103. Así que eres tu

Así que eres tu

Tobey Z. Verheek

Cada recaída en la salud de Poe significaba una nueva internación, más larga o más corta que la anterior, pero una internación al fin. Hacía seis días desde que estaba hospitalizado. Y si no fuera porque, posiblemente, se estaba muriendo, no tendría mucho que quejarse. Poe se acomodó de nuevo en su sillón, atesoraba en silencio cada minuto que no pasaba tumbado en su cama. Estar sentado ahí fue una victoria sucia pues amenazó a Daniel, el enfermero, con tirarse de la cama en cuanto le diera la espalda si no le permitía hacerlo y el otro no tuvo más remedio que ceder. Pero era una victoria y estaba satisfecho. Akilah, la luz de sus ojos y su única hija, acababa de marcharse para su turno laboral. Si no se equivocaba, ese día le tocaba a Braden, su hijo menor, venir a pasar la tarde con él. Claro que Tobey odiaba la grilla de guardia que su familia estaba montando para él, pero era una batalla que no iba a ganar.- Mi hijo está retrasado, para sorpresa de nadie..- dijo Poe en un tono casual, sus agudos ojos celestes clavados en Daniel, evaluando su reacción.

Desde que estaba internado, Daniel era su enfermero principal. Había dos muchachas más, pero Daniel era el que más tiempo pasaba atrás de Poe. Lo que era normal. Daniel era un muchacho simpático, que siempre trataba de acceder a sus pedidos, que le gustaba preguntarle por su vida fuera del hospital. Lo que era normal. Pero Daniel estaba especialmente en Tobey. A Poe le divertía cuando el enfermero preguntaba cosas que querían sonar casuales, pero de casuales no tenían nada. No sabía de dónde conocía a su hijo mayor, no le había hablado al respecto a Tobey. Pero sabía que algo sucedía entre esos dos, podía apostar lo que le quedaba de salud a eso. Y es que Poe, podía o no, estar muriéndose, pero aún así nada escapaba a su atención. Cada vez que Tobey iba a verlo pretendía estar tranquilo, pero cada vez que la puerta de su habitación se abría, una pequeña luz de inquietud pasaba por su rostro. Inquietud que rápidamente se convertía en desilusión.

- Quizá cambió su turno para venir aquí..- desde que era un mocosito que Braden era difícil, pero no era un mal muchacho. Su hijo no dejaría de ir sin avisar, y aunque a Poe no le gustaba la charla de ascensor, bien podía hacerlo para seguir entreteniéndose a costa de Daniel, que cada pocos minutos miraba hacia la puerta.- ¿Necesitas dar alguna información a mi familia, Lennox? Puedo quedarme un rato a solas, no tienes que preocuparte..- agregó. Era bueno que Thylane no estuviera allí, su esposa nunca lo dejaba divertirse con esas cosas. Si a él le preguntaban, era inofensivo divertirse a costa de la tensión ajena. La mirada de Poe fue a la pantalla del televisor y él tomó el mando a distancia para revisar su lista de documentarles en Netflix. No había tenido oportunidad de continuar el de dictadores que estaba viendo con Tobey y no se atrevía a ver un capítulo sin su hijo mayor.

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Daniel Lennox

Desde que le había enviado el mensaje de texto a Tobey hasta la fecha habían pasado ya un par de semanas, días enteros dónde Daniel pasó por todo tipo de emociones ante la ausencia de respuesta del joven tutor. En ese momento estaba en una etapa de aceptación, o por lo menos fingía estarlo porque se decía en voz alta que si Tobey no lo quería en su vida estaba bien, tenía que aceptarlo y seguir adelante. Pero claro, pensaba todo eso mientras su mirada lo seguía buscando a diario tanto por los pasillos del Hospital como por la Isla. Y como si eso no fuera poco, se había ofrecido para ser el enfermero principal de Poe Verheek en su última internación. Ellos ya habían coincido por breves momentos en sus últimas dos internaciones, porque desde que se había enterado de su condición Daniel no podía evitar entrometerse en el trabajo de su equipo, pero aquella era la primera vez que pasaban tanto tiempo juntos. El científico era un hombre agradable, a pesar de sus comentarios y amenazas. Daniel disfrutaba su compañía, lo cuál hacía que su trabajo fuera más difícil a nivel emocional debido a las complicaciones en el tratamiento de Poe.

