91. Serán solo un par de papeles

Serán solo un par de papeles

Grant Deveraux

Las apariciones eran algo normal en su raza, casi todos los vampiros podían hacerlo. Grant era uno de los tantos, lo que era una ventaja a la otra de trasladarse. Después de tres largos días, por fin estaban en la Corte de Brasil. La noche fue larga entre las presentaciones y las gentilezas propias a la comitiva de recién llegados. Era una novedad ser escoltado por Cadmia en lugar de Elec, pero su amigo tenía otros asuntos en su plato entre su hijo pequeño y su vinculación. Ahora, además de amigos eran cuñados. 

Era hora de la última comida, y Grant estaba sentado en una gran mesa llena de exquisitos platos junto al Conde Oliveira. El tipo era un macho de una contextura difícil de ignorar. Era grande y se notaba que llevaba tanto tiempo al mando como su bisabuelo Sirius o quizá o como el mismo Alastor Omega. Grant tomó asiento y creyó que Cadmia se sentaría a su lado, pero no fue así, Tais Santos, General del Norte, se sentó en el asiento vacío. La hembra era hermosa y llevaba toda la noche colgada de la comitiva, pero en especial de Grant. 

- Será un placer comenzar a revisar nuestros acuerdos al caer la noche, Conde. Tengo que decir que su equipo diplomático me impresiona..- le dijo Grant al macho, sonriéndole de medio lado a Cadmia antes de volver a su anfitrión. La conversación entre ambos era de carácter político.- Prefiero hablar de eso a solas y con un vaso de whisky de por medio..- si Elec estuviera a su lado, Grant no tendría problemas en hablar sobre el conflicto armado en Constantinopla o Gaza. Pero con Cadmia ahí y la herida de la muerte de Grayson tan fresca, no era una opción para él. 

Con Cadmia Moulebour · 6 AM · Corte de Brasil

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Cadmia Mouleobour

Creía que aquel viaje iba a sentarme bien para refrescar su cabeza en otro sitio que no fuera la Corte Omega por lo que al enterarse de que se los solicitaba en Brasil, allí había pedido ir de escolta dejando a sus soldados a Cargo de Shauna y Emori, sus amigas estaban haciendo un gran trabajo ayudándola cuando no podía con ella misma y esperaba poder volver más fuerte y poder seguir adelante. La muerte de su hermano pequeño jamás iba a olvidarse y sería un eterno dolor que llevaría en su pecho como el de todos los que lo habían conocido.

No tenía nada que ver con que Grant iba a ese viaje a negociar con el Conde y no podría dormir sino era entre sus brazos. Claro que no.

O eso quería creer.

Cadmia había aprovechado esa noche para observar el entrenamiento de las guerreras de Brasil de manera analítica, la Capitana del Norte le había invitado a entrenar con ella, pero no sería esa noche. La castaña había recorrido la fortaleza hasta llegar donde el enorme comedor y ver que esa mujer ya estaba sentada en el asiento que le correspondía y que había tomado en cada una de las cenas que habían tenido allí. Esa desgraciada. Cadmia no le respondió la sonrisa a Grant, sino que bajo la mirada a su plato comenzando a comer la deliciosa carne asada sin prestar atención a lo que el Conde hablaba con Grant. Quizás si estaba un poco cabreada pero ese era su lugar.

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Grant Deveraux

Esa primer noche en Brasil iba bien, lo único que no incomodaba era la distancia que Cadmia le marcaba. No sabía qué sucedió o qué hizo pero le incomodaba estar en esos términos con la hembra. Grant continuó comiendo pero no registraba sabor alguno, daba igual si estaba comiendo el más fino manjar o un puñado de arena.- Se que habrá un evento de presentación del nuevo Conde Omega cuando Sirius Black decida reiterarse, pero no estoy autorizado a hablar de los por menores de la situación, mi señor..- le dijo Grant al Conde Oliveira, ignorando deliberadamente a la General que no le quitaba la mirada de encima. 

La mirada de Grant buscó a Cadmia, pero ella parecía más interesada en jugar con la comida en su plato. Quería pedirle que comiera, que necesitaba mantenerse fuerte, pero ese no era su lugar. Ellos eran amigos, claro, o eso quería creer si no fuera por ese extraño distanciamiento. A la carne le siguió una enorme variedad de postres que Grant declinó, pidiendo solo un café para él. Cadmia seguía tensa y agradecía que su habitación estuviera conectada a la suya para que pudieran hablar más tarde de lo que fuera que estuviera sucediendo. 

