93. You're every move you make

You're every move you make

Finnick L. Gautier

 Cuanto podían mejorar las cosas cuando uno estaba motivado? Deberían preguntarle a Finnick en ese instante de su vida que de pasar a ser un fantasma sin poder encontrarme un rumbo a su vida estaba feliz y gran parte de esa felicidad era que Pallas había regresado a la Corte, y con ella su hija, su preciosa Theia. Aún las cosas con su compañera estaban sanando y no eran los mismos luego de aquella guerra. Pero estaban luchando para conseguirlo.

Había vuelto a entrenar a sus soldados. Y eso era mucho decir porque a pesar de no haberlos dejado nunca su trabajo como capitán había dejado mucho por desear. Su vida misma había dejado mucho que desear aunque se ocupaba de sus tareas diarias como mejor podía. Hasta de que el tonto de Mizar no volviera a escaparse. Si iba a escapar mejor que se lo llevará por un par de copas. Que para eso estaban los amigos.

Aún no se hacia la hora del entrenamiento por lo que Finnick cuidaba de su bebé mientras su madre terminaba los suyos. Theia seguía creciendo y era increíble lo hermosa que estaba. En el patio de armas el castaño de pelo largo diviso al moreno que parecía querer marcharse. - Hey tu, quieres entrenar hoy? - le preguntó, quizás sus muchachos se motivaran su vieran una pelea de verdad, sin ser condescendientes. Theia chilló  y Finnick sonrió de lado.

Con Mizar Omega × 21 AM × Corte Omega

You're every move you make

Mizar Omega

Los días posteriores a la revelación de Benjamín habían sido bastante inusuales. No por que pasaran cosas particulares, sino por que no dejaba de sentirse extraño y aunque terminó en una especie de tregua amistosa con Nylah, decidió evitarla por un par de días mientras aclaraba la mente. Más bien hasta estar totalmente decidido a ver si es que tomaba la decisión de irse de allí o no, por que francamente le resultaba demasiado absurdo los acontecimientos de los últimos meses y la verdad es que no le hacía ningún bien a la morena su presencia allí. Tampoco a él.

Enfrascado en esos pensamientos, frenó el entrenamiento de sus hombres esa tarde y los hizo retirarse. Se sentó un buen rato a observar el paisaje, meditando sobre que opción tomaría y cuando por fin vio que nunca llegaría a un veredicto, se levantó, dispuesto a emprender vuelo hasta su habitación. Seguro habría una botella de Whiskey que le quedara entre sus valijas sin desarmar. No había acomodado del todo sus cosas en el armario, pues aún mantenía la secreta esperanza de irse de allí pronto.

Escuchó una voz a sus espaldas que lo detuvo. Dio media vuelta para encontrar con Finnick. Él era, sin dudas, una de las pocas cosas agradables de estar en la corte. Estaba con una pequeña en sus brazos, al frente de una serie de hombres corpulentos que entrenaban tras ellos. Mizar alzo una ceja y sonrió de costado. Era una escena ridícula.- NO me apetece entrenar a cambiar pañales. No es mi estilo...- Suelta, caminando hacia él con lentitud pero también seguridad. Hizo que un par de hombres de Finnick rieran por lo bajo.- Hey....- suelta despacio, tocando la nariz de Theia en forma de saludo.

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Finnick L. Gautier

 Claro que no iba a pelear con su pequeña bebé en brazos. Claro que no. Solo esperaba que su pareja llegará por ella. Finnick alzó una ceja, siempre podía enseñarle a cambiarle los pañales a sus amigos, incluso a Mizar que estaba soltero. Uno de los pocos afortunados en todo el grupo. - Creo que no los he presentado, ella es Theia, mi hija.. - le dijo y el orgullo inflo el pecho del capitán al hablar. - Theia, el es el tío borracho que te conté.. - le dijo a su pequeña aunque no lo entendiera y solo para picar al idiota de su amigo.

La sonrisa de Finnick se acrecentó al ver caminar hacia ellos a dos muchachas, ambas sudadas y recién llegadas de un aparente duro entrenamiento del ala Sur. Pallas y Nylah. Finn miró a Mizar ante su rostro al ver a su prima menor y las saludo dejando ir a su bebé con su madre.

- Tierra llamando a Omega, ya deja de ver el trasero de mi prima pequeña.. - lo llamo mientras las muchachas caminaban ya rumbo a la Corte. - Veo que todo está.. mejorando? - por lo menos a su ver ni Mizar ni Nylah se habían ladrado. Incluso ella le había dado un beso en la mejilla a cada uno antes de retirarse dispuesta a darse un baño e ir a cenar con Pallas y su sobrina.  

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Mizar Omega

LA bebé le sonrió y Mizar hizo lo mismo, suavemente. Siempre había tenido encanto para los más pequeños, no sabía por que, pero se le daba bien aún cuando Mizar no tenía ni la más remota cercanía con ellos. Al parecer les atraía. De todas formas se alejo prudentemente. No vaya a ser que Finnick terminara por ponérsela en los brazos.

