque temo que terminarás llamándote como algún dibujo infantil de moda..- le dijo al niño que lo miraba con sus enormes ojos celestes desde su cuna. Elec se pasó una mano por el cabello otra vez antes de tomar al niño entre sus brazos para tumbarse con él en su pecho sobre su cama. Desde que los presentarán que hacía mucho eso, de alguna manera le daba cierta paz. 

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Alabaster Devereaux

Bien, aquella se auguraba una noche bastante movida en el bosque. Alabaster había regresado a la Corte junto a su compañero hacia un poco más de un mes pero las cosas con el no se habían arreglado ni mucho menos, el le había pedido tiempo y Baster necesitaba algo de lo que realmente hacerse cargo, no había regresado al ejército del Sur, y había pasado los primeros días encerrado en su habitación hasta la interrupción de su primo Black, Gawen creía que sería bueno que lo acompañará en las guardias nocturnas del Bosque de la Corte y así lo había hecho cada noche desde entonces, muchas veces quedándose en el Castillo Black para no tener que pasar demasiado tiempo cerca de la Corte.. y de Elec.

Esa noche habían descubierto rastros de sangre en un árbol como si hubiera habido una pelea y su olfato le decía que no era de un vampiro sino de un lobo por la zona. Baster escucho maldecir a Gawen y decirle por molécula vez que odiaba a los lobos mientras caminaban por los pasillos de la Corte, llenos de sangre luego de haber recogido los cuerpos de la pareja de lobos que habían encontrado y dejado en el hospital aunque estaban seguros que no iban a salvarse.

- Vete a la mierda Black.. - le dijo a su primo cuando de nuevo pregunto si había visto ya a su "compañero". No quería saber nada, había escuchado rumores extraños de Elec en esos días y necesitaba que todo aquello fuera solo eso, palabrerías de gente aburrida y no confirmar que su compañero tenía un hijo de la noche a la mañana. - Me voy a dar un baño, y regresaré al Castillo.. - le dijo al despedirse.

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Elec M. Harrington

Si había algo que no le interesaba y en lo que no se fijaba, eran las habladurías de la Corte Omega. Algunas veces el lugar parecía una preparatoria. A la gente le encantaba hablar. Y él no quería exponer a su hijo a eso siendo tan pequeño. Ya bastante decía que él tuviera un macho como compañero cuando a él siempre le habían gustado las mujeres.- Ya, mi colega y yo estamos hartos de verte, nos iremos a pasear por ahí..- le dijo a Zaden. Su hermano menor pasaba todavía más tiempo con él ahora que Dante estaba en la Isla Maud en un entrenamiento para hembras. Algo de lo que Zaden llevaba una semana quejándose. La endogamia no era un problema en su raza, por lo que no le sorprendería si alguna vez esos dos se vincularán al otro.

Elec metió a su hijo en su lugar y lo sujetó a su pecho, saliendo de su habitación con él. No tenía idea de niños, pero el suyo le parecía muy lindo y vivaracho. Quizá se le había despertado ese asunto de la paternidad ahora que tenía uno. Aunque la perspectiva de que el niño se pareciera a Zaden le tocaba los cojones. Elec iba mirando al niño, sumido en sus pensamientos cuando un aroma a miel y especias cautivó sus sentidos, dirigiendo su cuerpo hacia ese macho. Su macho. El aroma a macho vinculado de Elec flotó con suavidad en el aire y él sonrió. No había nadie más en el pasillo además de ellos dos y Gawen Black que se alejaba con lentitud de allí.- Buenas noches Deveraux..- lo saludó, acercándose a Alabaster para dejar un beso en la comisura de sus labios, obligándose a dar esa pequeña muestra de afecto a su compañero. Alabaster merecía mucho más que eso, pero por algún lado tenía que empezar. 

El nombre de su hijo llegó como una revelación a su mente, como si ahora que Alabaster estaba allí su paternidad cobrará otro sentido.- Este es William Harrington..- lo presentó, sintiendo que su pecho se inflaba de orgullo. El niño tenía dos meses, a leguas se notaba que él era mucho anterior a que ellos comenzarán a frecuentarse. De hecho, Elec sirvió a Mabel, la madre del niño justo después de la primera vez que ellos tuvieron sexo. En ese momento lo de Alabaster era solo algo de una noche para él. Ahora no era así. 