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Cadmia Mouleobour

Si Grant le hubiera guardado su lugar a su lado ella no tendría que guardar esa distancia sentada frente a ellos, pero eso no parecía importarle a Grant mientras hablaba con el Conde, ella estaba sentada en medio de dos Capitanes de tez oscura que parecían interesados en darle charla y preguntarle sobre la Corte Omega.

Cadmia miro a la capitana casi sobre Grant tocándose el hombro y en el momento en que sus ojos de encontraron ella le sonrió con todo el orgullo que guardaba dentro de si, no iba a hacer un espectáculo de la nada y quizás el podía comenzar a interesarse en esa muchacha. O en el mejor de los casos ella tuviera que marcharse de allí en ese momento.

La castaña comenzó a hablar con los soldados evitando mirar ya a la pareja, riendo suavemente al escucharles hablar de que les gustaría un entrenamiento juntos, no iba a sacarles la mierda a ellos antes de que Grant pudiera obtener el acuerdo.

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Grant Deveraux

Luego del postre, el Conde Oliveira le pidió a sus hombres que se marcharan y Cadmia también lo hizo. A pesar del cansancio que Grant sentía y su deseo de estar un rato con Cadmia, no rechazó la oferta de un vaso de whisky. Tenía que admitir que le gustaba esa mezcla justa entre hospitalidad e ir directo al grano que tenía Oliveira. Ambos machos hablaron del conflicto en Gaza y Constantinopla, en especial en este último dada la participación activa de Grant.- No hubiera sobrevivido si la Capitana Moulebour no hubiera estado ahí para cubrirme las espaldas..- dijo sin reparos ni sentir vergüenza porque una hembra le hubiera salvado la vida. 

Algunas horas y vasos después, Grant ya tenía una buena idea de quién era el Conde Oliveira, por lo que se retiró a su habitación. O esa fue la mentira que quiso contarse. Grant llamó con los nudillos a la puerta de Cadmia, rogando que ella no estuviera dormida a pesar de la hora de la mañana que era. Estaba un pelín borracho, pero no lo suficiente como para hacer cualquier tontería de la que luego fuera a arrepentirse. 

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Cadmia Mouleobour

Habría sido una cena bastante agradable sino fuera por esa mujer que estaba al lado de Grant. Cadmia se había marchado luego de terminar para ir a descansar luego de ese viaje largo hacia Brasil. Ella descubrió que su habitación no difería mucho que la que tenía en la Corte Omega en el ala Sur aunque nada allí tenía la escencia de su tierra.

Cadmia se quedó en su habitación estirando un poco antes de tomar un baño relajante, no podía dejar de pensar en como aquella hembra rodeaba a su amigo con tanta intensidad, deseaba poder entrenar con ella y darle a entender que aquello no podía ser así, Grant se marcharía y volvería a verla. Debía ser así. La castaña salió del baño envuelta en una bata escarlata y se acercó a la puerta con el cabello mojado cayendo por sus hombros. - Pasa Grant.. - le dijo al verlo allí aunque no le sorprendía nada que el fuera a su habitación, se habían malacostumbrado a dormir juntos en el sillón y luego en la cama del moreno.

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Grant Deveraux

Estaba por rendirse cuando la puerta se abrió y el bello rostro de Cadmia apareció. Grant sonrió, entrando sin dudar a la habitación de la hembra, disfrutando el perfume femenino que inundaba el lugar. Estaba un poco borracho después de varios vasos de whisky pero no por eso había olvidado lo que sucedió en la cena.- ¿Por qué estás tan enojada conmigo, Caddie?- quiso saber, sentandose en el borde de la cama de Cadmia. Esa bata no hacía nada por esconder las femeninas formas y tenía que admitir que le quedaba muy bien.

- No sé que sucedió, pero lo que haya sido, no fue mi intención..- su mirada verde encontró a su igual en Cadmia y tuvo que sonreír. Ella era más que importante en su vida luego de todo lo que compartieron en Constantinopla y a su regreso. Cadmia era una hembra de mucho valor y Grant la apreciaba de verdad. 

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Cadmia Mouleobour

Ella ya había olisqueado el whisky sobre el perfume de Grant, al parecer su querido amigo había estado bebiendo con tal Conde mientras se conocían, solo esperaba que aquello terminara pronto para volver a casa.

