1-Let Her Go

Let Her Go

Itzae Marsden

Itzae era un fiel representante de su sección, adoraba la organización y la rutina, desde pequeño había aprendido a disciplinarse en los horarios y saber que hacer a cada horario del dia, era enérgico y jamás se quedaba quieto, algo por lo que su madre debió luchar desde que había nacido, no había nacido para quedarse encerrado. Ese día el rubio Marsden había tomado sus medicinas a las 7:30, cuando su alarma en la muñeca lo despertó y por el contrario de algunos que seguian durmiendo luego Itz ya estaba en pie, pidiendo un batido desde su computador empotrado en la pared. - Uno de fresa esta vez Willy.. - le pidió a la cámara con una sonrisa integra antes de tomar el cepillo de dientes, esperando su desayuno. Debía hacerse un par de pruebas en una hora para saber si al fin podrían dejarlo seguir otro deporte además de la natación, pero los equipos eran difíciles, mas él no perdía las esperanzas. A las 12 del medio día estuvo listo para el almuerzo y el resto del día se la pasó entrenando.

Cuando la noche se instaló en el cielo Itzae supo que era momento de descansar, se había dado un baño en su habitación y ahora comía de su bandeja de pastas sentado en uno de los bancos largos del complejo de piscinas, con sus pantalones largos de gimnasia y la expresión relajada de alguien que está en paz con la vida y disfruta de los fideos con crema como si no hubiera comida más sosa que aquella. Itz sonrió llenandose la boca de comida hundido en sus pensamientos, para nada profundos. Ni siquiera se había dado cuanta que lo observaban desde allí.

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Let Her Go

Isla Marsden

Qué días tan largos atravesaban últimamente la sección de Deportes. Isla no era muy ducha en la actividad física, por lo tanto había elegido los deportes de natación - porque como a su hermano le fascinaba el agua - y fútbol, creyendo que en un equipo de tantas personas no se notaría tanto su torpeza. Ésta última idea se le había puesto en contra, casi todas sus compañeras de equipo le plantaban muchas quejas al final de los entrenamientos y la castaña sólo les respondía encogiéndose de hombros. Ellas tenían razón, no iba a ponerse a discutir sobre lo que no tenía sentido. No tenía tanta mala suerte en natación, donde era muy ágil en estilo croll. Allí sí podía brindarle energía a Axies, parecía que su cuerpo se movía distinto en el agua.

Pronto estaban las inscripciones a nuevos deportes y se brindaban los permisos para cambiarse. Isla había pensado en pasar a voleyball acuático, con la esperanza de mejorar. Sus padres y Itzae no sabían acerca de los conflictos que tenía con su equipo de fútbol, y no pensaba contarles tampoco. Había aprendido a fingir sonrisas hacía mucho, cuando había decidido quedarse en esa sección para estar con su familia, a pesar de que no fuese su deseo. En su examen de aptitud había obtenido salud como resultado, pero no se había atrevido a separarse de su hermano. Ellos dos tenían una relación maravillosa, eran como mejores amigos, grandes confidentes. Ese día Isla lo había buscado por todos lados sin éxito, y al llegar la noche, luego de la cena, tuvo una corazonada de dónde podía estar y se dirigió allí.

- Sabía que estarías aquí - dijo con una gran sonrisa en los labios desde la puerta del área, corriendo hacia él
para envolverlo en un gran abrazo, teniendo cuidado de no tirar su comida al agua.

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Itzae Marsden

 Su hermanita tenía mucha suerte, había sido aceptada en el equipo de futbol femenino e Itzae estaba orgulloso de ello aunque aun no había podido verla en acción en la cancha, el rubiales hubiera dado su pierna izquierda por entrar a Futbol, pero aún no estaba preparado. No mportaba, las competencias de atletismo y natación serían muy pronto y él ya se había anotado sin pensarlo. Su padre, Zeeran le había prometido que estaría alli para él ante cualquier eventualidad. Itzae levantó el rostro con sorpresa al escuchar la voz de Isla chillar, y luego sus brazos, el rubio correspondio su abrazo, sentandola en su regazo como si fuera una niñita pequeña, de todos modos lo era para él, su hermana pequeña.