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No era su culpa tener muchos amigos y conocidos en la Corte, Baster era tranquilo y le gustaba estar rodeado de jóvenes de su edad, por lo general con sus mejores amigas y ya con ellas tenia suficiente para enterarse de la mitad de lo que pasaba en la Corte y un poco más allá. Esperaba no tener que cruzarse con Harrington en ese tiempo allí, solo tenia que esquivar el ala Norte y estaría bien para llegar a su habitación para bañarse y salir.

- Eso no es un beso de verdad Harrington! - se escucho desde el otro lado del pasillo, la voz de Gawen que se había volteado al tiempo para ver la escena y sonreír con picardía antes de volverse para seguir con su camino.

Baster no había reaccionado a las palabras de su primo, ni a los de su compañero, su mirada celeste estaba puesta en el niño. En ese momento no suponía el tiempo que llevaba una gestación, ni los meses que podían haber pasado, por el ese niño podría haber nacido la noche anterior como haber estado todo ese tiempo sin que el se enterara. Era la confirmación de que ya no había esperanza. Elec tenia una hembra y hasta una familia esperándolo.

- Yo.. debo marcharme.. - alcanzo a decir poniendo distancia inmediatamente con el rostro de ese macho. Alabaster camino hacia atrás hasta poder voltearse y comenzar a caminar sintiendo que iba a cerrarsele el pecho en cualquier momento. Un grupo de soldados que pasaron por su lado tuvieron que correrse rápidamente debido a sus poderes desatados mientras caminaba directamente a su habitacion, se sentía un idiota en creer que darle tiempo a Harrington sería todo y luego llegaría a él por si mismo. Estaba demasiado triste y enojado.

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Maldito fuera Gawen Black. Elec gruñó al escuchar al macho, el ligero movimiento de su pecho hizo que William comenzara a llorar y como si fuera poco, Alabaster se alejó. Maldición. Necesitaba hablar con su compañero. Elec se tomó un par de minutos, intentando retraer sus colmillos sin éxito. Sus pasos lo llevaron a la puerta de la habitación de su compañero en el Ala Black. No llamó a la puerta, solo se metió, encontrandose a Alabaster allí, dando vueltas como una fiera.- Habla conmigo, Baster..- le pidió, meciendo a su hijo en su lugar hasta que se durmió. 

- Serví a su madre antes de ti, William nació hace dos meses, y su madre falleció en el parto. No estaba vinculado a ella, solo la serví por pedido.. y porque quería convencerme de algo que no soy..- dijo mientras sacaba al niño de su fular y lo recostaba boca abajo en el medio de la cama bajo su atenta mirada. Era obvio que Alabaster no quería saber nada con él y el niño y eso era una píldora difícil de tragar. Pero también sabía que se lo merecía. Solo iba a darle a su compañero la información que él quisiera obtener y luego lo dejaría en paz.- No pude decírtelo antes, porque estás últimas semanas no pude encontrarte y William absorbió buena parte de mi tiempo..- agregó, aunque temía que sonara como una excusa. 

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No sabía cuánto tiempo y en qué momento había llegado a su habitación, y si había respirado en el camino. Baster sentía un fuerte pesar en su pecho y necesitaba serenarse. Al llegar a su habitación se quitó la camiseta llena de sangre y sus pantalones. Las imágenes de esa noche en el bosque llegaron a el mientras se lavaba el rostro contra su lavado hasta que la puerta se abrió revelando nuevamente a Elec. Con el niño.

- No tienes que darme explicaciones a mi, felicidades.. - murmuró con desdén antes de cerrarle la puerta del baño en las narices, y encima dejaba a su hijo en su cama como si se lo hubiera permitido. El ruido de la ducha se escucho segundos después, Alabaster se metió bajo el chorro de agua tibia y dejo que su cuerpo se limpiara lentamente, estaba enojado y no quería seguir llorando como una niñita por ese macho que a medida que pasaba el tiempo más se hacía evidente que siempre sería aquello que recordaba un tiempo si y luego nada, lo había esperado ya demasiado tiempo para que todo siguiera igual.