- No estoy enojada contigo.. - le dijo porque aquello era una verdad sostenible. Cadmia no podía culparlo si el deseaba conocer a esa hembra. Ella entre nuevamente al baño para ponerse su pijama, adoraba aquel clima primaveral que le permitía poder ponerse shorts y camiseta para dormir por lo que al salir se sentó con su peine a un lado de Grant y le tomo su mano. - Estamos bien, pero quizás estando aquí estás perdiendo la oportunidad de conocer a cierta morena que te hacia miradas todo el tiempo.. - ella sonrió aunque aquello le molestaba sabía que estaba ocupandose las noches a él para estar con ella. Cadmia se desenredo el cabello antes de acomodar todo en su sitio antes de volver con Grant a acurrucarse con el. - Has tomado mucho, seguramente es eso.. - le dijo acariciando su nuca.

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Quizás era un poco machista de su parte pero no se sintió cómodo con las constantes muestras de interés de parte de esa hembra. Grant era más bien tranquilo en esas cosas, jamás asedió así a ninguna hembra.- Lo dudó, preciosa..- le dijo, quitándose la ropa con torpeza para quedarse solo en boxer, jamás había estado tan al descubierto con Cadmia pero su borrachera no le permitía pensar en eso. Grant se tumbó en la cama y sonrió cuando Cadmia le habló de su ligera borrachera. 

- Solo un poco, así que espero que no quieras aprovecharte de mi..- él se rió, acariciando la espalda de Cadmia por sobre la ropa. Era una buena cosa que sus habitaciones estuvieran conectadas por dentro, aunque era una excusa y requisito de seguridad, a ellos les servía para poder dormir juntos sin tener que preocuparse de las opiniones ajenas.- Tu si estabas muy cómoda con esos dos machos, ¿Tengo que ponerme celoso?- le dijo al recordar aquello, enfocando el rostro de Cadmia que estaba tan cerca del suyo, ella era tan atractiva e inalcanzable que no era justo. 

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Bien, Grant no iba a ponerse la fácil ese día si se desnudaba de esa manera. Cadmia sonrió negando y se acomodó en la cama luego de taparlo con una sábana y abrazarse a él así, lo que menos quería era sentirse atraída por ese macho, solo estaba segura que se sentía a salvo entre sus brazos y deseaba protegerlo a toda costa.

- Me encargaré de que nadie intenté abusar de ti entonces.. - ella sonrió viendo su rostro observarla y sus hermosos ojos, había creído por un buen tiempo que su mirada era café pero hacia poco tiempo y al pasar más tiempo entre sus sábanas conocía perfectamente sus ojos verdes y solía perderse en ellos antes de sucumbir a su tristeza. - Son buenos machos, y quizás si he rechazado una cita de Samuel está noche.. - le dijo mientras le acariciaba el rostro, no era su momento en pensar en machos ni nada por el estilo, debía comenzar a retomar sus actividades de capitana.

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¿Ya le habían pedido una cita? Vaya que los machos brasileros no perdían el tiempo. Grant bufó, abrazando a Cadmia un poco más a su pecho, una de sus manos acariciando la piel de su espalda que la camiseta no cubría.- Entonces si estoy celoso..- dijo, sin pensar en cómo lo desinhibia el whisky que tomó con Oliveira. De lo contrario no se atrevería a decir nada sobre el que otros machos pretendieran a Cadmia. 

La sensación de la piel de Cadmia contra la suya era electrizante y a Grant le gustaba eso. Le gustaba sentirla a ella. Él sonrió antes de besar el cuello de la morena en un gesto de muchísima intimidad, justo allí donde su pulso latía con más fuerza.- Me alegra que me acompañaras, estaba preocupado de dejarte en Omega..- le dijo ya con los ojos cerrados, en momentos como esos era muy difícil pensar en esa hembra solo como una amiga. Desde hacía días que la idea de que Cadmia se vinculara a un macho lo inquietaba. Lo que era ridículo porque ella nunca le habló de nadie. Solo era su mente jugando con él. 

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Cadmia Mouleobour

  Era toda una novedad que el se sintiera celoso por esos machos, ella sonrió, seguramente solo era el efecto del alcohol decir cosas sin sentido. - Tranquilo.. - le dijo buscando su calma mientras le acariciaba el cabello con suavidad, el necesitaba dormir y ella iba a encargarse que lo hiciera sin que ninguna hembra lo fastidiara, bueno, solo ella.