- Como ha ido ese partido? - preguntó con alegría pasando un mechón de su cabello hacia atras.- Tengo que practicar el futbol si quiero estar en su programa, tu crees poder darme un par de trucos?  - preguntó, esa sonrisa compradora, Shenae sabía bien que no iban  a aceptarlo en el camino, era un riesgo enorme el que corrían. Desde los 12 años Itzae sufría de una enfermedad que no era contagiosa, pero si debía cuidarse por el resto de la vida, epilepsia, los ataques habían sido pocos en lo que iba del año, un récord para el rubio quien ya hacía cinco años que se presentaba para las pruebas de los equipos de fútbol americano y baloncesto, sin exito.

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Isla Marsden

Ese abrazo era todo lo que necesitaba para olvidarse de las adversidades. A esa hora todos estaban cenando en el comedor, inclusive sus padres, pero Isla sabía que su hermano iba a estar cerca de su elemento. Cerca del agua. Shenae sufría muchos nervios cuando ellos competían, o incluso cuando nadaban por diversión, Isla tenía entendido que cuando eran jóvenes habían naufragado semanas en una isla y por ello su madre le temía tanto al agua. Aquello había sido una desgracia horrible, pero sus padres siempre decían que lo importante era haber superado los infortunios, y que en parte gracias a esa desventura habían comprendido cuánto se amaban. Por eso ella llevaba tal nombre, Isla.

Se sentó sobre su hermano y le robó un poco de comida. A pesar de lo delgada que era siempre tenía hambre. Decidió no comer más cuando Itzae comenzó con las preguntas incómodas. - Perdimos, pero no estuvo tan mal. Las delanteras son increíbles. Yo creo que ellas podrían enseñarte mejores trucos que yo de seguro - dijo haciendo un aspaviento con la mano, bufando y resoplando a la vez. Su hermano sabía que era pésima jugando, pero la quería tanto que se cegaba por completo. Al igual que ella lo hacía con sus intentos de seguir entrando a otros deportes. Todos sabían que por la enfermedad de Izz era difícil que lo aceptaran, pero aún así, como buena y fiel hermana que era, continuaba de pie a su lado. La castaña miró su reloj de muñeca, tantos botones y opciones la mareaban. - En un rato se hará el horario de ir a dormir. Detesto que sea todo tan estructurado. ¿Y si quiero ver el anochecer? - preguntó abriendo los ojos por demás con la vista fija en el agua. - Ya, parezco de entretenimientos, ¿cierto? - bromeó con su hermano. Ella no conocía a los miembros de esa sección exceptuando por lo que veía en su televisor, pero se decía que era gente muy relajada y naturista, que incumplían las leyes más que en otra sección.

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Itzae Marsden

  No tenía drama de compartir su comida, icluso Izz había levantado su tenedor para darle un bocado a su hermana en primer instancia aunque luego habia desistido para que ella lo hiciera sola - Creo que le falta un poco de sal.. - la cocina, claramente no era lo suyo pero no había querido ir donde el comedor a sentarse con todos los demás, Itzae a pesar de ser un tipo muy sociable cuando necesitaba pensar y relajarse prefería comer solo antes de un último chapuzón nocturno, así podía dormir toda la noche sin sobresaltos, conocía su metabolismo perfectamente y las horas de sueño correspondían a levantarse con toda la energía para un nuevo día.

El asintió a su hermana, apenas había escuchado que habían perdido el partido, cuando ella nombró a las delanteras, había una muchacha que había visto en uno de los entrenamientos para entrar a los equipos, pero luego no la había vuelto a ver, quizás no había quedado elegida como él. Lo peor es que Itzae se esforzaba y era muy buen jugador de baloncesto, tenía la altura ideal para ello y había participado varias veces, a los entrenadores les gustaba su técnica en la cancha y su salto al aro, pero desistían al ver su ficha médica. Itzae volvió a la realidad al escuchar a Isla hablar del anochecer. - Puedo dibujartelo si quieres y lo veras todas las noches.. - era su respuesta a la pregunta que siempre le hacía su hermana, con esa sonrisa leve.