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Bien, eso había salido más que bien pensó Elec con sorna. Él no había elegido la paternidad más allá de los riesgos conocidos al servir a una hembra. Y Alabaster no se lo hacía más fácil. Sabía que debería tomar a su hijo, dejar en paz a ese macho y marcharse de allí pero un carajo si iba a hacer eso. Elec gruñó, quitándose la camiseta y los pantalones para caminar enojado y semi desnudo al baño. Alabaster se veía tan miserable en la ducha que eso removió algo en su pecho y no pudo evitar jalarlo del brazo a su pecho para sostenerlo entre sus brazos con fuerza.- Eres mi compañero, carajo, aún si yo soy una mierda y aunque no lo creas, estoy intentando hacer lo mejor que puedo..- le dijo en el oído en voz baja, sin querer soltarlo. 

Estaba cansado del enojo de Alabaster, sabía que se lo merecía, pero Elec no sabía lidiar con el amor. Si no fuera por sus hermanos ni siquiera sabría de qué se trataba el asunto. Elec venía de un hogar violento y crudo pero Alabaster no sabía nada de eso porque él mismo no había querido revelarle esa parte de su pasado. Alabaster tenía una familia que lo apoyaba y amaba a pesar de la bestia que tenía como padre. Todo lo que Elec tenía era a sus hermanos menores y ahora a su hijo. No tenía idea de cómo ser un compañero bueno y decente, mucho menos de un macho.- Si no quieres nada de mí o de esto, dímelo y dejaré de molestarte, pero si no.. de verdad me gustaría hablar contigo..- dicho eso, Elec lo soltó y lo dejó para que volviera a la ducha a bañarse. 

De nuevo en la habitación, Elec se secó con una toalla que tomó del baño y volvió a vestirse antes de tomar a su hijo en brazos, viéndolo dormir mientras lo mecía. Sabía que hasta los animales tenían una especie de instinto para criar, pero Elec ni siquiera era un animal, era una bestia. Y la idea de arruinar a ese niño como si padre lo hizo con él lo aterraba más que nada. Una parte de él le decía que diera al niño y le hiciera un favor a ambos. La otra, la que veía como dormía tan plácido en sus brazos no podía dejarlo ir. 

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Su respiración estaba intentando calmarse mientras apoyaba su frente contra el frío de la pared, Elec lo jalo y el se tenso completamente en sus brazos, no sabía que estaba haciendo, porque no había visto ningún tipo de acercamiento esas semanas, solo a idiotas que hablaban por hablar del capitán.

Baster termino de bañarse y se colocó su bata negra sobre su cuerpo mojado antes de salir del baño para ir a su armario a sacar una muda de ropa limpia, apenas salió vio que el niño no estaba en su cama, por lo que levanto su mirada para observar a Elec mecer a su hijo y observarlo atentamente.

El castaño se puso los boxers y un pantalón de jeans, tenía pensado volver al Castillo antes del amanecer pero quizás llegará tarde a la invitación de sus primos a jugar videojuegos y tomar cerveza. Su vida no tenía nada que ver con niños y pañales, hacia demasiado tiempo que sabía que el no los tendría a menos que adoptara. El se terminó de cambiar y se sentó en la cama. - De que quieres hablar Elec? - le pregunto, mirándolo con dureza, aunque solo era una fachada que había adoptado para no demostrar todo el dolor de su pecho. El ni siquiera podía verlo a los ojos.

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Ah carajo, estaba fastidiado. Ante el tono de Alabaster e instintivamente apretó un poco más a su hijo contra él. Sabía, o quería creer, que ese macho no le haría nada nunca a su hijo y sin embargo algo dentro de él era mucho más fuerte e irracional.- No lo sé, estoy tratando de que todo funcione y en realidad nada lo hace..- dijo, aunque no era del todo cierto. Lo único que funcionaba para Elec era ser Capitán. La paternidad y el ser un macho vinculado, por otro lado, no podía ir peor.

- No tengo un ejemplo personal de cómo ser un buen compañero, mucho menos de cómo ser un buen padre..- largó después, su mandíbula tensa y sus ojos apenas más claros. No podía decirle más al respecto si Alabaster no quería saber nada con él. Decirle a alguien que mataste a tu propio padre no era algo fácil de decir aún cuando tú padre era un montón de mierda abusiva. 