Akilah, la única hija del matrimonio Verheek, se marchó una vez que él terminó de pasarle la medicación a Poe y Daniel palmeó su hombro con delicadeza cuando ella pasó por su lado. Era un desfile de Verheeks a diario para cuidar a su padre, todos menos el hombre de mechón plateado que él ansiaba ver. Daniel alejó esos pensamientos de su mente, tenía que mantenerse profesional y en eso se centró mientras le acomodaba la almohada a Poe para que se encontrará más cómodo ahora que estaba sentado. - Su turno en Omega, ¿no? - le preguntó, intentando hacerse el casual y desentendido, aunque Raven siempre le dijera que era el peor en eso. No sabía si el científico se refiria a su hijo mayor o al menor, pero siempre sus esperanzas lo llevaban a Tobey. Notó la sonrisa burlona de Poe al escuchar su pregunta, pero su paciente no le respondió de inmediato, si no que tomó su mando a distancia y siguió con su vista puesta en el televisor frente a la cama.

Daniel no terminaba de descifrar a Poe, no sabía si él sabía de su existencia y por eso a veces lo torturaba de aquella forma o si solo era él siendo paranoico y pensando mal de uno de sus pacientes. Hasta donde sabía Tobey no había salido del clóset y aunque lo hubiera hecho, no tenía por qué contarles sobre él. La respuesta de Poe, en forma de otra pregunta, lo desencajó por completo. -¿Qué?- preguntó, sintiéndose muy mal consigo mismo y su trabajo mientras su cerebro procesaba la información. Nuevamente sin entender si era un interrogante de un paciente genuinamente preocupado por su tratamiento o si simplemente él era un poco bastardo. - No te preocupes Poe, no te vas a librar de mi tan fácilmente - terminó diciéndole con una sonrisa antes de sentarse en el sillón al costado derecho de su cama, decidiendo que era un poco de ambas. - ¿Encontraste algo interesante? - le preguntó, tenía más trabajo por fuera de esa habitación pero todo podía esperar un rato más.

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Tobey Z. Verheek

Desde que comenzara la enfermedad de su padre, Tobey había tomado activamente el rol de cuidador principal. No quería que tal labor recayera sobre su madre, que suficiente tenía con el panorama actual. Claro que ella iba a todas las citas médicas de su marido y cada vez que tocaba pasar la medicación para el tratamiento estaba allí con Poe al igual que Tobey. Era él también quién diagramó el esquema de guardias, aprovechando que tenía una licencia en Omega, tomaba los turnos nocturnos y además se ocupaba de cubrir a sus hermanos menores si alguno no podía. Como esa tarde, que el sonido de su móvil lo hizo despertar de un respingo. Su hermano Braden debía ir a trabajar porque tenían un evento de última hora y no podía ir a ver a su padre. No importaba si Poe podía estar solo una tarde, Tobey no quería que eso sucediera. Y con Akilah en el mismo turno que Braden, la única opción para el cambio era Tobey.- Claro B, ¿Akilah ya se marchó? Iré enseguida, gracias por avisar..- dijo Tobey mientras iba al baño para lavarse los dientes, cambiarse y salir.

Una vez que programó el alimentador para Pepper, Tobey tomó las llaves de su automóvil, su bolso y bajó por el ascensor. Una vez que estuviera en el hospital tenía que recordar agradecerle a Aaron por ese aparato. El alimentador programable era una tontería que le facilitaba el cuidado de su Pepper ahora que no siempre podía estar en los horarios en que él le daba de comer. Sobre todo porque su gata se negaba a comer si alguien más le servía la comida. Las únicas personas de las que aceptaba comida eran él y Poe. Y su padre no estaba en condiciones de reemplazarlo en esa tarea, pensó Tobey con amargura. El bocinazo del conductor de atrás lo sacó de su ensimismamiento.


