24. Bedlam.

Bedlam

 Maxwell Marsden  

La visita a sus primos y hermanos había sido toda una odisea, Maxwell había tenido que planear todo aquello con antelación para que nadie pudiera descubrirlo, y había podido hacerlo con mucha paciencia, sabía que el reencuentro sería emotivo, pero no creía que tanto, todos habían crecido demasiado, su pequeña Love era toda una mujercita y tenía mucho éxito pero había descubierto que ella no estaba bien. Maxx había tenido que abandonar Axies cuando nadie lo miraba para no tener que dar explicaciones, había vuelto nuevamente a la Isla sin dar explicaciones y con el corazón roto por no poder quedarse una temporada con ellos. Lo bueno era que había podido juntas provisiones y regalos. A Naomi iba a encantarle.

Con su mochila colgada de su hombro Maxwell subió las escaleras colgantes que había construido en el edificio en ruinas en donde vivían, de a poco habían podido reconstruir aquel lugar y tener un sitio donde protegerse de la lluvia, habían pasado años desde que ese lugar ya no estaba en funcionamiento, los de Axies creían que esa Isla era para aquellos renegados que no podían cumplir las normas y preferían que estuvieran allí sin causarles problemas que sueltos en sus calles.

- Naomi? - preguntó y su voz se hizo eco en lo que en un tiempo atras había sido el lobby del edificio, no escuchaba nada, quizás ella estaba durmiendo en alguna de las habitaciones. Maxwell puso la mochila sobre una mesa desgastada y se quitó la camiseta, el calor allí era impresionante. Sacó una barra de chocolate de la mochila y le dió un mordisco antes de retomar la búsqueda de su compañera, quizás ella le estaba jugando una broma e imitando las escondidas como él solía hacerle prometiendole un premio si lo encontraba.

Con Naomi · 16 pm ·  Edificio en Ruinas, Isle of Man.

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Naomi Townsend  

Apenas Maxx había cruzado la puerta para irse a una reunión con sus hermanos y primos de vuelta en Axies, algo en el pecho de Naomi había comenzado a doler. No podía explicar qué diablos le pasaba pero tenía una sensación horrible de que él no iba a volver y eso había hecho que rompiera en un desconsolado llanto. Era algo extraño en una mujer tan fuerte como ella, Naomi había sido muy determinante sobre mudarse a la Isla con Maxwell y no había vuelto más que una o dos veces. Nada se comparaba con la libertad que sentía lejos de todo ese sistema podrido con el cual nunca había estado de acuerdo.

Las lágrimas en su rostro ya se habían secado para su regreso, Naomi estaba acostada boca arriba en una de las habitaciones de la planta superior cuando escuchó su voz. - Aquí - murmuró, no tenía que levantar la voz porque allí en el edificio todo hacía eco. Giró la cabeza para verlo cuando entró a la habitación, el sol había dado de lleno sobre ellos toda la tarde y hacía un calor insoportable allí adentro. Naomi se había bañado hacía un rato y ahora estaba sin remera, solo con unos shorts oscuros. Su corto cabello todavía algo mojado y sus pechos al descubierto, dejando a la vista sus múltiples tatuajes. - ¿Cómo están todos? - le preguntó solo por decir algo. No era que no le importara pero no estaba de humor, Maxx se veía feliz y ella no tenía ganas de terminar peleando como siempre hacían.

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 Maxwell Marsden  

No tuvo que esperar demasiado para escuchar la contestación de Naomi mientras miraba hacia arriba, seguramente ella estaría en el cuarto piso, donde el edificio estaba sin techo y solo subían para mirar la caída del sol por las tardes. Maxx subió con una sonrisa en su rostro, hacía bastante no se lo veía tan ilusionado con algo, adoraba estar en ese sitio sin reglas, con su pareja y lo que ambos construían, pero volver a ver a sus hermanos era algo que necesitaba hacer despues de tanto tiempo.

- Te he dicho que no deberías estar aquí cuando no estoy.. - le dijo desde el umbral de aquella habitación, el piso comenzaba a quebrarse sobre los cimientos y no le agradaba que ella pudiera hacerse daño. Maxx la observaba recostada allí, con sus pechos llenos y no podía decirle demasiado, se le trababa la lengua y una fuerza magnetica que de seguro provenía de sus cojones lo levaba a caminar hacia ella en cuatro patas.