William comenzó a llorar no más despertar, removiendose en sus brazos, moviendo sus pequeñas manitos. Algo tan pequeño no podía ser así de perfecto, mucho menos cuando todo lo que hacía era dormir, comer y cagarse encima. Maldita sea, no podía deshacerse de ese niño porque ahora su vida entera giraba alrededor de él y quería hacerlo bien para él tanto como deseaba hacerlo para Alabaster. 

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Bien, su compañero seguía siendo el mismo idiota, debía alegrarse de ello porque muchas de aquellas cosas habían terminado de atraerlo a el en su momento, la fuerza y el misterio de sus ojos azules y el tormento que veia en ellos cada vez que creía que iba a hablar y no lo hacía.

- Puedes venir acá? - le pidió, señalándole su cama a un lado de el. El niño lloraba bastante, tampoco sabía nada de cómo calmarlos. El espero pacientemente a que ambos llegarán a su lado y se puso de costado. - Como es su nombre? - le pregunto, no creía haber escuchado nada más que su ruido en sus oídos al verlos en el pasillo como para haber retenido el nombre del bebé. El lo observo mas detenidamente.

- No se nada de niños, lamento que su madre haya muerto.. - sabía que aquello pasaba algunas veces entre las hembras de su raza. - Podrías empezar, confiando en mi y hablarme de aquello que siempre me ocultas de ti.. no quiero ser un montón de dudas y sexo para ti.. - le dijo, más liviano mientras intentaba soltar todo aquello que tenia dentro.  

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William se tomó su tiempo para llorar hasta que Elec logró calmarlo, sonriéndole de medio lado cuando su hijo se quedará por fin en paz en sus brazos. Cuando todo estuvo en calma se acercó a la cama de Alabaster y se sentó junto a él, dejando que observara a su hijo mientras Elec jugaba con su labio inferior hasta hacerlo sonreír. Una pequeña muequita en su rostro infantil, Dante había sido igual de bebé, todo lo contrario a Zaden que desde su más tierna infancia fue un desgraciado.- Alabaster, te presento a William Allen Harrington..- le dijo sin mirarlo, su mirada celeste pendiente de su bebé.- Will, este es Alabaster, y para su desgracia, es mi compañero..- agregó, hablándole al niño. Esa era la primera vez que Alabaster lo escuchaba hablar de ellos como compañeros. 

Asumirse abiertamente homosexual era más fácil de lo que seguía a continuación, y no sabía hasta donde podría abrirse con Alabaster sin quedar demasiado expuesto. Temía no darle lo suficiente en ese momento como para que él quedara de alguna manera satisfecho.- Mi madre era la hembra más bondadosa y hermosa que podrías imaginarte, murió dando a luz a los mellizos, eso enloqueció de odio a mi progenitor..- dijo muy despacio, no miraba a Alabaster, solo a su hijo como si hablara con él.- Yo tenía seis años y mis hermanos menores eran todo lo que me quedaba de ella, abandonarlos como mi progenitor quería no era una opción para mi, aún si eso significó un montón de palizas y hambre para mí hasta los quince..- Elec apretó los labios, sus colmillos descendidos y sus ojos tan claros como dos icebergs letales. El haber asesinado a su padre por proteger a sus hermanos menores lo atormentaba tanto como lo aliviaba. Y en ese momento estaba reviviendo ese momento, todo su cuerpo tenso. Mataría a cualquiera que amenazara a su familia.

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Era muy extraño que él estuviera presentándole a su hijo, Baster bajo la mirada como si de veras ese bebé pudiera juzgarlo por ser el compañero de su padre. Estaba por decirle algo más del niño cuando Elec comenzó a hablar y por su tono dedujo que al fin iba a hablarle de su pasado.

Su compañero era muy pequeño para hacerse cargo de sus hermanos de esa manera, Baster llevo su mano a la de el, entrelazandola silencioso con la del mayor, era aquel el tormento que veia en sus ojos.

Lo vio con los colmillos descendidos y se puso detrás de él para abrazarlo de atrás. No creía que había alguien peor que su padre hasta escuchar la historia de su compañero. El tomo su rostro y lo beso en los labios. - Tranquilo, William y yo estamos aquí.. - le dijo intentando que el lo mirase y solo viera calma.