Lennox estaba estirando su estadía en su habitación, Poe lo sabía y no dijo nada. En enfermero solía pasar más tiempo con él que con sus otros pacientes, eso era lo que escuchó decir a las enfermeras unas semanas atrás. Al principio creyó que lo hacía porque sentía pena por un tipo moribundo. Luego, con el correr de los días y las preguntas, el panorama se volvió más claro. Tanto el enfermero como su hijo mayor estaban en constante estado de alerta cada vez que la puerta se abría y eso no podía ser casualidad.- Tobey y yo estamos viendo una serie documental sobre dictadores, él siempre ve documentales conmigo, es el único de los cuatro que no se queda dormido..- dijo y no pudo frenar la sonrisa de medio lado en su rostro. Su esposa lo intentó por años, pero siempre se dormía. Fue un alivio cuando Poe pudo compartir esa actividad con el hijo mayor de ambos.- Tendré que esperar a su guardia.. creo que mañana..- agregó, haciendo más pausas de las necesarias, viendo desde primera fila como Daniel parecía no poder aguantarse en su propia piel. El turno de Daniel terminaba esa noche y él no volvía hasta dentro de 24 horas, por lo que él y Tobey no deberían coincidir.

- Los Omega le dieron una licencia para que pueda dedicarse a esto..- Poe se pasó una mano por la barba, estaba agradecido con su mejor amigo y su ahijada por el trato que le daban a su hijo en una situación como esa. Pero a su vez se sentía incómodo con que Tobey tuviera tanto tiempo para dedicarse a él. Thylane y él llevaban días hablando sobre lo mucho que su enfermedad le estaba afectando, pero no estaban en condiciones de ponerle un alto debido a lo fundamental de su labor.- No sé a quién quiso ocultárselo, siendo que Max y Meddie son mi mejor amigo y mi ahijada..- dijo mientras negaba con la cabeza, ese hijo suyo.- Los mellizos trabajan en el Amapola desde hace algún tiempo, aunque Akilah lo hace de forma esporádica, da pequeños shows con su guitarra..- esa tarde Poe estaba más conversador que de costumbre, una novedad de esa última internación.


Tobey dejó su automóvil en el estacionamiento privado de siempre e hizo una pasada rápida por el Sunflower para comprar algo delicioso para su padre. Ir a ese lugar siempre hacía el pecho de Tobey doliera un poco, pero él se decía que era una herida que debía dejar sanar. Daniel era una herida que tenía dejar sanar. Una vez que envolvieron las porciones de Lemon Pie, Red Velvet y el scon de queso Tobey retomó su marcha con el paquete en una mano, una ramo de flores en la otra y su bolso de internación colgando de su hombro. Además de comprar algo para el té con su padre, también se aseguró de comprarle dos revistas, una de sudoku y otra de crucigramas, además de un par de libros de su biblioteca. Cada vez que iba y venía de esas pijamadas hospitalarias, Tobey tenía un montón de cosas que llevar y traer.- Lo siento Papá, Braden no pudo venir y me avisó de última hora..- dijo Tobey al entrar en la habitación del décimo piso donde su padre estaba internado.- Lo bueno es que tenemos un rato más para ponernos al día con el documental, te traje los libros que me pediste, algunas revistas y también flores, Akilah me dijo que tiró las otras porque se pusieron feas..- Tobey hablaba mientras dejaba su bolso en el pequeño mueble que usaban, las cosas para su padre en su mesa de luz y dejaba las flores en el jarrón. Todo esto sin siquiera haberse quitado el abrigo ni reparar en el hombre que lo observaba sin respirar.  

Poe observó a ambos hombres en silencio, a la expectativa de lo que iba a suceder a continuación. Ante el silencio de su padre, Tobey lo observó con preocupación, notando por fin que no estaban solos.- Oh, lo lamento, no me di cuenta que había alguien más, soy Tobey, el hijo mayor de Po..- sus palabras se perdieron en el aire cuando el rostro de Daniel quedó a la vista. La reacción fue inmediata, todo su cuerpo se tensó y una ola de calor subió por su cuello.- Hola Dan, tiempo sin verte..- dijo, queriendo sonar lo más casual posible. Tobey parpadeó, dándose cuenta que con la sorpresa se quedó con el abrigo a medio quitar. Eso era lo que necesitaba, pasar vergüenza delante del hombre que le rompió el corazón. Tobey terminó de quitarse el abrigo, lamentando no haberse tomado dos minutos más en su apartamento para afeitarse y ponerse un poco de perfume. Eso, siendo que no podía hacer mucho por lo cansado y ojeroso que se veía.  