Su cuerpo no era inmune a los labios de castaño en su cuello y su aliento allí hacia que ella necesitase alejarse sin poder hacerlo. - Grant.. - susurro con cadencia en su oido, necesitaba que el dejara de hacer aquello o no iba a responder por ella a lo que sentía cuando su cuerpo estaba tan cerca.

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Desde Constantinopla, Grant y Cadmia eran más unidos. Le gustaba ser amigo de esa hembra pero le preocupaba que algunas veces eso no parecía suficiente y temía arruinar las cosas por sentimientos en los que no quería indagar. Él estaba bien siendo amigo de esa hembra increíble.- Quiero dormir aquí, es tu turno de ser mi almohada..- murmuró, recostando su rostro de lado en el pecho de Cadmia, aspirando su perfume, disfrutando de su sola presencia. 

Una de las piernas de Grant se coló entre las femeninas, uno de sus brazos anudado en su cintura. Le gustaba dormir con Cadmia, encontraba el sitio perfecto para cada parte de su cuerpo en ella. No sabía cómo, pero siempre encontraba la forma de que ellos dos pudieran dormir sin importar lo acotado del espacio. 

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Cadmia Mouleobour

  Cadmia no sabía que habría hecho si se tenia que quedar en la Corte Omega sin Grant, se había acostumbrado demasiado a ese macho y ambos se buscaban al querer dormir, sabía que en algún momento aquello iba a jugarles en contra y era aquella capitana de Brasil quien le había abierto los ojos a la morena, haciéndole pensar en detalles que no quería pensar. El merecía una buena hembra, como esa mujer y quizás estaba haciendo que el se alejase.

- Descansa.. - le pidió dejando que el se acomodara sobre ella para dormir sin descuidar sus caricias en su cabello. Quizás por la noche volvería a sacar el tema, o al regresar a casa. Quizás demorarlo sería lo mejor, demorarlo una vida para seguir así sin ningún tipo de prejuicio.

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No iba a pensar por qué no había otra hembra para él. No tenía los cojones para afrontar eso. Grant suspiró contra la piel de Cadmia, relajándose gracias a sus caricias hasta quedarse dormido sobre el cuerpo femenino. Un suave aroma a especias y lavanda flotaba en la habitación, como si fuera el más fino perfume. Grant se acomodó mejor en Cadmia, abrazándola como si alguien quisiera arrebatarsela. 

La mañana continuó avanzando y él se despertó algunas veces, encontrando a Cadmia durmiendo con él. Ella era la hembra más hermosa que jamás había visto. Grant sonrió, volviendo a acurrucarse en ella para continuar durmiendo. Últimamente no dormía si ella no estaba en su cama enredada en su cuerpo. 

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 Cadmia se encargó de mimar al castaño hasta que esté se quedó dormido, era lo mejor para que descansara luego de aquel viaje, debía mantenerse alerta de el estuviera bien mientras estuviera allí. Dentro de ella no podía dejar de desconfiar en aquel lugar con el recuerdo de Constantinopla tan reciente en su cabeza y la muerte de su hermano. Iba a proteger a ese macho de cualquier cosa que podría pasar allí. Cadmia solo se quedó dormida al hundir su rostro en el hueco que hacía el cuello de Grant, sintiendo ese aroma tan embriagador para sus sentidos.

No sé inmutó, la morena solo se despertó al finalizar el mediodía, porque un sonido de golpes cortos se escuchaban desde la habitación de Devereaux. Ella de movió de sobre el cuerpo tibio del macho para levantarse, yendo por sus dagas antes de entrar por la puerta que comunicaba su habitación con la del castaño, alguien había estado tocando la puerta de Grant y al no recibir respuesta había dejado una nota bajo la puerta. Cadmia la levanto del suelo y la dejo sobre la mesa de luz al lado de su cama para dársela al despertar. Al parecer Grant si que había llamado la atención de la General de Brasil y no era para menos con lo guapo que era.

Cadmia fue a sentarse al afeizar de la ventana completamente cerrada, y lo miro desde allí, quizás si debería volver a dormir sola y el acostumbramos no sería sano cuando el se vincularse. Fue imposible dormirse nuevamente, por lo que ella termino con un libro que había llevado en su maleta para pasar el rato, no todo en su vida era entrenamiento y dagas, también le gustaba bastante la literatura y la distraía de pensar en Grayson, y en ese momento también de Grant que dormía en su cama.

