65. And in the bad times I fear myself

Hacía ya un par de semanas que había conocido a la hermana de su amigo. Había encontrado resistencias, no creían que fuese su lugar por no ser psicólogo, ni tampoco tutor exactamente, pero Theodore estaba muy contento con el pequeño progreso que iba demostrando Nova, sabía que se había ganado su confianza y de hecho, simplemente parecía que todo entre ellos fluía de manera natural.
Esa tarde habían quedado en un café, Theo amaba el aroma que se desprendía de esos lugares, el frío y el café iban de la mano. Ella le avisó que llegaría unos minutos tarde, cosa que no le representaba un problema, si había algo que le sobraba era paciencia. Decidió que tomarse el atrevimiento de pedir un café para ella era cruzar un poco la línea, por lo que simplemente ocupó una mesa y la esperó, para que pudiesen ordenar juntos.

Aprovechó para revisar sus mensajes, no  había nada relevante y en realidad, lo que él esperaba era un mensaje de Maeve. La noche anterior habían tenido una especie de discusión -si podría decirse, aunque había sido más bien una charla acalorada, sin siquiera llegar a subir el tono de voz - y Theodore seguía dándole vueltas al asunto. No lograba terminar de comprender qué era lo que Mae le estaba reclamando, si quería espacio, viajar o que opusiera resistencia al hecho de que ella pretendía viajar durante algo más de un mes. Desde aquella charla, no había tenido más noticias de ella y comenzaba a preocuparse un poco.

Sus pensamientos volvieron al presente cuando levantó la vista y vio a Nova. Sonrió de inmediato, inevitablemente. Se puso de pie y se acercó a ella, había notado que no le había visto en la distancia - Nova - la llamó, para que voltease y saludarla con un beso en la mejilla. - Estás helada, mejor pidamos ahora así no tarda tanto - propuso, antes de acercarse a la barra del lugar, a leer la carta - Yo voy a querer uno negro, sin azúcar, por favor - pidió, sonriendo cálidamente a la dependienta del lugar, volteando a ver qué pediría ella.

Aunque de seguro más tarde pesaría en su conciencia, la presencia de Nova lo sustrajo completamente de sus pensamiento sobre Mae y sus problemas de pareja. Sonrió apenas un poco, alegrándose de haber tomado la decisión correcta de no ordenar por ella, ya que de seguro le pedía un capuccino y terminaba con un ataque de alergia que sería su culpa.
Theodore guió el camino y se sentaron uno frente al otro, en una mesa que contaba con alguna privacidad, debido a que en las mesas colindantes, no estaban ocupadas por nadie.

- Cuéntamelo todo - quiso saber, animándola a que le contara acerca de su tutoría. La relación entre ellos dos estaba creciendo, evolucionando de manera saludable: si bien él se había acercado con el interés de ayudarla, estaba funcionando mejor de lo que había esperado y ella ya habían hecho las paces con el por qué de aquella relación. Le dio unos sorbos a su café mientras la escuchaba con atención, ahora se sentía mucho más cómodo alrededor de ella, y parecía ser mutuo.

En la cafetería no tardaron en atenderlos, y se distrajo solo un momento observando la cantidad de comida que tenían en frente. Había mucho más que suficiente para ambos y Theodore decidió atacar un scon primero. Asintió mientras la escuchaba atento, sabía que aquél paso no había sido nada sencillo para ella, pero también había notado la fortaleza de Nova a los pocos minutos de conocerla; estaba seguro de que lograría un buen progreso en poco tiempo. - Pero has empezado, y eso ya es mucho, deberías darte crédito y de verdad me alegro por ti - comentó Theo, antes de dar un sorbo a su café amargo.

Asintió nuevamente - Imagino que eso también te ha alegrado un poco el ánimo, espero poder conocerle pronto entonces - sonrió dulcemente, todo lo que le decía a Nova era real. El apego que sentía hacia ella era cada vez mayor, y lo alegraba por sobremanera poder ayudarla en ese proceso. - Sabes que, cuando estés lista, puedo llamar a algunos contactos, estoy seguro de que habrá muchos trabajos disponibles - añadió, tal vez presionando un poco, pero desde luego que no era su intención, él solo quería hacerle saber que estaba allí para ayudarla en lo que sea.

Theodore sonrió dulce y tranquilamente. El detalle de las luces no pasó desapercibido para él y a pesar de que no se proponía alterar el humor de Nova, debía de admitir, para sí mismo, que le causaba cierta ternura esa reacción. Por supuesto que tenía fe en ella, y tenía mucha fe, nunca sería demasiada fe. Para Theo, ella simplemente necesitaba espacio y tiempo para sanar, de a poco, y no era como un psicólogo que pudiese ayudarla a tratar sus traumas a largo plazo, pero en caso de que ella necesitara mitigar sus síntomas, de distraerse lo suficiente hasta entender el daño que podía causarle el mal uso de sus propios poderes, Theo estaría allí para ayudarla y acompañar.
- Claro que no existe tal como demasiada fe en tí, Nova - aseguró con calma, antes de darle un par de sorbos más a su bebida.

Theo podría haberse atragantado por el cambio rotundo de tema; no pudo evitar hacer una mueca detrás de su taza, pero logró pasar el trago. El asunto con Maeve era muy reciente y ese momento, recordarlo hacía que se le creara un nudo en la garganta. Por suerte para el resto de las personas del lugar, Theodore podía controlar lo suficiente sus poderes a esa altura, como para no contagiar a todos los presentes con una abrumadora tristeza o sensación de displacer.
Su cara, por otra parte, era otro asunto. No pudo evitar que su expresión se ensombreciera un poco, pero sabía que lo mejor sería simplemente hablar de ello, quitar la venda de una sola vez para poder seguir con otro tema - El trabajo bien...y por otro lado, Maeve y yo hemos decidido separarnos - informó, dejando su vista vagar por el lugar. Theo sabía que todavía continuaba procesando el cambio en su vida que todo aquello significaría.