- Ha estado bien, he traído varios regalos para ti.. - no es que lo hubieran llenando de presentes en la casa de sus abuelos pero él se había encargado de guardar todo lo que no necesitaran. El rubio se recostó a su lado de costado y le dejó un beso en la mejilla. - Que te sucede? - Naomi era transparente para él, sabía cuando no había comido y cuando estaba con la regla y no debía hablarle, y tambien cuando ella había llorado. Maxxwell acarició su plano vientre mientras esperaba ella se desahogara, o lo golpeara, o lo que fuera.

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Naomi Townsend  

Naomi hizo un gesto como encogiéndose de hombros cuando él la regañó, esa especie de terraza era su cuarto favorito por más peligroso que fuese. Es más, era esa característica la que le daba su atractivo. No era raro que ella se paseara sin camiseta ni sostén por su hogar pero aún así Maxx siempre se quedaba observando sus pezones rosados como si no hubiese hecho ya con esos cuantas fantasías se le habían pasado por la cabeza. Eso era lo bueno de vivir sin reglas, solos y aislados. Podían hacer lo que quisieran sin rendirles cuentas a nadie.

Le sacó la mano de su vientre de manera algo brusca, llevando sus manos detrás de su cabeza para estar más cómoda - Hace calor, ¿podrías no tocarme? - le pidió de mala manera. Naomi tenía el carácter más podrido sobre la faz de la tierra y jamás había buscado disimularlo. Tenía días donde si podía se iría a una Isla incluso más pequeña sola y luego crisis como esa mañana donde no quería ni pensar en una vida sin Maxwell. Lo amaba incluso más que a su libertad. - ¿Qué regalos? - le preguntó al cabo de unos minutos, con los ojos cerrados. Era una cabrona y si un psiquiatra la veía hasta la tacharía de ciclotimica como poco pero solo era una mujer complicada y no quería desquitarse sin él por algo que ni ella sabía.

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 Maxwell Marsden  

Bien, en lugar de golpearlo ella había decidido pedirle que no la tocara, y aquello era todo un reto para el rubio. Sus pezones erguidos pedían que los lamiera perversamente y ella le estaba pidiendo que ni siquiera tocara su vientre. Maxx alzó una ceja dejandola en paz y levantando las manos para desperezarse, había sido un viaje largo y agotador y aún tenía energías que ella no pensaba aprovechar. Bien por ella. - Luego me pediras que te folle y ya no se si querré hacerlo... - su relación era completamente extraña, ambos se había acostumbrado a convivir con el otro y no tenían nada de lo que ocupar el tiempo más que comer, follar, cazar e intentar algo con lo cual divertirse.

El rubio se relamió los labios resecos y jaló de las tiras de su mochila para traerla cerca de su cuerpo. - No hay regalos si no te puedo tocar.. - le recordó con una sonrisa perversa y llena de malas intensiones. Maxwell sacó de la mochila una tira larga de condones, algo indispensable y que les serviría para una semana incluso, o quizás más dependiendo del humor de la morena. Sacó varias tabletas de chocolate que deberían poner a resguardo para que el sol no terminara derritiendolas, Maxwell volvió a meter su mano en su bolsa para sacar unas cuantas prendas femeninas que le habían gustado para ella, un vestido playero azul, un sombrero y hasta lentes oscuros para ambos además de más comida y pequeños dulces, era todo un cofre de tesoros para ellos y él el pirata de la Isla.

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Naomi Townsend  

Naomi abrió los ojos para mirarlo con el ceño fruncido y luego poner los ojos en blanco, Maxx podía hacerse el difícil todo lo que quisiera pero ella siempre sabía que botón apretar para encenderlo, él nunca le había dicho que no a su cuerpo. Su relación era algo compleja en muchos sentidos, ambos eran muy intensos sobre sus emociones y eso había hecho que terminaran en más de una ocasión, cada uno en una punta del edificio no sin antes gritarse e insultarse. Pero no pasaba mucho tiempo antes de que volvieran a buscarse, e iba más allá de que estuvieran solos, se atraían de una manera que no podían evitar.

Algo en su tono de voz la hizo sonreír después y es que Naomi tampoco podía resistirse al tonificado cuerpo de Maxwell. Ella se levantó y se sentó encima suyo, con una pierna a cada lado de su cuerpo y con una sonrisa similar a la suya en sus labios. Naomi comenzó a juguetear con sus senos, apretandolos y estimulando sus pezones para el deleite de su pareja. Tomó de la mano de él los lentes oscuros y se los puso, riendo suavemente mientras lo hacía. Esos juegos eran su manera de pasar el tiempo en la Isla.