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Elec M. Harrington

En sus peores momentos, el pensar lo que su padre podría haberle hecho a sus hermanos menores atormentaba a Elec. Hasta la llegada de William, nada  le había aterrado más que la posibilidad de que algo le hiciera daño a sus hermanos. Ese niño que dormía en sus brazos era un universo nuevo de miedos. Los brazos de Alabaster lo sostuvieron aunque Elec todavía se sentía muy tenso y no pudo responder al beso de su compañero. Lo que él le dijera minutos atrás fue más de lo que le dijo jamás a nadie sobre su pasado y fueron apenas unas pocas palabras. No podía ni quería seguir hablando, no tenía nada bueno para decirle sobre su infancia.- Folken Black me encontró robando comida de su campamento cuando tenía quince y así llegué a la Corte Omega..- dijo, pensando en la paliza que le dieron los soldados al encontrarlo. Folken los detuvo y le ofreció comida que Elec no quiso comer delante de él, solo para poder llevarla a sus hermanos más pequeños que estaban escondidos en la cueva donde vivían después de que él matara a su progenitor.

- Lo siento, esto es todo lo que puedo darte al respecto ahora, pero el resto no es mejor..- dijo, refiriéndose a su infancia y su vida con su progenitor. William se removió entre sus brazos, moviendo sus labios como si estuviera succionando la tetina de su biberón. Los dedos ásperos de Elec acariciaron su suave mejilla, cada vez que lo observaba se maravillaba de los sentimientos que le generaba algo tan pequeño como su hijo.- Mabel y yo habíamos tenido sexo algunas veces en el pasado, y su periodo llegó justo luego de que nosotros nos acostáramos la primera vez, yo ya me había comprometido con servirla porque temía que algún macho deshonesto se aprovechara de ella..- murmuró, sentía mucho que su hijo se hubiera perdido de tener una madre maravillosa y en su lugar tuviera que tenerlo a él de padre.

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Baster lo dejo hablar mientras lo sostenía desde atrás de costado, era increíble la fortaleza que tenia su compañero para pasar por un pasado tan doloroso, el jamás se había imaginado el hambre, ni siquiera el mal trato aunque su padre lo había sorprendido con una buena paliza cuando había querido decirle toda la verdad. Pero lo que había hecho ese macho con sus hijos hacia que deseara ir donde estaba para hacerle tanto daño como le había hecho a su compañero.

El sostuvo la mano libre de Elec con suavidad hasta que comenzó a hablar de la hembra que había servido y era la madre del pequeño que dormia tiernamente sobre su compañero, pensando en el y lo que sentía en ese momento, que era mucho y temia decir algo que lastimara a Elec.

- Con Will.. las cosas van a ser diferentes, lo sé. El macho que me gusta jamás va a ser como su padre.. - Baster soltó su mano y palmeó su espalda suavemente antes de levantarse, estaba seguro de eso y que ese niño tendría un padre especialmente protector que sabía hacer funcionar aquello como lo había hecho con sus hermanos. Aunque Elec lo negara si tenia ese instinto paterno desde mucho antes.

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Las cosas con Alabaster eran complicadas por su culpa y Elec lo sabía. Era él quien no estaba asumido, el que tenía una disyuntiva con estar vinculado a un macho, y el que no podía salir de ese punto muerto. No podía esperar más paciencia de la que Alabaster le demostró aún con sus arranques de enojo algo infantiles algunas veces. Elec suspiró al escucharlo hablar y se sintió todavía más tenso cuando el macho lo soltó para levantarse. Al menos esa vez había logrado hablar un poco con él, incluso si eso no sirvió de nada.- Bien, no te quitaré más tiempo, tengo que alimentarlo..- dijo Elec, que no era mentira, pero era mejor que seguir allí tratando de estirar lo inevitable.

- Me dijeron que estás entrenando como Guardian del Bosque, supongo que te queda más, sé que lo harás muy bien..- dicho eso, Elec dejó a William en la cama de Alabaster y volvió a acomodarse el fular con el que cargaba al niño y luego lo acomodó allí con un cuidado casi ridículo. Zaden y Dante estaban encantados con ser tíos y ayudaban mucho a Elec, o al menos lo intentaban, ya que él se ocupaba de casi todo.- Espero verte pronto, cuidate..- Elec sonrió de medio lado pero la sonrisa no llegó a sus ojos, demasiado claros, a juego con sus colmillos alargados en su boca. No quería alejarse de él, pero un macho con Elec no tenía nada que ofrecer a alguien que siempre vivió cómodamente como Alabaster.