- Quiero ir a entretenimiento cuando nos toquen las visitas, dicen que tienen unos espectáculos grandiosos, Jen está allí por este año, le ha tocado estar de guardia en el teatro.. - el primo de ambos, Jensen estaba en Seguridad al igual que su hermana Savannah, pero el primero había tomado el cargo para Entretenimiento alegando que allí todo era más divertido y si podía poner mano dura a esos locos de allí mucho mejor. Su primo estaba loco, definitivamente.

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Isla Marsden

Allí estaba su querido hermano Itzae, siempre cuidando de ella y procurando hacer de sus días algo mejor. Aceptó su propuesta, Isla le había dicho toda su vida que era muy bueno trazando paisajes, pero él no le creía. Incluso alguna vez habían charlado sobre un cambio de sección, ella creía que disfrutar de su habilidad artística sería bueno, pero su hermano amaba los deportes por sobre todo lo demás, y eso se notaba a leguas. Había dejado de comer ya, no era una joven de gran apetito.

- ¿A entretenimiento? - le preguntó con el ceño fruncido, Isla ya se había separado de su regazo para descalzarse y sentir el agua en sus piecitos. - Dicen que allí son todos idiotas - soltó con la boca cruzada en una diagonal, pensando en esa idea. - En esa sección sólo hay fiestas y arrogancia, Izz, tú estás por encima de eso - dijo ya sin mirarlo, se había inclinado y estaba haciendo círculos en el agua con el dedo índice. - Pero ya que, yo no soy quien para impedírtelo, claro está - La castaña ladeó el cuello y miró a su hermano, dedicándole una breve sonrisa fingida. En más de una ocasión ella desperdiciaba sus salidas mensuales, las veces que lo hacía era para visitar a su prima Diana en Salud. - Siendo sincera, me gustaría ver a Jen y a Vannah, siendo que hace años no los vemos - recordaba cuando eran niños y todo era distinto, ellos vivían juntos prácticamente.

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Let Her Go

Itzae Marsden

Ella creía en él, sino no tenía logica que le gustaran sus garabatos con carboncillo, a Itzae le gustaba recogerlos de las ruinas y dibujar cuando estaba solo, pero no tenía mucho pulso, en Entretenimiento no sería más que un artista callejero, hacer aquello no le infundía toda la pasión que los deportes hacían por él. El rubio dejó su bandeja sobre la banca antes de caminar con sus pies descalzos hasta el borde de la piscina, Itzae se quitó los pantalones largos, quedando con su traje de baño antes de dar un salto de cabeza frente a ella, salpicandola entera. Salió del agua con una sonrisa divertida. - No debes creer en lo que te dicen, quizás son diferentes, pero no pierdo nada con verlo con mis propios ojos, tu tambien deberías ir.. - el rubio nadaba de espaldas mientras le hablaba a su hermana. - Sería bueno poder vernos todos juntos nuevamente.. - él tambien lo extrañaba, sobre todo a Jensen quien había sido siempre su mejor amigo en la infancia. Su primo Harvey tambien estaba en Deportes pero no era lo mismo, el moreno no era muy cercano a él.

Itzae jaló de las piernas a Isla para que fuera con ella a la piscina, el unico momento que no disfrutaba del agua era cuando su madre los miraba, siempre le había causado demasiada pena ver la tristeza en sus ojos cuando ella estaba pendiente de ellos. Por lo demás el mayor de los Marsden era muy feliz allí, incluso parecía un niño muy enérgico al jugar en el agua, alejandose de su hermana para sumergirse y bracear hasta el fondo. Él nadó con más rapidez inflando el pecho una y otra vez para contener la respiración, sus pensamientos lejos de todo, como siempre hacía para no recargar su cabeza y recaer.