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 Maxwell Marsden  

 Amaba la manera que ella tenía de cambiar de parecer con tanta facilidad, Maxx alzó una ceja cuando se sentó sobre él mientras le mostraba el gran motín que había "tomado prestado". Sus ojos verdes se fijaron en como ella se tocaba los pechos y ya no pudo sacar más conejos de la galera, no cuando ella se le insinuaba de esa manera y habían estado lejos por tres días seguidos, todo un gran suceso pues era muy extraño que ellos se separaran.

Maxwell le puso el sombrero mientras la veía jugar sobre él, amaba a esa mujer y sabía que no podía elegir mejor compañera para su elección de vida que ella, aunque habían días en que no se comprendían. - Te ves bien, pareces esas modelos de Entretenimiento que andan exibiendose por ahi.. pero más sensual y solo mia.. - le dijo él con una sonrisa. Maxwell acariciaba ya la cintura de Naomi jugando con sus labios en su cuello y sus manos subiendo hasta poder jugar con sus pezones ergidos.

- Te he extrañado, pero no le digas a nuestro amigo el señor huesos.. - hablaba del esqueleto que habían encontrado en el jardín trasero del edificio lo habían dejado decorando el primer piso y la cocina. Maxwell no tenía filtros para decir lo que sentía, para Naomi era un libro abierto que la mimaba y besaba su cuerpo como si no hubiera mañana.

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Naomi Townsend  

- No me compares con ese montón de Barbies esqueléticas - le pidió, bajando un poco sus lentes para que él vea sus cejas en alto y sus ojos. Los anteojos le quedaban enormes y eso hizo que la sonrisa no se borrara de su rostro, realmente ella no podría ser más diferente de ese montón de imbéciles con pelo largo y rubio y senos operados. Naomi siempre había querido desafiar lo que para muchas mujeres se consideraba atractivo y femenino con su cabello corto y su cuerpo pequeño cubierto en tinta. - Si alguno de los dos se parece a ellas eres tú con tu cara bonita.. - le dijo de manera divertida aunque era verdad, Maxwell podría haber triunfado fácilmente en entretenimiento. Era un hombre sumamente bello y su cuerpo era una jodida maravilla.

Ella se dejó acariciar por él, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos cuando sus atenciones se centraron en sus pezones y su cuello. Volver a sentir su adictiva piel se sentía demasiado bien después de haber estado separados por tres días. - ¿Con quién crees que dormí? - le preguntó ella de manera traviesa - El señor huesos es un increíble amante.. - habían encontrado el esqueleto cuando recién se habían instalado en el edificio y había sido para ambos algo un poco traumático el saber que alguien había vivido allí antes y que había muerto, vaya uno a saber de qué manera pero no luego no tardaron en hacerlo parte de la decoración de su hogar. Desde entonces habían encontrado varios cadáveres más aunque siempre se trataban de animales, Naomi juraba que el que habían dejado en el jardín era de un perro. Incluso le había puesto un nombre a su mascota muerta: Bruno.

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 Maxwell Marsden  

- Acaso me dices que tengo cara de niña.. - le dijo él arrugando la nariz y mordiendole maliciosamente el lóbulo de su oreja, a pesar de su apariencia para Maxwell no había mujer más sensual y femenina que su pareja, con todos sus defectos, su regla y esos tatuajes que decoraban casa porción de piel. El rubio hizo una mueca mientras besaba los labios de Naomi, el golpe de Jannick aún se resistía en su rostro a pesar de que lo había ocultado y sacado en la Mansión de sus abuelos. Su hermano estaba demasiado resentido con él, por abandonarlos a todos para hacer su vida, no podían entender que él había elegido aquello y le dolía de igual manera el no poder verlos todos los días como quisiera.

Maxx abrió sus ojos verdes para mirar a su novia, se había perdido en su mente y no podía disfrutar de mimar a su pareja así, él le acarició la mejilla, cada vez que se podía a pensar en que alejarse había sido un error todo su mundo se le venía abajo y el reencuentro había sido demasiado para su psiquis. Mucho más al enterarse de lo que había padecido Love en su ausencia. - Lo siento, hoy solo quiero que me abraces fuerte.. - no iba a marcharse para afrontar aquello solo, no cuando tenía una compañera con la que compartir sus penas, en aquel sitio no sucedía nada tan extraño como lo que había vivido en Axies en ese corto tiempo en que había intentado hacer las paces con su pasado. Maxxie se escondió en su cuello, buscando su compañía.