Asintió cuando él mencionó que era su hija. Algo que apra el moreno era algo bastante obvio por su parecido físico.- Que bueno que saliste a tu madre...- Comentó al aire. No iba a elogiar a su amigo demás. Pero antes de que su amigo pudiese festejar su broma vio llegar a dos mujeres a su lado, obviamente provenientes de una tarde de entrenamientos. Nylah era una de ellas. Saludo asintiendo, lejano. Pero no puso lejanía cuando ella se despidió besando su mejilla. Y de hecho pudo evitar verle la espalda cuando ella se iba, pensando en la última conversación que tuvieron luego de visitar a Benjamín.

No sé de que hablas. Aún tengo ganas de irme de aquí.- LE responde al rubio cuando él insinúa que las cosas iban mejor con ella.- Sólo no veo necesario gastar energías con Nylah si puedo ocuparlas pensando en mi próximo plan de escape...- Se hace el desentendido, ignorando su mirada divertida.

Con Finnick × 21 AM × Corte Omega

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Finnick L. Gautier

 Finnick estaba locamente enamorado de su hija, y se notaba en su accionar y como la sostenía como su preciosa muñequita, Theia tenia el cabello castaño claro como el y los mismos ojos celestes por lo que la broma de su amigo le pareció una total falta de respeto y estaba por empujarlo cuando las muchachas llegaron. Y pensar que esa niñita era el Oráculo del que Mizar y Nylah tanto habían renegado a pesar de no saber de donde venía.  

Y así como ellas llegaron, se fueron.

El capitán Gautier contuvo la respiración por un momento, ya había ayudado en el pasado a que su amigo no se marchaba sin más y no creía que esta vez pudiera hacer algo más por el al respecto. Las personas que deseaban estar en la Corte debían ser fieles a lo que aquello representaba o, tener una vida miserable.

Finnick le hizo una señal para que lo acompañara al patio de entrenamiento - Si claro, por lo menos no se están gritando mutuamente, es un paso? Que sigue ahora? La boda? - se burló él con media sonrisa mientras se preparaba para el entrenamiento, quitándose la camiseta blanca que llevaba.

- No puedes mentirme y lo sabes Omega.. hueles a macho vinculado de acá a.. Marte.. - le dijo riendo mientras se ponía en posición defensiva. - Y te lo digo yo, que no se cual es mi aroma ya ante dos compañeros.. - eran pocas las personas que sabían de la doble vinculación de Finnick y seguramente los más importantes sabían que además de Pallas, la madre de su hija también estaba vinculado y amaba a su mejor amigo Jayden. Aunque Finn aquello lo tomaba bastante más natural era completamente extraño en su raza.

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Mizar Omega

No había forma de zafar de Finnick, pensó Mizar. Él rubio no paraba con sus insinuaciones y aunque quizás él tuviese razón, el moreno no quería dársela. Al menos no tan fácilmente. Apenas y comenzaba a entender cada una de las verdades que Benjamín les había soltado y no podía dejar de pensar que era como si su vida estuviese predispuesta a ser vivida con Nylah y era algo para lo que no estaba preparado y, vamos, ella mucho menos. Apenas había perdido al amor de su vida.

Camina con él en silencio y lo espera mientras se viste para entrenar. Mizar estaba ya preparado, aunque sin ganas de jugar a las batallas con Finnick. No por que no quisiera practicar con su amigo, si no por que no tenía ánimos de hacer tanta pantomima. No podía dejar de pensar en Nylah y lo mucho que estaba sufriendo. Se sentía en la obligación de ayudarla, de prestarle su hombro. Algo que necesito mucho cuando Freya falleció.

Bueno obviamente hueles bastante horrible, si quieres saberlo....- contesta distraído, buscando un par de lanzas que unos soldados dejaron tiradas cerca.- Pero  como amigo no puedo hacer más que regalarte un buen perfume...- Sonríe de costado, divertido pero algo desganado. Omite intencionalmente él que el rubio haya mencionado que él y Nylah estén vinculados. Era una idea a la que no quería darle espacio.

Con Finnick × 21 AM × Corte Omega

You're every move you make

Finnick L. Gautier

 Sabía que las circunstancias no eran lo mejor para los dos, por lo que Finnick no iba a insistir demasiado en el asunto. Sabía que tarde o temprano se iba a dar cuenta que debía de dejar de negar lo evidente. A él le había costado aceptar su vinculación con Pallas, y lo había parecido por primera vez. Pero sus amigos habían perdido a sus primeros compañeros. Aquello no era algo con lo que vivir fácilmente, el no podría lograrlo, si los perdía, si se atrevía a solo pensarlo podía sentir que se le cerraba el pecho. Podría haber perdido a su hembra por su estupidez en la guerra contra Constantinopla.

Tomó una lanza de la mano de su amigo y sonrió de lado. Ya quisiera él oler tan bien, aunque el comentario le sacó una sonrisa. No debía haberse marchado tanto tiempo y aún le remordia la conciencia dejarle ir tan roto luego de la muerte de Freyia.

- Dale tiempo, mi prima es fuerte, aunque parezca tan pequeña y frágil.. - él dio un par de vueltas la lanza en sus manos y golpeó contra la de Mizar, no era un combate como los que solían hacer, pero no creía que el moreno estuviera en ese momento para una paliza.

Con Mizar Omega × 21 AM × Corte Omega