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Isla Marsden

Su hermano el bueno. A veces Isla deseaba ser un poco menos prejuiciosa como él, pero le resultaba imposible. Una vez que le tomaba idea a algo era imposible hacerla cambiar de opinión. Sonrió mostrando sus blancos dientes mientras veía a su hermano ponerse de pie y prepararse para nadar. El joven se lanzó y mojó parte de su ropa, haciendo que se riera y se cubriera en vano con las manos. - Es cierto, creo que ya me has convencido. - La familia siempre era prioridad para los Marsden, y más cuando se trataba de sus primos hermanos.

- Nooo... dejame que me ponga en bañador - le gritó procurando zafarse de su aferre. Itzae se alejó para nadar, de a momentos con gran velocidad, y la castaña se quitó la camiseta blanca que llevaba y el short deportivo. Los dobló y los alejó del borde para que no lo mojaran mientras nadaba. Cuando su hermano salió a la superficie, Isla corrió hacia la piscina y se lanzó como bomba, gritando alguna tontería antes de eso. Salió a respirar y se llevó el cabello hacia atrás. - En entretenimiento no deben de tener estas deliciosas piscinas - continuó, sacándole la lengua a su hermano mientras se ataba el cabello en una coleta alta.

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Let Her Go

Itzae Marsden

Había sido fácil convencer a su hermana, ni bien lo había dicho ella ya había asentido, irían a Entretenimiento a visitar a sus familiares y conocer ese pequeño mundo en que vivían los artistas, y Itzae estaba feliz por su logro, sonreía, esa sonrisa infundía paz y serenidad, como lo era el rubio, no permitía que nada ni nadie cambiaran su positivo espiritud. Salió a la superficie tomando una bocanada de agua para encontrarse ya a su hermana en el agua con su traje de baño. - No hay nada más que decir, este fin de semana iremos a Entretenimiento e iremos de fiestas y romperemos reglas.. - bromeó él, como si fuera capaz de algo así, el rubio ya lo tenía planeado, quería conocer los teatros, monumentos y museos que decían había allí. Eitné, su prima de parte de los primos de su padre le había contado que allí podría ver todo eso.

Pero no, seguramente no tendrían esas inmensas piscinas de Deportes, estaban por todos lados al igual que las canchas de los diferentes equipos y las pistas de atletismo que conformaban los límites de la ciudad. Itzae corría todas las mañanas dos vueltas antes de ir a practicar en las piscinas. - Hoy hablé con papá, voy a competir en el triatlón el mes próximo, tu deberías hacer lo mismo.. - le dijo viendo como su hermana le sacaba la lengua, Itzae rió mirando los trampolines en lo alto y luego a ella, preguntandole con su mirada azul si quería practicar un par de saltos.

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Isla Marsden

Isla no era fácil de convencer. No es que fuese una joven predispuesta a discutir, y de hecho no le gustaba enojarse, pero de manera serena siempre encontraba la forma de mantener su opinión. Acompañaría a Itzae porque su hermano era su debilidad, y porque quería ver a sus queridos primos, pero nada le quitaba la idea que tenía en su cabeza acerca de Entretenimiento. Allí seguramente eran todos unos irresponsables, vividores y holgazanes.

- Paso, sabes que no me llevo muy bien con las competencias. Prefiero realizar el deporte meramente necesario, con nadar y arruinar partidos de fútbol tengo suficiente - bromeó, aunque estaba siendo sincera con sus palabras. A Isla no le gustaba competir, en parte porque el deporte no era el amor de su vida como le sucedía a Itzae, y además porque su madre se ponía muy nerviosa en el mientras tanto y la joven castaña no sabía cómo manejar las crisis de Shenae. De hecho, el único que sabía cómo parecía ser Zeeran, su padre.