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Naomi Townsend  

Naomi se quedó mirándolo sin entender muy bien cuando él detuvo sus caricias para mirarla de esa manera, hasta que sus ojos encontraron los suyos y pudo ver que él tenía otra cosa en mente y que lo que fuera, lo estaba torturando. Se quedó en silencio por unos minutos mientras Maxwell buscaba refugio en su cuello, acariciando de manera lenta su cabello mientras en su mente comenzaba a barajar opciones sobre lo ocurrido en su viaje. O algo terrible le había pasado a los Marsden y ella tendría que golpearlo por no contarle desde el momento que cruzó la puerta, o él había hecho algo malo como engañarla o solicitar volver a Axies y entonces tendría que golpearlo aún más fuerte por traicionarla. Se inclinaba más por la primer opción.

- ¿Qué pasó con tu familia? - le preguntó, entendía que un reencuentro podía ser mucho para él después de tanto tiempo pero ella pensó que él volvería más animado luego de ver a sus hermanos y primos. Por lo menos es así como ella regresaría a la Isla si hubiera pasado el fin de semana con Skyy. De pensar solamente en ella algo en el pecho de Naomi dolía de como la extrañaba. Muchos años habían pasado y, a pesar de que le costaba imaginarse a Skyy como otra cosa que la niña pequeña que ella había dejado atrás, sabía que su hermana seguramente se había convertido en una gran mujer.

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 Maxwell Marsden  

Era como si estuviera cayendo en la cuenta de lo que había pasado en Axies y todo lo demás había sido una farsa, Maxwell miró a su pareja con confusión, ella parecía intrigada por su cambio de actitud pero no podía cambiar aquello, estaba quebrado y le costaba hablar para explicar lo que había sucedido, todo era extraño en ese sitio, no pertenecía claramente, él se había muerto para todos ellos hacia mucho tiempo atras y aún lloraban su muerte, eso era lo que pensaba, sus hermanos no podían creer que él estaba feliz con la vida que había elegido.

- Mi hermano me recibió con unos cuantos golpes, creo que lo he defraudado.. - murmuró sentandose en el piso con las piernas flexionadas y sus brazos abrazando éstas. - Jannick me ha dicho que les he roto el corazón a mamá y a Love.. y ella.. - Maxx apretó la mandíbula, si el reencuentro con su hermano había sido lleno de golpes lo de Love lo había hecho sentir una basura. Maxxwell se cubrió el rostro con las manos, absorto en sus recuerdos, él no solía ser tan sentimental, incluso había creido que lo recibirían con abrazos y gran alegría, no había pensado lo que podía haberles afectado a ellos su ausencia.

- Naomi, debes ir a ver a tu hermana, quiero que lo hagas.. - le dijo de golpe, la pequeña hermana de su pareja merecía tenerla por un rato. - Love intentó suicidarse hace un par de meses, ella era solo una niña cuando me fui, tu lo sabes, no puedo entenderlo.. - quería volver y darle otro abrazo a su hermanita.

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Naomi Townsend  

Naomi no sabía en quienes se habían convertido los hermanos de Maxwell pero comprendía que nadie que quisiera quedarse en Axies iba a comprenderlos jamás. Observó a Maxx en silencio, él había tenido que dejar mucho más que ella atrás, le había roto el corazón a toda una familia con su partida mientras que Naomi no creía que sus padres hubieran vuelto a pensar siquiera en ella. Lo único que ella había lamentado era dejar a Skyy en ese sistema horrible, alejarse de su pequeña hermana había sido lo más difícil que ella había tenido que hacer, pero -y aunque la hiciera sentir jodidamente egoísta- Naomi sabía que había valido la pena. La vida en el exilio no era para todos pero era lo que ella había decidido. Nunca había sido feliz en Axies, solo al mudarse con su pareja a ese edificio en ruinas ella había conocido lo que era un hogar.

- Jannick siempre fue un cabrón.. - replicó, no le gustaba verlo tan desanimado y no poder hacer nada. En ese momento ella se encontraba muy enojada con los Marsden, se suponía que ese reencuentro sería algo bueno para Maxx, no que él volvería desarmado. Naomi volvió a abrazarlo cuando lo vio quebrarse así, acariciando su cabello nuevamente con suavidad. La muchacha apretó los ojos con fuerza cuando él le pidió que vaya a ver a su hermana y luego le soltó lo de Love, no le gustaba hacía donde se dirigía la conversación.