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Grant Deveraux

Grant se quejó dormido al sentir que Cadmia salía de la cama, pero algo en su mente le dijo que ella solo iba al baño y él se quedó durmiendo en la cama de la hembra, rodeado de su suave perfume. La General Tais Santos era una hembra bella, voluptuosa, y encantadora pero no despertaba nada en él. En otro momento ella hubiera sido totalmente su tipo, no sabía explicar por qué en ese momento ella no le despertaba nada pero tampoco era algo en lo que se pudiera detener con tanto trabajo por hacer y con Cadmia atravesando un duelo tan difícil como era el de Grayson. 

Algunas horas más tarde, ya pasado el mediodía Grant se removió en la cama, buscando a Cadmia. Ella no estaba en la cama y eso lo despertó. Grant se restregó los ojos, buscándola con la mirada hasta encontrarla en el alféizar de la ventana sentada leyendo.- Es muy temprano para que estés fuera de la cama, preciosa..- le dijo, poniéndose de pie para ir hacía Cadmia, sentandose allí con ella, su cabeza apoyada en el hombro femenino. 

Con Cadmia Moulebour · 13 hrs. · Corte de Brasil

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Cadmia Mouleobour

La historia del libro la había cautivado llevándole de allí para olvidarse de todo. Cadmia tenía una de sus manos sosteniendo su mentón de costado, leyendo cómodamente hasta escuchar la voz de Grant y su aroma acercándose.

- No podía dormir.. - le dijo acomodando el marxapshinas entre las hojas y cerrando el libro para dejarlo en su regazo. Ella dejo un beso en la mejilla de su amigo. - Todavía puedes dormir un poco más, en tu habitación dejaron un mensaje.. - le dijo al recordar esa maldita invitación. Cadmia lo miro con sus intensos ojos verdes, como desafiándolo a que de levantara buscar eso mientras ella acariciaba su espalda sin decirle nada más.

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Serán solo un par de papeles

Grant Deveraux

¿Un mensaje? Suponía que no era algo urgente o de lo contrario le hubieran tirado la puerta abajo para comunicarse con él, pensó Grant, acomodándose mejor en el alfeizar de la ventana junto a Cadmia. Era un espacio demasiado pequeño para que los dos estuvieran cómodos en esa posición.- ¿Era algo oficial?- preguntó, pasándose una mano por el rostro con pereza, todavía tenía un buen par de horas para dormir por delante. No esperó la respuesta, se puso de pie y fue a su habitación para corroborarlo por si mismo, encontrándose con una nota de la General Santos. Quería que cenaran juntos para discutir asuntos oficiales. Eso no iba a suceder.

Grant tomó la nota y la hizo un bollo antes de arrojarla al cesto de basura de camino a la habitación de Cadmia. Los diplomáticos como él no discutían asuntos oficiales con los Generales, solo con los Condes. Y él estaba allí para resolver asuntos oficiales, no para hacer sociales. A pesar de lo agradable que era, Grant también era muy recto con su trabajo.- ¿Podemos volver a la cama?- de nuevo, no esperó la respuesta de Cadmia, sino que la tomó entre sus brazos y la llevó a la cama. Antes de que ella pudiera quejarse, Grant estaba de nuevo medio tumbado sobre ella, su rostro contra la piel de su cuello.

Con Cadmia Moulebour · 13 hrs. · Corte de Brasil

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Cadmia Mouleobour

 No creía que aquella carta fuera oficial si la habían mandado por debajo de la puerta en un horario inapropiado. Hasta pensaba que era una falta de respeto algo así y podía considerarse ofensivo para la misma Corte. Y no estaba cómoda con aquello. Ella lo miro ir a la habitación y regresar tirando el papel y solo con ello dejo el libro sobre el afeizar de la ventana para abrazarse al cuerpo de Grant y volver a la cama.

Con todo aquello la morena se había despejado y volver a dormir le costó un poco pero el cuerpo de su compañero y como el respiraba con tranquilidad la ayudo a poder conciliar el sueño en esas horas que les quedan.

Ya era entrada la tarde y ella estaba demasiado cómoda con Grant enredado en su cuerpo. - No quiero ir a entrenar hoy, Gray.. ve tú.. - susurro en sueños, soñando con su hermano y cuando ambos pertenecían al mismo ejército, bastantes años atrás y ella aún no se había convertido en capitana.