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Daniel Lennox

Daniel era muy bueno en su trabajo, así había logrado llegar a ser el jefe de los enfermeros, pero más allá de su eficiencia le apasionaba lo que hacía. No era raro que, con ciertos pacientes, se extendiera unos minutos más si la situación lo requería pero sí era inusual el estado de alerta que acompañaba el tiempo extra que le dedicaba a Poe. El mismo estado en el que estaba en ese momento al escuchar el nombre del tutor. A Tobey le gustaban los documentales sobre dictadores. No sabía eso de él y no pudo evitar la pequeña sonrisa que se formó en sus labios por un momento, antes de acercarse más al borde de su asiento de manera inconsciente y como consecuencia de las eternas pausas de Poe. Tobey no iría hasta el día siguiente y su guardia terminaba esa misma noche, lo que significaba que ellos no iban a coincidir. Daniel se sintió muy desanimado por eso y temió que eso se estuviera traduciendo en su rostro, por lo que decidió levantarse de su lugar y comenzar a revisar el suero de Poe y las máquinas mientras lo escuchaba.

- Es bueno saber que tienes a tu familia y a tus amigos a tu lado - le dijo aún sin verlo, intentando no hacer ninguna referencia más a Tobey. Daniel se preguntaba de manera constante cómo esa situación estaría afectando al tutor, ignoraba que era él quien cubría el rol de cuidador principal pero si tenía en cuenta cómo había sido su primer encuentro y el complejo de héroe del castaño, podía apostar que estaba mucho más involucrado que el resto de sus hermanos y dejándose de lado para atender a su padre. - ¿El bar Amapola? Eso es genial. ¿Qué clase de música hace tu hija? - No sabía en qué momento había vuelto a sentarse en el sillón, más relajado ahora que la conversación estaba yendo por otro lado que lo alejaba del peligro de demostrar demasiado interés.

Hablar de Akilah era muy fácil, Poe le contó un poco más sobre el trabajo de su hija y Daniel estaba diciéndole que podría pasarse por allí en alguno de los descansos de sus guardias para escucharla cantar cuando la puerta se abrió. Si fuera el enfermero quien hubiese estado conectado a las máquinas y no Poe, las mismas hubieran comenzado a chillar porque el rubio estaba seguro que su corazón se detuvo un momento para luego comenzar a golpear con fuerza su pecho. No fue capaz de decir nada mientras Tobey hablaba sobre muchas cosas que él en ese momento no entendía y acomodaba las cosas que había llevado consigo. Su mirada solo lo seguía, Daniel temía hacer cualquier movimiento y era una locura pensar que después de esperar tanto cruzarselo, ahora que estaban en la misma habitación sólo quería salir corriendo.

Cuando Tobey por fin habló, Dan quiso morir al pensar que estaba fingiendo no conocerlo hasta que el tutor se detuvo y luego lo saludó por su nombre. Algo que le resultó también llamativo por la liviandad de sus formas luego de todo lo que había pasado entre ellos. Pero ¿qué pretendía? Había pasado un tiempo y no era como si las circunstancias fueran las mejores. Daniel alejó esos pensamientos de su mente y le sonrió, levantándose para quedar frente a él y dejarle el sillón de visitas. - Hola Tobey, que bueno verte. - No sabía si eso era lo mejor que podía decirle, pero era sincero. - Estaba haciéndole un poco de compañía a tu padre. - agregó queriendo restarle incomodidad al momento, por ellos y para Poe. Claro que ignoraba por completo lo divertido que estaba el hombre con esa situación, al bastardo solo le faltaba el balde de palomitas.

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Tobey Z. Verheek

Por fin, algo de diversión. Poe se quedó sentado en la cama mirando de un lado al otro como si estuviera presenciando un Gran Slam. Podía notar la tensión en ambos hombres, era como si de pronto el piso se hubiera convertido en hielo y tuvieran miedo que un paso en falso los hundiera. Vaya, era todo un poeta. Por mucho que le divertía toda esa situación, como padre, debía hacer algo por su hijo mayor.- ¿Tob? Supongo que tu madre no te dijo, pero está en camino a verme y quisiera algo de tiempo a solas con mí esposa, ya sabes..- Poe levantó una ceja y eso fue todo lo que necesitó para que Tobey se ruborizara por completo

- Sé que es mentira, pero aún así papá, por favor..- se quejó Tobey. Lo último en lo que quería pensar era en sus padres teniendo relaciones.- Me quedaré hasta que ella llegué, además necesito saber si el doctor dijo algo sobre tu próxima sesión y..- Poe levantó una mano para interrumpirlo y Tobey calló al instante. No importaba cuán adulto fuera, ese hombre siempre sería su padre.