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Cuando Alabaster se acercó a su mueble para tomar sus anteojos y ponérselos Elec ya se había puesto de pie para acomodarse a Will para marcharse, nuevamente iba a irse y el iba a permitirselo.

- Mi tio Bastian y Gawen están enseñándome a patrullar, si.. está noche encontramos dos lobos muertos al límite del Castillo Black, creen que hay mas pero lo que sea que los haya matado.. es un peligro para cualquiera que salga del territorio.. - el suspiro, esperaba no tener que lidiar con algo muy grande y que solo fueran osos salvajes y no otra amenaza peor. Ya demasiado había tenido yendo a la guerra ni bien había ingresado al ejército.

- Entonces que pasara Elec? Te marcharas y todo seguirá igual entre nosotros? - le pregunto parado frente a él. Su mirada clara puesta en la de su compañero detrás de los cristales. - Yo entiendo que jamás podré darte un hijo ni nada de lo que una hembra puede darte, pero estoy dispuesto a intentar que seamos una familia... - el sonrió porque si hacia otra cosa iba a dejar que las lágrimas cayeran por sus mejillas y ya no lo permitia, estaba soñando demasiado.  

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Las palabras de Alabaster fueron una sorpresa que Elec no esperaba para nada. Él lo observó sonreír de forma temblorosa y no pudo evitar jalarlo con suavidad del brazo para que pudiera acomodar su rostro contra su cuello, sujetando su cintura con un solo brazo al tener a William en su fular. La idea de que Alabaster estuviera en peligro lo incomodaba hasta lo indecible, pero ser Guardian del Bosque implicaba menos riesgo que ser soldado.- Puedo acompañarte en tus patrullajes cuando no tenga que entrenar a mis hombres..- le dijo con suavidad, dejando que sus dedos se perdieran en el cabello de Alabaster. No sabía como enfrentar el resto de la conversación entre ellos, porque él seguía lidiando con su propia mierda para resolver.

- No me interesa lo que una hembra pueda ofrecerme, no pedí una familia o un hijo, pero voy a amar y proteger a William con mi vida..- agregó, apretando el cuerpo de Alabaster contra el suyo.- Will necesita comer y dormir un poco, quizá.. podrías venir y mientras él duerme nosotros podríamos ver una película en mi habitación..- Maldita sea, ¿por qué esas cosas tenían que ser tan difícil? Deseaba decirle a ese macho que aunque él mismo fuera un imbécil y no tuviera nada que ofrecerle aún quería estar con él, sabiendo que no lo merecía y que Alabaster podía tener alguien mucho mejor.- Sé que es poco, pero es lo que puedo ser y lo que puedo ofrecer ahora..- cuando estaba con Alabaster, Elec no era tan pagado de si mismo y tan arrogante. Cada vez que estaba con su compañero temblaba porque veía como sus muros se derrumbaban con él.

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Todo su cuerpo estaba tenso, no quería dejarlo marchar así pero no le quedaba otra de dejarle la vía libre para salir de su habitación, pero contrario a eso Elec lo jalo y el se quedó apoyado contra su cuello, abrazándolo y sintiéndo que las lágrimas caían silenciosas al fin. Necesitaba que aquello saliera bien.

- Yo puedo hacerlo bien esta vez, ya verás.. - el sonrió mientras se limpiaba el rostro, en el bosque podría estar expuesto a algunos peligros más que el la Corte, pero no se sentía expuesto como con sus estúpidos compañeros de ejército. Siempre estaba rodeado con los suyos y los Black siempre lo habían tratado como un hermano más.

El acarició la cabecita del niño y volvió su atención a su compañero. - Buscare algo de comer e iré a tu habitacion, deseas algo en especial? - le pregunto mirando su rostro, ya lo había descubierto antes, pero el que Elec no tuviera barba le parecía extraño aunque no dejaba de verlo igual de guapo.

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Los Black eran una unidad familiar muy sólida y eso le daba tranquilidad a Elec, a pesar del padre de mierda que tenía, su compañero tenía el apoyo de todo el resto del clan. Odiaba hacer llorar a ese macho, lo hacía sentir despreciable. Elec lo acercó con más suavidad, besando su mejilla dónde quedaban los restos de lágrimas.- También voy a hacerlo mejor..- dijo, aunque él no se refería en absoluto a su trabajo. Ambos se separaron cuando William se quejó, entreabriendo sus ojos con pereza.- Nos vamos por un biberón, colega..- Elec le sonrió a su hijo, claro que no podría entregarlo, era todo su universo. 