Con Grant Devereaux · 19 PM · Corte de Brasil

Serán solo un par de papeles

Grant Deveraux

Dormir con Cadmia era más de sus nuevos hábitos de pasar tiempo con ella. Ambos se volvieron cercanos al tener que ir juntos al frente en Constantinopla y luego un poco más tras la muerte de Grayson. Había mucho por debajo del título de Capitana y Grant se estaba tomando el tiempo para descubrirlo. Él se removió dormido al escuchar la voz de Cadmia, ella estaba hablando dormida y lo que escuchó le rompió un poco el corazón. Por más que ella quisiera fingir que era una mujer fuerte y que estaba de una pieza, él sabía que no era así. Algunas veces la había visto llorar por la muerte de su hermano menor, y estaba bien. La muerte de Grayson fue tan sorpresiva como injusta e inesperada. Nadie esperaba la muerte de un macho tan joven.

Grant se acomodó en la cama, jalando a Cadmia con suavidad para poder acomodarla sobre su pecho y acariciar su cabello mientras seguía durmiendo.- Esta bien Caddie, puedes dormir un poco más..- le dijo despacio, en voz baja, esperando que eso la consolara y le permitiera descansar un poco más.

Con Cadmia Moulebour · 13 hrs. · Corte de Brasil

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Cadmia Mouleobour

 Muchas veces sus sueños no eran de lo más tranquilos ni alegres, desde la muerte de su hermano nada parecía serlo verdaderamente pero la compañía y el cuidado de Grant habían sido de gran ayuda con su duelo. Los abrazos mientras dormían era a lo que más se había acostumbrado.

Cadmia logro conciliar el sueño pero no dejaba de soñar con fragmentos de su vida anterior. - Está bien, reconozco que no me guste ni un poco esa morena que te pretende Devereaux.. - se quejó cuando ya faltaba poco para que el sol cayera y fuera hora de despertar. Su voz la despertó y se encontró con el guapo rostro de Grant frente a ella. - Buenas tardes cariño.. - le dijo besando su mejilla y acurrucadose un poco más en el.

Con Grant Devereaux · 19 PM · Corte de Brasil

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Grant Deveraux

Las palabras de Cadmia, aunque dormida, fueron algo que no se esperaba. Grant sonrió, apretando los labios para no reírse y ser descubierto. Ella se despertó algunos minutos más tarde, solo para acomodarse contra él, buscando de su calor bajo las sábanas.- Buenas tardes, cariño..- repitió él, besando su frente. Todavía era temprano y se notaba que quedaba algo de luz solar afuera, por las persianas metálicas aún bajas. Podían quedarse un momento más en la cama.

- Tengo poco más de una hora para que nos quedemos así antes de tener que atender mi primer compromiso..- le dijo, solo para que ella no se apurase en levantarse. Le gustaba estirar sus tardes con Cadmia. Su agenda ese día comenzaba con una merienda a solas con el Conde, luego una visita a los entrenamientos de los Capitanes. Una reunión con algunos vampiros influyentes de la región y luego otra reunión de negocios.

Con Cadmia Moulebour · 18 hrs. · Corte de Brasil

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Cadmia Moulebour

Cadmia se corrió el largo cabello del rostro antes de acomodarse está vez sobre el cuerpo de su acompañante, asintiendo a lo que el le decía y sin ánimos de abandonar su refugio en esa cama ni su calidad compañía.

- Tienes mucho trabajo hoy? Quiero aprovechar para entrenar con los capitanes en la medianoche.. - Cadmia deseaba aprender las diferentes maneras de que ellos enseñaban a los ejércitos, siempre estratega para llevarles su conocimiento y las tácticas a su ejército por si en algún momento lo necesitaban. Además de que podría pelear y recuperar el tiempo sin entrenamiento fuera de la Corte.
 

Con Grant Deveraux · 19 PM · Corte de Brasil

Serán solo un par de papeles

Grant Deveraux

El capoeira era una mezcla de danza, arte marcial, música, acrobacias, y expresión corporal. Grant no era un luchador como Cadmia, pero si alguien allí lo practicaba, le gustaría ver una demostración y que le enseñaran lo básico. El cuerpo de Cadmia se acomodó en el suyo y las manos de Grant fueron directo a la espalda baja de su hembra.- Algo de trabajo, pero creo que podemos tomar la cena o el desayuno juntos..- no decía a solas, porque seguramente algún miembro de la Corte de Brasil los acompañará. Solo esperaba que no fuera la General Santos. 

- Tu, ¿qué harás mientras no tienes que ser mi niñera?- quiso saber, sujetandola un poco más contra él. Pronto tendrían que levantarse para atender a sus responsabilidades y quizá no la viera hasta la hora de volver a la cama. 

Con Cadmia Moulebour · 18 hrs. · Corte de Brasil