- ¿Daniel?- Poe clavó sus ojos azules en el otro hombre en su habitación y pudo sentir como su hijo palidecia de preocupación al no saber con qué iba a salir está vez.- Dicen que el café de aquí es terrible, pero seguro sabes de alguna cafetería cerca que pueda servir algo decente, ¿Podrías ocuparte de que Tobey tome algo caliente antes de volver a su apartamento?- No esperó que el enfermero respondiera sino que tomó su mando a distancia y buscó en la grilla el National Geography, era la semana de culturas latinoamericanas y quizá podía encontrar algo bueno mientras esperaba a su esposa para merendar.

Tobey se cubrió el rostro con una mano antes de soltar un suspiro, su padre iba a matarlo un día de estos. Sin decirle nada a su padre apretó su hombro, tomó el bolso con las cosas que ya no necesitaría para la pijamada, su abrigo y salió de la habitación de su padre con Daniel tras sus pasos.- Lo siento Dan, quisiera decir que no suele ser así, pero lo cierto es que suele ser peor..- dijo una vez que ambos estuvieron a varios pasos de la puerta de la habitación de Poe. Tobey no pudo evitar sonreír de medio lado, a pesar de que era terrible, se alegraba que su padre tuviera el ánimo suficiente para mandonear.

- Gracias por ocuparte de él, haces un gran trabajo..- eso era todo entre ellos se dijo Tobey. Daniel era el enfermero de su padre, lo seguiría cruzando y él debía ponerse los pantalones de hombre adulto y lidiar con esa situación.- Avisame si te lo pone difícil y hablaré con él..- dicho eso, Tobey hizo un pequeño asentimiento de cabeza antes de comenzar a caminar hacia el ascensor, podía aprovechar la novedad de la tarde libre para buscar un poco más de información y entrenar en su biokinesis.

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Daniel Lennox

En ese punto y con lo bien que se la estaba pasando Poe, era claro que él sabía que existía algún tipo de situación entre ellos. Y era lógico, por la forma en la que se miraban y como ambos estaban actuando Poe debería estar en coma para no darse cuenta. Pero entonces el padre de Tobey se involucró en la conversación y lo hizo de la mejor manera posible, tirándole un salvavidas a Daniel. Si su esposa iba a ir a visitarlo, él podía acaparar a Tobey por un rato sin excusas del otro lado. Amaba a Poe en ese momento, además porque había hecho que el tutor se sonrojara y para él eso era todo un espectáculo. El rubio se permitió en ese momento ser él quien disfrutaba siendo espectador, divirtiéndose al descifrar la dinámica entre los Verheek hasta que el mayor se dirigió a él. Escuchó su pedido y le sonrió, aunque Poe no estaba interesado en ningún tipo de respuesta porque tomó el mando de la televisión y se acomodó para ver algún programa como si allí nada pasara.

Tobey se puso el saco para salir y comenzó a guardar sus cosas mientras Daniel revisaba por última vez que todo estuviera en orden en la habitación antes de seguirlo al pasillo del hospital. Era la primera vez que estaban a solas en todo ese tiempo, o una versión parecida de aquello porque ahora eran las compañeras de Daniel quienes los observaban a la distancia mientras murmuraban entre ellas. Eran unas malditas chismosas pero eran sus amigas y, además le servía que supieran que él estaba atendiendo otra cosa porque eso le daría un rato libre dentro de su guardia sin interrupciones. Asintió con la cabeza sin saber qué decir cuando Tobey le agradeció. - Todo el equipo está pendiente de Poe y me aseguraré que siga recibiendo el mejor cuidado médico. - su respuesta le sonó un poco automática, como si el tutor fuese el hijo de otro paciente más. Pero no lo era, era él.

Daniel pensó que pudo llegar a incomodarlo porque Tobey se despidió de manera seca y comenzó a caminar hacía el elevador. No, las cosas no podían quedar así entre ellos cuando era tanto lo que Dan tenía para decir. Era ahora o nunca, no podía dejarlo ir otra vez. La puerta del ascensor se abrió y Tobey se metió en él, con Daniel apresurando sus pasos para alcanzarlo y detener el cierre de puertas con su mano. - ¿A dónde crees que vas, Verheek? El café Sunflower es para el otro lado. - Su mirada buscó la del castaño y la sostuvo cuando el enfermero se adentró al elevador y apretó el botón de planta baja. - Nos debemos un café- agregó, ese subidón de confianza iba descendiendo con la misma rapidez que el ascensor, pero Daniel tenía que mantenerse enfocado para poder decirle todas las cosas que había pensado en las últimas semanas.