Ante la mención de la comida Elec se pasó una mano por la nuca, el nuevo corte era bastante cómodo aunque él todavía no se hubiera habituado y le molestara un poco lo joven que se veía de esa forma.- Lo que haya estará bien para mi..- dijo con la simpleza de alguien que pasó mucha hambre por años. Lo que sea que Alabaster le llevará, Elec iba a comerlo sin rechistar incluso si eso no le gustará.- Te veo más tarde..- Elec dejó a Alabaster en su habitación y se marchó sin siquiera fijarse si alguien lo veía salir de la habitación de su macho. 

Elec dió de comer a William después de un baño que relajó al niño. Aprovechando esa tranquilidad, se tumbó con él en la cama, sosteniendolo sobre su pecho. Ambos dormían cuando Alabaster entró en la habitación de Elec, estaba tan cansado que no escuchó que a su compañero llamar a la puerta de su habitación. A diferencia de otras parejas, Elec no convirtió la antecamara de su habitación en la de su hijo, sino que la mantuvo como su estudio privado, y la cuna y demás cosas del niño estaban en su habitación. Cómo no podía ser de otra forma, la cuna del niño estaba imposiblemente pegada a su cama. 

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- Tienes hambre niñito? - una voz conocida se escucho a sus espaldas mientras intentaba saquear la cocina del ala Black. Nunca había pensado que tenía tanta hambre hasta ver esos deliciosos platos. Alabaster se volteó para encontrarse con su abuelo Henri allí haciendo lo mismo. El sonrió mientras le contaba a su abuelo de su nuevo entrenamiento y recogía algunas cosas para llevar y compartir con Elec. El mayor estaba sorprendido de todo lo que llevaba pero no le dijo nada y lo dejo marchar mientras comía un muffins de arándanos.

Baster se despidió de el y aviso al Castillo que no llegaría a ir allí, ya era bastante tarde y había cambiado los videojuegos y la cerveza por una película en la cama con su compañero. El llegó al ala Norte y no tuvo más remedio que pasar a la habitación del capitán ante la atenta mirada de varios soldados que lo miraban curiosos. El dejo la canasta con comida sobre el escritorio de Elec y entro despacio para no hacer ruido por si el niño dormia.

El lo vio dormido en su cama y sonrió asomándose a la cuna para ver a Will entredormido y acariciar su vientre hasta verlo dormir tranquilo. - Te prometo que ayudaré a tu papa cuidarte pequeño.. - le dijo, alejándose un poco al ver que Elec comenzaba a despertar, apenado por haber sido descubierto hablando con el niño.

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Ante la presencia de cualquier otra persona que no fueran sus hermanos, Elec se hubiera levantado sobresaltado y listo para luchar. Pero Alabaster no era cualquier persona, era su compañero y el cerebro de Elec lo reconoció aún dormido debido a su aroma. Él se mantuvo con los ojos cerrados fingiendo dormir por un segundo al escuchar a su compañero hablarle a su hijo, sonriendo de medio lado sin poder evitarlo. Eso era todo lo que quería.- ¿Eso incluye cambiar pañales?- la mirada celeste de Elec encontró a Alabaster, deleitándose con su suave sonrojo por la vergüenza. Era una novedad que él bromeara con esa liviandad pero por primera vez sentía que las cosas podrían llegar a funcionar. 

Elec tomó con cuidado a su hijo y se levantó de su cama haciendo fuerza con su abdomen y piernas para no tener que soltarlo al ponerse de pie. Dejó a William en su cuna y lo arropó antes de voltear para enfrentar a Alabaster.- Sé que esto de tener que lidiar conmigo y un niño pequeño total y completamente a mi cargo puede ser mucho, solo quiero que sepas que no tienes ningún tipo de obligación y lo entenderé si en algún momento no puedes con algo o con todo el paquete..- quería dejarle las cosas claras a Alabaster, que él no se sintiera tan abrumado como le pasó a Elec. Cuando él recibió la noticia pasó cinco noches encerrado en su habitación con el niño, tratando de descubrir qué sería lo mejor para ambos y cuál sería el próximo paso. 