Notó la mirada de su hermano, una vista de reojo a los trampolines. Con repentina adrenalina Isla lo miró sonriendo, con los ojos entrecerrados, y comenzó a nadar hasta la escalera junto al trampolín más cercano, compitiendo con él sin decirlo. - ¡Te gané! - celebró ya de pie en el borde, chorreando agua de la ropa y el cabello.

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Itzae Marsden

A Iz le causaba curiosidad que a su hermana le huyera a las competencias, en Deportes todo el mundo amaba lo que hacía, pero sentía que a Isla algo le faltaba allí, intentaba comprenderla y si no podía ayudarla en todo lo que la castaña le permitía pero aún así le parecía que estaba llegando el momento de hablar con ella seriamente. Pero para ese momento no dejaría que la tristeza lo embargara. El rubio se había hundido un momento en el agua y para cuando salió a la superficie Isla ya estaba sobre el borde de la piscina, alardeando que le había ganado. - Eso no es justo.. - se quejó dando largas brazadas hasta llegar hacia ella, levantandose con los brazos para salir de la piscina y empujarla nuevamente a ella dentro. Si, tambien Itzae tenía su pequeño demonio dentro.

Subió las escaleras del trampolín de en medio, el más alto pues los dos de los costados tenían dos metros menos de altura. El rubio llegó a lo alto y miró a su hermana como un pequeño bichito desde allí, caminó sobre la tabla concentrandose hasta el borde, llenando de aire sus pulmones antes de saltar y dejarse caer de cabeza, con las manos estiradas sobre la cabeza, Itzae juntó el cuerpo para dar una vuelta en el aire antes de zambullirse en la pileta, el agua estallando como si aplaudiera para él.

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Isla Marsden

No lo era, Isla estaba mucho más cerca del borde cuando lo retó, probablemente en caso contrario no lo hubiese hecho. Itzae tenía los brazos más largos que ella, y nadaba más rápido, sin un poco de trampa, sin ventaja, no había forma de ganarle. Su hermano llegó hasta ella, mientras la castaña hacía un pequeño baile de la victoria, pero una vez que Itzae estuvo a su lado, la echó de nuevo al agua sin que lo esperara. Salió a la superficie con el cabello empapado de nuevo y una mirada de pocos amigos hacia el rubio. Le enseñó el dedo medio desde el agua mientras lo veía subir al trampolín.

Itzae saltó e hizo una pirueta en el aire antes de tocar el agua, Isla se había corrido unos metros para no interrumpir en su salto, metiéndose bajo el agua cuando su hermano tocó la superficie. Su caída haría que la piscina tuviese olas y no quería que la fuerza de las mismas la arrastrara. Lo aplaudió segundos después, escuchando cómo los parlantes de la piscina anunciaban el toque de queda en quince minutos. - ¿Ves lo que digo? Aburridoos... - le gritó a los parlantes, sabiendo que nadie estaría escuchándola ni viéndola. Isla nadó hasta el borde y se detuvo allí, esperando a su hermano antes de salir.

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Itzae Marsden

Estaba disgustado con su salto, Itzae lo había practicado infinitas veces pero aún no era perfecto, necesitaba no desparramar tanta agua a los costados y caer recto luego del giro en el aire, el rubio salió a la superficie, buscando a su hermanita con la mirada y sonrió al verla aplaudir. Si, definitivamente ella nunca vería sus errores, o no se los haría notar. El toque de queda comenzaba a sonar, anunciaba que debían ir a sus casas, que las piscinas y el centro de entrenamiento cerrarían sus puertas hasta un nuevo dia. Pero a Itzae eso no le molestaba, incluso estaba tan acostumbrado a su rutina que no era algo que lo perjudicara.

 Salió de la piscina y tomó su ropa en el camino para seguir a Isla - No te quejes tanto, te saldran arrugas, preparate para este fin de semana con esos "idiotas".. - se burlo de ella mientras ambos salían de allí para ir donde la casa de sus padres, hablando de lo que harían en Entretenimiento, Izz estaba demasiado entusiasmado con la idea.

CERRADO.

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