El trayecto hacía el café fue corto y le recordó a la primera vez que lo había visto. ¿Quién diría que ese desconocido iba a convertirse en alguien que ahora sentía marcado con fuego en su corazón? Daniel saludó a una de las meseras cuando entró y el encargado se acercó a Tobey para preguntarle si todo había estado bien con el pedido que había realizado un rato antes. Luego, por fin, ambos se sentaron en una mesa. - Te debo una disculpa.. La última vez que nos vimos yo... - Daniel fue el primero en hablar, se sentía muy tenso y un poco angustiado de repente. Suspiró y se permitió un momento para tomar aire, se había imaginado un par de veces ese reencuentro pero no sabía cómo seguir. - Te extrañé, Tob.- su mirada ahora fija en la carta, aunque no fuera a encontrar lo que quería allí.

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Tobey Z. Verheek

¿Eso estaba sucediendo de verdad? Tobey observó a Daniel como si de pronto su acompañante estuviera hablando en coreano. Ni siquiera se atrevió a contradecirlo, solo caminó tras los pasos del rubio hasta que se sentaron en una mesa del fondo del salón. La pregunta del encargado lo desconcertó, no sabía de que le hablaba y le costó juntas su última visita de una hora atrás con estar allí de nuevo. Su respuesta fue un balbuceo torpe, todavía se sentía aturdido por estar allí con Daniel por la propia iniciativa del enfermero. Tobey se frotó con suavidad el pecho en un intento de quitarse esa extraña sensación de encima. ¿Era pánico, un infarto? Estaba exagerando, quería pensar que estaba exagerando. Los labios de Tobey temblaron en cuanto Daniel empezó a hablar, no supo en qué momento empezó a llorar en silencio mientras el enfermero se disculpaba con él y le decía que lo había extrañado. Daniel le hizo tanta falta y se sentía tan agradecido de solo estar sentado en esa mesa junto a él que ni siquiera podía ponerlo en palabras.  

- Lo-lo siento Dan, no sé qué me pasa, perdón..- dijo con torpeza a la vez que se limpiaba el rostro con mano temblorosa. Los ojos llorosos de Tobey encontraron a Daniel y casi quiso ponerse de pie y salir huyendo de allí al ver el desconcierto en el rostro del enfermero.- El tratamiento de papá es tan.. difícil y duro, odio que él tenga que pasar por esto y no poder hacer nada más..-  el murmullo del salón lo alcanzó y Tobey no pudo evitar sentirse demasiado consciente de si mismo y lo que los demás podrían estar diciendo de ellos y de la situación.- El auto, ¿podemos tomar el café en el auto?- le pidió. Necesitaba salir de allí en ese momento.

Daniel comprendió al momento lo que pasaba y no dudó en pedir dos bebidas para llevar y sacarlo de allí para que Tobey liderara el camino a su automóvil. Una vez que estuvieron a solas, la inquietud de Tobey comenzó a disiparse. Sus manos dejaron de temblar lo suficiente como para que él pudiera tomar su vaso descartable de café de las manos del enfermero.- Fueron cuatro meses muy difíciles, lamento todo este espectáculo, verte y escucharte me tomó por sorpresa y no supe reaccionar mejor, se me fue de las manos..- dijo, su mirada puesta en la tapa negra de su vaso de café mientras que sus dedos jugaban con la faja de cartón para repeler el calor.

- También lamento cómo me comporté la última vez que nos vimos, no debí enojarme así, tu estabas un poco borracho y no fue justo que me enojara contigo por no obtener lo que yo quería, sin considerar lo que tu querías..- agregó. No importaba si su mejor amiga creía que no le debía nada a Daniel, Tobey aún necesitaba disculparse con él por cómo lo trató. La realidad de que estaban en su automóvil en un estacionamiento lo alcanzó de pronto.- Lo siento ¿tienes frío? ¿necesitas que prenda la calefacción?- dijo prestando más atención a Daniel. No le ofrecía que lo llevara a ningún lugar porque no estaba en condiciones de manejar en ese momento, pero quería que el enfermero estuviera todo lo cómodo que pudiera.