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Eso sí que había sido una sorpresa. Alabaster sonrió, aún recordaba el primer encuentro con su compañero en las gradas, y como el le había dado una pequeña paliza para entrenarlo antes de ir al frente. Y lo recordaba por sentirse de ese modo en ese momento, desarmado. Baster dejo que el dejara a Will en su cuna y se acercó a la cama para sentarse con el.

- Si vas a enseñarme a cambiar un pañal.. acepto.. - le dijo sin más, sonriendo de lado. No quería pensar en lo que Elec le decía, había deseado demasiado poder compartir ese momento que nada podría arruinarlo, mucho menos un niño pequeño que no tenia la culpa de nada y era simpático, solo necesitaba tiempo para conocerlo.

- Traje comida, espero que tengas hambre.. - le dijo yendo a buscar la canasta que había dejado en el despacho de su compañero. Baster regreso con la canasta junto a él, ni siquiera había vuelto a ponerse los lentes de contacto, había salido con seguridad de su habitación con sus lentes de marco negro sin que aquello le molestara por primera vez.

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Elec M. Harrington

La llegada de William a la vida de Elec no fue solo caos sino que también logró unir algunos pequeños pedazos de él que hasta ese momento parecían dispersos y fracturados. Su mente cambió, aunque nunca deseó una familia propia o una compañera, sobrevivir a la batalla era fundamental. Debía volver por William. Y claro que no le importaba tener una compañera, porque él tenía un compañero. Elec se puso de pie para estirarse, la camiseta acariciando su piel a medida que esta subía perezosa revelando la parte inferior de su abdomen y los huesos de su cadera.

- Gracias, deja que traiga la mesa auxiliar..- dijo refiriéndose a una pequeña mesa plegable de madera que él tenía debajo de la cama y que usaba para comer en su habitación. Estructurado cómo era, eso de comer en la cama no existía para él. Elec se encargó de la mesa, poniendo un pequeño mantel que guardaba para tal fin antes de tomar la cesta de manos de Alabaster.- Es una variedad interesante..- allí había de todo para armar emparedados y eso estaba bien para él. Sería cómodo de comer y eso era un punto a favor por si tenía que dejar sus asuntos para atender a William que continuaba durmiendo. 

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Hay alguien a quien deberías conocer

Alabaster Devereaux

Muchas veces se había imaginado algo así la de veces que había pensado en Elec antes incluso de que ellos comenzarán a acostarse, en disfrutar de un pequeño momento de tranquilidad con ese macho más allá de todo el sexo que el podía ofrecerle. Aquella tonta idea podía haber desaparecido al momento en que se había enterado que Elec tenia un hijo e incluso más de verlo pero no había sido así, el lo disfrutaba de igual manera mientras intentaba adaptarse y aprender de eso. Solo debía intentarlo.

En la canasta había mucho más que todo para hacer emparedados, Alabaster se había encargado de poner algunos snacks, jugo de naranja y algunos muffins de postre que le había robado a su abuelo.

Con Elec Harrington × 01 AM × Corte Omega

Hay alguien a quien deberías conocer

Elec M. Harrington

Todo lo que no era para los emparedados quedó guardado en la canasta. Elec se tomó el tiempo necesario para cortar los panes y acomodar todo en la mesa de forma que pudiera optimizar el uso del espacio porque ante todo era un hombre eficiente. Sabía que Alabaster lo observaba, porque su compañero no tuvo la oportunidad de ver esos rasgos de su personalidad al no tener casi tiempo juntos.- ¿De qué te gustaría tu emparedado?- preguntó, esperando la respuesta de su compañero antes de armar uno para él y dejárselo en el plato que Alabaster trajo. 

La dedicación con la que Elec hacía las cosas no era fortuita, se notaba que él estaba pensando en algo más mientras untaba el pan con un poco de manteca antes de ponerle dos tipos de quesos distintos y carne fría. Una vez que los dos emparedados estuvieron hechos y los vasos con jugo de naranja servidos, Elec se sentó junto a Alabaster y comenzó a comer. Era extraño estar así con Alabaster, pero se sentía bien, como algo que podría hacer un millón de veces más. Y eso era lo que esperaba. 

Con Alabaster Deveraux × 05 AM × Corte Omega