- Lamento lo de tu hermana, pero sabes que no puedes culparte por eso - dejó un beso en la frente de su pareja con una dulzura que no era propia de ella y es que ahora su mente estaba comenzando a pensar en qué tanto había afectado a Skyy. - ¿Está bien ahora? - soltó de repente, de manera inconsciente se estaba refiriendo a Skyy pero no obtendría respuesta. De repente pensó en que quizás Maxx debería haber ido a ver a su hermana en Deportes en su visita a Axies, por mucho que quisiera no se podía sacar a Skyy de su cabeza ahora. Quería mantenerse entera por él pero la culpa nunca había sido tan real como en ese momento, ellos llevaban años sin saber de su familia y ahora Naomi quería dejar todo y salir corriendo a buscar a Skyy. Diablos.

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 Maxwell Marsden  

Los brazos de su pareja contra su cuerpo no se hicieron esperar, era extraño pero no menos gratificante, se había dado un baño en la laguna antes de regresar al edificio y Maxwell solo necesitaba de su compañera en ese momento para que le dijera que todo estaba bien, que todo seguiría su cauce, y así sería si no volvían a Axies por un buen tiempo. Pero según le había dicho Phoenix los revolucionarios estaban esperando para dar el gran paso en su guerra contra el sistema de facciones.

- Las cosas no están nada bien cariño.. - murmuró negando con la cabeza, debía decirle la verdad cuanto antes, ellos parecían vivir en su burbuja constante pero ahora la familia de ambos estaba implicada en algo demasiado grande.

- Los rebeldes están por atacar Axies, no creo que todo sea como antes, pero debemos estar preparados, si tu quieres podemos ir por Skyy, incluso por Love para sacarlas antes de que todo estalle.. - No estaba hablando en broma, sea lo que sea que se estaba formando no iba a ser nada bueno. El rubio miro a su novia con determinación, el cuerpo tenso.

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Naomi Townsend  

Para Naomi en ese momento nada estaba bien, la idea de que Skyy podría estar en peligro se le hacía muy dolorosa. Ella no tenía mucha idea de los rebeldes, del ataque planeado ni del papel que su hermana tenía en todo eso. Pero la incertidumbre de no saber nada se había acumulado en su pecho ahora y había llenado sus ojos de lágrimas. El castillo de cristal al que se habían mudado al dejar Axies se había comenzado a desmoronar, la realidad los estaba golpeando a ambos.

- ¿Qué? - exclamó - ¿A qué.. a qué te refieres? ¿Viste a Skyy? - le preguntó de manera atropellada, las lágrimas ahora cayendo por su rostro sin que Naomi pudiera deternerlas. Ella jamás lloraba, casi que no se lo permitía pero se sentía terrible en ese momento. No sabía qué hacer, volver nunca había sido una opción en su cabeza y ahora parecía lo único que podía hacer si querían mantener a los suyos a salvo. Pero les había costado tanto irse y formar su mundo que no quería irse. No entendía la situación, no entendía como todo se había ido al diablo en Axies - No quiero volver, Maxx - Naomi se abrazó al cuello de su pareja y hundió su cabeza allí, apretando los ojos con fuerza.

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 Maxwell Marsden  

Maxwell sabía que ella se desmoronaría al conocer las noticias que tenía para ella, necesitaban ayudar a sus familias y volver a involucrarse en Axies era algo que debían hablar y plantearse, podían olvidarse del mundo como venían haciendo como renegados o ir a la guerra para ayudar a sus familias.

El rubio se recostó contra el colchón que usaban de cama y la coloco en su pecho, acariciando su espalda mientras la escuchaba llorar, sabía cuánto temia Naomi el volver a su facción y no la obligaria - Duerme cariño, mañana decidiremos que es lo que haremos.. - le dijo besando sus labios y acomodándola de costado en la cama.

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Naomi Townsend  

Naomi se permitió llorar en los brazos de su compañero, dejándose mimar por sus caricias y aferrandose a él y a su cuello. No importaba lo mucho que ellos disfrutaran de su vida juntos y su libertad, en ese momento la prioridad de ambos era la de ayudar a sus familias.

Para Naomi no había otra opción posible, volverían a ese terrible lugar e irían a la guerra. Quizás así podrían liberar a los suyos del sistema del cual habían huido años atrás.

La posibilidad de que la revolución resulte y tener a Skyy de nuevo con ella la tranquilizó, y al cabo de un rato Naomi cerró los ojos y, sintiéndose a salvo con Maxwell abrazandola, se durmió profundamente.

- CERRADO -

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