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Daniel Lennox

Los ojos de Daniel seguían puestos en la carta, recorriendo las páginas de la sección cafetería con fingido interés para evitar la mirada de Tobey. No quería arruinar las cosas nuevamente y esa presión lo tenía un tanto inquieto, con su pierna moviéndose por debajo de la mesa. El primer gesto de Tobey, cuando se llevó la mano a su pecho, pasó desapercibido pero cuando lo escuchó llorar levantó la mirada hacia él, sin entender qué ocurría. No dudó en poner su mano en la mano libre de Tobey que estaba sobre la mesa y el contacto se le hizo tan intenso que disparó sus poderes, la angustia del castaño se le metió bajo la piel y Dan apretó un poco más esa mano. - Está bien, lo entiendo - murmuró, acariciando con dos de sus dedos el dorso de su mano.

Así como su podía sentir su tristeza, la incomodidad del tutor llegó a él y Daniel entendió lo que tenía que hacer antes de que Tobey formulara la pregunta. Se apresuró en pedir los vasos de café para llevar y en poco tiempo estaban sentados en el auto del castaño. El enfermo negó levemente con la cabeza cuando él mencionó el espectáculo, Tobey era demasiado duro consigo mismo. Por lo que sabía de las conversaciones con Poe y lo que había averiguado en el hospital, sabía que él estaba llevando la enfermedad de su padre con entereza, considerando lo complejo de la situación de Poe.  

Lo dejó hablar, quería decirle que no tenía nada para disculparse pero también entendía que Tobey necesitara sacarse la angustia de su pecho, sin interrupciones. Su mirada estaba puesta en él aunque el castaño seguía con la vista clavada en el vaso en sus manos. - Tobey.. - lo llamó luego de que él le preguntara si tenía frío. - Lamento mucho todo lo que está pasando con tu padre y quería que sepas que estoy aquí para ti y para tu familia, lo que necesiten. - comenzó. Esa era la parte fácil. - No tienes que disculparte, yo fui el imbécil. Tenía mucho miedo y no quería hacerme cargo de todo lo que estaba sintiendo... - Su pelea aún le dolía pero también le parecía un recuerdo muy confuso, quizás por su estado esa noche. - De lo que siento por tí. - se corrigió, la idea de esa conversación no era vomitarle sus sentimientos, Daniel solo quería disculparse pero también quería ser honesto, y aclararle que aún pensaba en él era parte de eso. Había tenido meses para pensar y procesar cómo se sentía por Tobey pero una cosa era hablarlo con su hermana y sus amigos y otra muy diferente era abrir su corazón con él luego de meses de no saber del otro y en medio del caos que era la vida del tutor.

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Tobey Z. Verheek

Tenía que estar soñando. Eso era. Todo esto era un sueño. O al menos esa era la explicación más lógica para Tobey en ese momento. Quizá, si todo era producto de su cabeza, la enfermedad de su padre también lo fuera. Pensar que todo eso era un sueño era más fácil que aceptar que quizá Daniel estuviera, por fin, reciprocando sus sentimientos. Tobey asintió en silencio, recostando su cabeza en el hombro de Daniel. Sus dedos buscaron los del enfermero, serpenteando entre ellos hasta dejar ambas manos unidas. El café en su mano libre estaba por comenzar a enfriarse, pero eso no podía importarle menos al tutor. Todo lo que quería era ese momento, incluso si en menos de un minuto Daniel se arrepentía de lo que acababa de decir.

- También te extrañé, Dan..- dijo, retomando la conversación que quedó a medias en la cafetería. Quería decirle más cosas, que lo quería, que estaba enamorado de él, pero no creía que pudiera terminar su pequeña declaración amorosa sin quebrarse. Demasiadas cosas estaban sucediendo como para poder seguir en una pieza.

La mano de Tobey alzó las manos entrelazadas, acercándolas a sus labios para dejar un beso en el dorso de la mano ajena. No necesitaba decirle más nada, sabía que el cariño y la sensación de confort que lo asaltaba cada vez que estaba con Daniel llegaría al enfermero sin esfuerzo. En algún otro momento diría todas esas palabras, pero de momento, esto era suficiente para él.

Tobey se acomodó mejor contra el cuerpo de Daniel a pesar del pequeño espacio que separaba las butacas de su automóvil. No sabía cuánto tiempo más de descanso tenía el enfermero, pero iba a asegurarse de aprovecharlo al máximo.

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